Rubén Ríos, investigado por el caso de la harina subvencionada y enriquecimiento ilícito, continúa con paradero desconocido pese a la orden de aprehensión dictada por la Fiscalía.
eju.tv / Video: Cadena A
El paradero del dirigente de la Confederación Nacional de Panificadores de Bolivia (Conapabol), Rubén Ríos, es un misterio. Desde la anterior semana se desconoce dónde se encuentra, luego de que el Ministerio Público emitió una orden de aprehensión en su contra en el marco de las investigaciones por el presunto uso irregular de harina subvencionada distribuida por la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa). Sobre el tema, uno de sus hijos declaró que la última vez que vio a su padre fue el jueves de la semana pasada y le pidió que se presente ante la Fiscalía para esclarecer su situación.
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«Desde el jueves que ya no lo veo. Se podría decir que estaba compartiendo tal vez con algunos panaderos. Me fui a mis clases y, al volver, ya habían avisado del operativo de allanamiento. No sabemos dónde está mi papá. No tenemos nada que temer, pero él debe presentarse y aclarar lo que realmente ha pasado”, afirmó su hijo, consultado sobre si sabe dónde está su papá.
Consultado sobre la recepción de harina de Emapa, afirmó que desconoce ese tema y espera que en el transcurso del día o de la semana se aclare la situación. “No tenemos nada que temer porque no hemos hecho nada malo. Entonces, él debería presentarse y aclarar las cosas, lo que realmente ha pasado. No es como la gente piensa».
El viernes pasado, la Fiscalía allanó la panadería de Ríos, ubicada en la zona de Villa Victoria, en la ciudad de La Paz, donde se secuestró documentación y varios vehículos, entre ellos una ambulancia. Las autoridades investigan si estos bienes están vinculados a presuntos actos de corrupción relacionados con la venta ilegal de harina subvencionada y un presunto enriquecimiento ilícito.
Sobre el tema, el viceministro de Comercio y Logística Interna, Gustavo Serrano, detalló que en los últimos cuatro años el Estado destinó cerca de 1.000 millones de bolivianos al subsidio de harina panadera, pero una parte de esos recursos no habría sido manejada adecuadamente.