El monitoreo 2024 revela que el país cultiva 34.000 hectáreas de coca, genera casi 73 mil toneladas de la hoja, muy por encima de los márgenes legales y de consumo interno.
La mañana del lunes se dio a conocer el monitoreo de cultivos de coca 2024
Bolivia cerró la gestión 2024 con una superficie cultivada de 34.000 hectáreas de hoja de coca, un 10% más que en 2023, según el Monitoreo de Cultivos de Coca, lo que consolida una tendencia de crecimiento sostenido desde la aprobación de la Ley General de la Coca (Ley 906), en 2017.
El incremento se concentró principalmente en el Trópico de Cochabamba, donde se sumaron 1.950 hectáreas nuevas, equivalentes al 65% del crecimiento total, especialmente en los municipios de Villa Tunari, Puerto Villarroel y Entre Ríos. En los Yungas de La Paz, el aumento fue de 1.050 hectáreas (35%), con mayor presencia en La Asunta y Caranavi.
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Con relación al límite legal de 22.000 hectáreas, el país registra un excedente de 12.000 hectáreas, de las cuales el 76% se encuentra en zonas autorizadas y el 24% en zonas no autorizadas. En términos regionales, el Trópico concentra 6.600 hectáreas excedentes, mientras que los Yungas suman 5.400 hectáreas, parte de ellas incluso en áreas protegidas, donde los cultivos crecieron 152% desde 2017.
En cuanto a producción, para 2024 se estimó un total de 72.886 toneladas métricas de hoja de coca. Aunque La Paz concentra mayor superficie, el rendimiento del Trópico de Cochabamba es 44% superior, lo que permitió a esta región producir 37.214 toneladas, frente a 34.748 toneladas de los Yungas.
De ese volumen total, solo el 41% (29.636 toneladas) fue comercializado en los mercados legales de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) y Sacaba. El mercado paceño absorbió el 74% de la producción de los Yungas, mientras que Sacaba apenas canalizó el 8,5% de la producción del Trópico, lo que dejó amplios volúmenes fuera del circuito legal.
Los datos contrastan con la demanda legal de hoja de coca, que, según estudios oficiales, alcanza 20.690 toneladas anuales para el consumo tradicional. Con los rendimientos actuales, esa demanda podría satisfacerse con solo 11.450 hectáreas, muy por debajo de la superficie actualmente cultivada.
Este escenario se refleja en el potencial de producción de cocaína, que para 2024 se estimó en 394 toneladas métricas, tomando en cuenta la mejora en la eficiencia de conversión coca–cocaína. Incluso si se descuenta la hoja comercializada legalmente, el potencial ilícito se mantiene en 223 toneladas, una de las cifras más altas registradas en el país.