El 10 de noviembre de 2019, en medio del caos tras la renuncia de Evo Morales, una turba incendió el hotel Victoria, propiedad de la familia Murillo, en Cochabamba. Seis años después, no hay un solo procesado.
eju.tv / Video: Red Uno
A seis años de la quema del hotel Victoria, ocurrido el 10 de noviembre de 2019 en Cochabamba, el caso continúa sin responsables ni avances judiciales. El establecimiento, propiedad del entonces exsenador y exministro de Gobierno Arturo Murillo, fue reducido a cenizas por una turba enardecida en medio de la crisis política que siguió a la dimisión de Evo Morales. Pese a las denuncias y las pruebas registradas en video, la investigación no identificó ni procesó a los autores materiales ni intelectuales del ataque.
El hotel Victoria, ubicado en la región de Villa Tunari, en el trópico de Cochabamba, fue incendiado la noche del 10 de noviembre de 2019, horas después de que Evo Morales anunciara su renuncia a la Presidencia del Estado Plurinacional. Las imágenes difundidas entonces mostraban cómo supuestos grupos de militantes afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) ingresaban al establecimiento, rompían vidrios, saqueaban muebles y prendían fuego al edificio.
El ataque se produjo en un contexto de extrema tensión social. En todo el país se registraban enfrentamientos, bloqueos y ataques contra viviendas de opositores y funcionarios del gobierno saliente. El propio Arturo Murillo, entonces senador de Unidad Nacional (UN), denunció que su familia había sido ‘perseguida por hordas violentas’ que buscaban capturarlos. “Mi hermana y mis sobrinos tuvieron que esconderse para salvar sus vidas”, declaró días después al responsabilizar directamente a grupos vinculados al MAS como protagonistas de los hechos vandálicos.
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Según reportes periodísticos de entonces, “el rector de la Unibol Quechua Casimiro Huanca, Mario Fuentes Terán, llamó a los estudiantes a armarse como guerrilla. Mientras tanto, les instruyó a salir de sus casas con palos que llevaban clavos en la punta. El hotel Victoria Resort que quedó en cenizas es de propiedad del senador Arturo Murillo; la familia del legislador que se encontraba en el lugar tuvo que escapar para refugiarse en el monte”, publicó el extinto periódico Página Siete en esa oportunidad.

Asimismo, de acuerdo con información policial, los bomberos sofocaron las llamas tras varias horas de trabajo, pero el inmueble quedó totalmente destruido. Los daños fueron totales. “El Mundo debe saber lo que hace el humilde campesino de @evoespueblo, esta madrugada envío a asesinar a mi hermana y dos niñas de dos y ocho años, se refugiaron en el monte, ahí amanecieron, hoy están a buen recaudo, dejaron en cenizas el trabajo de 20 años”, escribió Murillo en esa oportunidad.
El caso fue denunciado ante la Fiscalía Departamental de Cochabamba, pero las investigaciones nunca avanzaron. No se identificaron responsables, no se realizaron imputaciones y, con el paso del tiempo, el expediente quedó archivado sin resultados. Seis años después, no existe un solo procesado por la destrucción del hotel y el caso quedó en el olvido, más aún después de haber asumido Luis Arce Catcora como presidente en noviembre de 2020.
La quema del hotel Victoria formó parte de una serie de ataques perpetrados aquel día contra propiedades de figuras políticas opositoras a Morales. “Las turbas quemaron viviendas particulares de autoridades (oficialistas y opositoras) y de sus familiares, así como estaciones policiales, además de destruir cámaras de vigilancia, pasarelas y jardineras, entre otros, dejando daños económicos valuados en millones de bolivianos”, señalaba una nota de la Red Uno.

El 10 de noviembre de 2019 marcó uno de los momentos más críticos de la crisis poselectoral. Las denuncias de fraude en los comicios del 20 de octubre, la presión social y el motín policial derivaron en la renuncia de Evo Morales, que dejó el país para asilarse primero en México y posteriormente en Argentina. Pocas horas después de los ataques sufridos en el Chapare, Arturo Murillo fue convocado a La Paz por Jeanine Áñez, quien asumió la Presidencia interina, y el 13 de noviembre juró como ministro de Gobierno.
Desde entonces, la familia Murillo ha reclamado sin éxito que se reabra la investigación sobre la quema del hotel. “No se puede hablar de justicia selectiva cuando ni siquiera se investigan los delitos cometidos en esos días contra nuestras vidas y propiedades”, lamentó su entorno en declaraciones posteriores. La ausencia de resultados como en el caso del hotel Victoria evidencia la falta de esclarecimiento del contexto real de los hechos ocurridos en noviembre de 2019.