El viceministro fundamentó este nuevo enfoque de cooperación internacional al afirmar que “el narcotráfico no tiene fronteras”, por lo que Bolivia no debería encerrarse ante el apoyo de agencias internacionales de lucha antidrogas. Justiniano aclaró que se busca «cooperación internacional y no dependencia» porque se debe respetar la soberanía nacional.
El flamante viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Ernesto Justiniano, reveló hoy (11) que el 80% de la droga producida en Bolivia tiene como destino final a las organizaciones criminales del Brasil, lo que convierte a este país en un actor fundamental en la lucha antidrogas. La autoridad anunció que se fortalecerá la coordinación con las fuerzas policiales brasileñas dentro de una nueva política de cooperación internacional que incluirá también a agencias como la DEA y otras agencias internacionales, lo que marca un giro total respecto a los gobiernos anteriores del MAS.
«Sabemos que hay un porcentaje muy elevado históricamente en los últimos años. Un 80% de la droga se va al Brasil. Entonces la de Brasil es un actor muy importante», afirmó Justiniano en entrevista con Poder, Medios y Miedos, además destacó que «me decía hace un momento el General Director de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico que han venido trabajando muy bien con la Policía de Brasil».

El viceministro, quien retorna al servicio público después de varios años, proporcionó el alarmante dato que dimensiona el desafío fronterizo, y enfatizó el sentido de su designación.
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«Volvemos a servir. Creo que esta es una oportunidad en la que tenemos una Bolivia que nos necesita», expresó Justiniano y agregó que ya se han iniciado contactos con la ONU y su oficina contra la Droga y el Delito, así como con agentes de Brasil y Estados Unidos con lo que se busca «la colaboración de todas las partes intervinientes».
El viceministro fundamentó este nuevo enfoque de cooperación internacional al afirmar que “el narcotráfico no tiene fronteras”, por lo que Bolivia no debería encerrarse ante el apoyo de agencias internacionales de lucha antidrogas. Justinianos aclaró que se busca «cooperación internacional y no dependencia» porque se debe respetar la soberanía nacional.
En un claro distanciamiento de la política antidroga de los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce, Justiniano fue categórico. «Hubo una política anterior que evitaba o impedía tener relaciones formales específicamente con la DEA», recordó, para luego contrastar: «nuestro presidente ha sido claro, todas las agencias internacionales que puedan cooperarnos son bienvenidas a Bolivia para que tengamos el mayor impacto en la lucha contra el narcotráfico».
Asimismo, el viceministro detalló que su cargo supervisa tres áreas críticas: la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, la Dirección de Defensa Social y la Dirección de Sustancias Controladas, todas dependientes del Ministerio de Gobierno. Justiniano concluyó que si actualmente hay acciones del Viceministerio «que se están haciendo bien, bienvenido», pero que su meta es «mejorarlo» con una mayor «afirmación en la parte política» de la cooperación, que incluye no solo trabajo policial sino también recursos e inteligencia.