La Directora Ejecutiva de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Margot Ayala , anunció este martes la inhabilitación inmediata de 6.398 tarjetas B-SISA que fueron entregadas a varios sectores, pero que fueron mal utilizadas, generando un daño económico al Estado de más de 50 millones de bolivianos mensuales.
Fuente: Prensa ANH
Las tarjetas se emitieron bajo el Decreto Supremo N° 2243 de enero 2015, que autoriza la compra de diésel entre 120 a 1.200 litros mensuales. Sin embargo, los primeros análisis de la ANH identificaron que gran parte del combustible era desviado al mercado negro, ya que no se realizó un control por parte del ente regulador, en la anterior gestión.
Ayala explicó que, desde el año 2015, se entregaron 29.610 tarjetas B-SISA, pero durante 10 años no se realizaron procesos de verificación, ni depuración. En el primer mes de gestión, la nueva administración detectó estas 6.398 tarjetas observadas, que representaban el consumo de más de 4,5 millones de litros de diésel.
“Nadie realizó este control durante una década. Este es el primer resultado de una revisión profunda que estamos ejecutando con responsabilidad. No vamos a permitir que el combustible subsidiado se siga desviando, ni que se siga robando al país”, afirmó la autoridad.
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La Directora Ejecutiva, afirmó igualmente que la instrucción es clara: “No se cortará el derecho legítimo de consumo a ningún productor. Pero sí se eliminarán todas las irregularidades que afecta a la economía de los productores, de los transportistas y de quienes trabajar con este combustible. El desviarlo es un delito que, desde la competencia normativa de la ANH lo vamos regular”.
Asimismo, convocó a las instituciones que se encuentran dentro del proceso de asignación de volúmenes -entre ellas el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras y la Dirección General de Sustancias Controladas- a sumarse al control interinstitucional para frenar el desvío de combustibles.
