El diplomático recupera la experiencia de su país, azotado por el narcotráfico, para alertar respecto a los peligros de que ese mal penetre en la sociedad boliviana.
Armando Arriazola:“El narcotráfico tiene capacidad de corrupción”
El diplomático, si bien ve compromiso del Gobierno boliviano en la lucha antidroga, advierte la necesidad de una pronta respuesta, antes de que el flagelo crezca más. En 2015 se abrirá un consulado en Santa Cruz de la Sierra.
Cree que Bolivia está a tiempo de impedir que aumente el narcotráfico. Foto: Clovis de la Jaille
EL DEBER, Santa Cruz
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ENTREVISTA: Lejos de todo protocolo y con un carisma muy a lo mexicano, el embajador de ese país en Bolivia, Armando Arriazola Peto-Rueda, conversó con EL DEBER sobre varios temas bilaterales, aprovechando su presencia en esta región por la Expocruz 2014.
¿México ampliará su representación diplomática en Bolivia?
Tenemos referencias de que los cruceños son una comunidad que viaja mucho a México, pero se les dificulta la situación a quienes requieren visa porque tienen que hacer trámites en La Paz. La aerolínea Amazsonas está en un proceso de expansión y prevé hacer vuelos directos a México, posiblemente desde Santa Cruz. Esto hace que nos resulte importante tener una representación con un consulado en esta región y lo haremos hasta el próximo año.
Bolivia enfrenta cada vez más secuelas del narcotráfico, un flagelo que también afecta a México. Desde la experiencia de su país, ¿cuál es la clave para la lucha contra las drogas y el crimen organizado?
La coordinación, la capacitación, el atacar el problema en todos los frentes. Hay que encontrar mecanismos para reducir las ganancias de estos delincuentes, mejorar las labores de inteligencia para identificar dónde se está produciendo el efecto y atacar lo más pronto posible. Una de las experiencias desafortunadas que tuvo México es que, en algún momento, los fenómenos delictivos de este tipo no se identificaron a tiempo, crecieron mucho, la capacidad financiera, de corrupción y de ataque que tienen estos delincuentes es muy alta, entonces hay que coordinar el trabajo y actuar lo más pronto posible.
El avance del narcotráfico a la justicia, a los niveles de gobierno y demás ¿es sutil?
En México hubo una experiencia muy dura, es un fenómeno que se da en todos los niveles. Los delincuentes tienen una gran capacidad financiera y, por ende, de corrupción e incluso inhiben o asustan a las autoridades. Hay autoridades que de pronto no tienen la capacidad para reaccionar, porque no cuentan con los recursos que tienen los delincuentes, entonces ahí van ganando espacios a los que no debemos permitir que pasen.
Hay gente que cree que una buena parte de la ‘bonanza’ económica es resultado de la economía ilegal de la droga. ¿Cómo se puede advertir eso?
Hay organismos a escala internacional que se encargan de vigilar una serie de iniciativas para identificar y atacar el lavado de dinero. El año pasado visité al ministro de Finanzas (Luis Arce) y me explicó que ese mecanismo, que inicialmente había tenido una actitud de cuestionar algunas iniciativas del Gobierno boliviano, el año pasado puso a Bolivia en una lista en la que reconoce su trabajo exitoso contra el lavado de dinero. Veo un compromiso e interés de las autoridades bolivianas en responder a este tipo de fenómenos difíciles de atacar.
Bolivia es puente del tráfico de drogas. ¿Eso también implica que el país esté presionado por otras naciones productoras de droga?
Todos sabemos que el principal mercado de la coca ilegal que se produce en Bolivia es Brasil y que pueden ser otros países, como dicen los delincuentes, independientemente de la nacionalidad, tratan de ganar las mejores condiciones para ellos. Entonces es una presión que viene de fuera, de los consumidores en Estados Unidos y Europa, todos estos tienen intereses que influyen, pero, reitero, veo un compromiso serio del Gobierno boliviano.
¿Podría Santa Cruz convertirse en Ciudad Juárez?
Soy visitante, por lo que no tengo mucha referencia al respecto. Por las referencias documentadas que manejo es que Santa Cruz es un lugar más riesgoso donde los delincuentes han establecido bases más firmes de las que hay en La Paz. Sin embargo, no he tenido ningún inconveniente (de inseguridad) en Santa Cruz ni en La Paz.
Hablando en términos casi personales diría que una de las desventajas de México es que hace algunos años se dejó crecer el problema. Las autoridades no encontraron la mejor manera de resolverlo y el problema creció, creció y creció… y nos encontramos en una situación más complicada todavía. Eso provocó que las bandas de delincuentes crezcan, se fortalezcan e, infortunadamente, esto obligó a tomar medidas mucho más duras y rigurosas, porque se perdió la dimensión grande del problema.