El exmandatario afirmó que su exzar antidrogas Maximiliano Dávila confirma una conspiración interna, impulsada por el gobierno de Luis Arce con apoyo de Estados Unidos, para incriminarlo y proscribir al MAS.

eju.tv / Video: RKC
Tras las declaraciones brindadas por su exdirector antidrogas Maximiliano Dávila a un medio de comunicación cruceño la pasada jornada, el expresidente Evo Morales afirmó este martes que tanto Luis Arce como David Choquehuanca intentaron involucrarlo con el narcotráfico y preparar su extradición a Estados Unidos; la reacción del expresidente surge por la entrevista que Maximiliano Dávila brindó desde una cárcel estadounidense al programa Fama, Poder y Ganas, donde sostuvo que abogados y autoridades de ese país presionaron para que lo acuse.
Morales aseguró que en 2022 ya había recibido alertas sobre un plan para perjudicarlo: “Me sorprendí cuando escuché que decían que lo aprehendieron para perjudicarme. Incluso de la Embajada de EE.UU. me dijeron que así era. (El exministro de Gobierno) Hugo Móldiz y un funcionario de apellido Rodríguez prepararon un plan negro en mi contra”, afirmó. Según él, un teniente coronel le reveló que se ordenó investigar supuestos vínculos telefónicos entre ambos, pero ‘no encontraron ni una llamada’.
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El exmandatario sostuvo que la clave era forzar a Dávila a implicarlo: “Cuando estaba detenido, me informaban desde la prisión donde estaba que la gente de Eduardo del Castillo iba a presionarlo para involucrarme a cambio de su liberación”. Añadió que en las últimas semanas de detención del exjefe antidrogas sus allegados le comunicaron que lo amenazaron con extraditarlo si no acusaba a Morales.
Para el líder cocalero, este episodio constituye la prueba de que ‘Lucho y David estaban vendidos al gobierno de Estados Unidos’. Recordó que incluso desde el entorno de Andrónico Rodríguez se hablaba de una eventual extradición: “Hasta Andrónico decía que al ‘viejo’ lo iban a mandar a EE.UU.”. Morales enmarcó estos hechos en lo que denomina un proceso de persecución política en su contra lanzado por el gobierno de quien fue su ministro de Economía.
En consecuencia, aseveró que el supuesto intento de magnicidio en su contra en octubre de 2024, la orden de aprehensión por la cual no puede salir del trópico de Cochabamba y el plan de proscripción de su instrumento político fueron parte del ´plan negro´del anterior gobierno, el cual –dijo– buscó también sustituir su liderazgo mediante la candidatura de Andrónico Rodríguez con el Movimiento Tercer Sistema, intención que no prosperó. “Destrozaron la sigla del MAS, pero no al instrumento político. Hubiéramos ganado con el 60%”, afirmó.
Morales también acusó a la DEA de ‘canalizar’ el narcotráfico en lugar de combatirlo y aseguró que su presencia en el país, que estima desde hace por lo menos cuatro años, incrementó la superficie de coca. “Sin la DEA dejamos el gobierno con 22 mil hectáreas de hoja de coca; ahora hay 31 mil”, afirmó, para luego señalar que si la agencia estadounidense hiciera una verdadera investigación “muchos del gobierno de Lucho Arce estarían en la cárcel”.
El exmandatario evocó incluso antecedentes de los años noventa. “El exdirector de Opinión, Tapia Frontanilla, que trabajaba en el gobierno de Hugo Banzer me dijo que la DEA me investigó y no encontró nada”, resaltó. Para Morales, el testimonio de Dávila simplemente confirma un complot fallido: “Todo el plan de Lucho Arce fracasó, no han podido extraditarme. Saludo la sinceridad con la verdad de (Maximiliano) Dávila, no han podido matarme, detenerme, ni destrozar el movimiento político más grande de Bolivia”, aseveró.
Según la teoría del líder de las seis federaciones del trópico de Cochabamba, la ruptura con el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) respondió a una supuesta subordinación de Arce a Washington: “Lucho Arce se sometió completamente a Estados Unidos”. Con estas acusaciones, Morales intenta desarmar las acusaciones en su contra sobre posibles vínculos o protección al narcotráfico durante su gobierno y reforzar su tesis de persecución política.