Colombia y EEUU sellan su controvertido pacto militar


Soldados estadounidenses podrán utilizar siete bases y otras unidades. Los militares estadounidenses tendrán inmunidad, pero no así los contratistas civiles.

image Acuerdo: el Canciller de Colombia (2d) y el embajador estadounidense (2i) sellaron ayer el pacto, en Bogotá

La Prensa. Bogotá / Agencias. Colombia y Estados Unidos sellaron ayer el polémico acuerdo de cooperación que autoriza el incremento de militares estadounidenses para que puedan operar en siete bases de las Fuerzas Armadas colombianas y un número indeterminado de unidades del país andino.



El documento fue suscrito en un acto privado por el ministro colombiano de Relaciones Exteriores, Jaime Bermúdez, y el embajador estadounidense en Bogotá, William Brownfield, a pesar de las críticas de los Gobiernos latinoamericanos, principalmente de Bolivia, Ecuador y Venezuela.

El Gobierno de Álvaro Uribe informó que el documento no pasará por el Congreso porque, según argumenta, “no es un tratado internacional, sino un acuerdo simplificado” que desarrolla “obligaciones contenidas en tratados y convenios bilaterales y multilaterales ya suscritos por Colombia”.

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Juan Manuel Galán, portavoz liberal en el Senado colombiano, exige que “se respete el dictamen del Consejo de Estado, que pide que el acuerdo sea llevado al Congreso”.

El parlamentario sostuvo que impedir que el Legislativo se pronuncie es “un acto de soberbia de Uribe, lo democrático es demostrar que hay consenso o rechazo”.

En contrapartida, el texto del pacto deberá ser revisado y aprobado por el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos, y una vez que se culmine ese trámite, entrará en vigencia.

El documento autoriza la presencia permanente en Colombia de 800 militares y 600 contratistas civiles estadounidenses. Uno de los aspectos más polémicos del acuerdo es que concede inmunidad diplomática al personal militar de Estados Unidos destacado en ese país, pero no así al restante personal.

Según Efe, esa cantidad de uniformados y contratistas fue autorizado el año 2000 con la firma del Plan Colombia, estrategia de lucha antidrogas que luego se amplió a la guerra contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

“El objetivo de este acuerdo no es aumentar el número de personal militar de Estados Unidos”, dijo Bermúdez.

El Canciller colombiano aseguró que actualmente la cifra de estadounidenses en su país no llega a los 220 militares y 400 contratistas y espera que ese número descienda porque el convenio trata, sobre todo, de asuntos de cooperación técnica.

La base aérea de Palanquero, en el centro de Colombia, para la cual el Congreso de Estados Unidos ya aprobó 46 millones de dólares para su adecuación, será el eje del total de siete instalaciones a las que los militares estadounidenses tendrán acceso, según detalles del acuerdo anticipado por ambos Gobiernos en semanas pasadas.

Las unidades militares establecidas son las bases del Ejército en Larandia (sur, departamento de Caquetá) y Tolemaida (centro, Cundinamarca y Tolima); las aéreas de Malambo (norte, Atlántico), Palanquero (centro, Cundinamarca) y Apiay (sur, Meta); así como en las navales de Cartagena (norte) y Málaga, en el Pacífico.

El legajo determina que los estadounidenses podrán utilizar las unidades que requieran para las actividades contra el narcotráfico y el terrorismo previstas en este acuerdo, con vigencia de diez años “renovables”.

Con ese pacto, Washington busca suplir el cierre de la base ecuatoriana de Manta, cuyo contrato de diez años no fue renovado por el Gobierno de Ecuador.

Bermúdez dijo que las operaciones que se realicen en conjunto estarán restringidas al territorio colombiano y que el acuerdo será público porque “Colombia no tienen ningún problema en que se conozcan los detalles”. Precisó que el documento será público la próxima semana y reiteró que su finalidad es derrotar al narcotráfico y al terrorismo.

Los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez; de Ecuador, Rafael Correa, y de Bolivia, Evo Morales, cuestionaron en su momento el convenio y aseguran que es un riesgo y amenaza “contra la soberanía y la estabilidad de la región suramericana”. Sin embargo, ayer ninguno de esos presidentes se pronunció.

Sólo será cooperante

El acuerdo militar firmado ayer por Colombia y Estados Unidos deja al país andino en condición de cooperante del norteamericano, que decidirá las tareas que se deban realizar, según lo concluyó el Consejo de Estado en un estudio jurídico divulgado por el diario bogotano El Espectador.

El tribunal de la justicia contencioso-administrativa consideró que dicho carácter hace que el compromiso sea desequilibrado en las obligaciones que de manera unilateral asume Colombia.

El llamado “Acuerdo complementario para la cooperación y asistencia técnica en defensa y seguridad” fue suscrito en Bogotá por el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Jaime Bermúdez, y el embajador estadounidense en este país, William Brownfield.

En virtud de ese documento, que se añade a uno suscrito en 1974, los estadounidenses podrán tener acceso a por lo menos siete bases y otro número indeterminado de unidades colombianas y gozarán de inmunidad, según detalles divulgados previamente por las partes.

Los detalles

El anuncio del acuerdo motivó que la Unasur analice el tema en agosto anterior en Argentina.

Sin embargo, no fue posible que emita una resolución de condena, como planteó Bolivia.

El asunto debía ser tratado en el ámbito del Consejo de Cancilleres y de Ministros de Defensa.