River aprovechó su chance, le ganó a Boca y está en la final


5477cda26e2bfCopa Sudamericana

Se impuso 1-0 con un gol de Pisculichi en el primer tiempo y chocará por el título contra Nacional de Medellín. El equipo de Arruabarrena desperdició un penal en la primera jugada del partido.

River pegó un grito que tenía atragantado desde hacía diez años. Porque el equipo de Marcelo Gallardo logró lo que nadie había conseguido en la historia del club: eliminar a Boca en un cruce directo por un torneo internacional. En el 94, un Boca de Menotti lo había dejado afuera de la Supercopa, y en 2000 y 2004 los equipos de Carlos Bianchi lo despedían de la Libertadores. Esta vez, en el Monumental se impuso por 1-0 con un golazo de Leonardo Pisculichi y se metió en la final de la Copa Sudamericana, donde enfrentará a Atlético Nacional de Medellín.



Tras la muerte de su madre, Marcelo Gallardo tuvo que hacer rápido su duelo y poner la cabeza en el freezer. Marcelo Barovero; Gabriel Mercado, Germán Pezzella, Ramiro Funes Mori, Leonel Vangioni; Carlos Sánchez, Leonardo Ponzio, Ariel Rojas; Leonardo Pisculichi; Rodrigo Mora y Teófilo Gutiérrez son los once del Muñeco en busca de la clasificación.

Con afiches en el vestuario visitante con la frase de Rodolfo D’Onofrio, el Vasco Arruabarrena buscó motivar a sus jugadores. «Vamos a festejar la clasificación», dijo el presidente de River. Y el técnico de Boca aprovechó para empapelar las paredes del Monumental. Probó a Andrés Chávez en la entrada en calor en la cancha de River, pero al final el zurdo estará en el banco por culpa de una molestia en el isquiotibial izquierdo. Entonces Agustín Orion; Leandro Marín, Juan Forlín, Daniel Díaz, Nicolás Colazo; Marcelo Meli, Cristian Erbes, Fernando Gago, Federico Carrizo; Emaunel Gigliotti y Jonathan Calleri corren por el césped del Monumental para darle una alegría a sus hinchas, que siguen el partido por televisión.

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Tres vallados donde se realizaron exhaustivos cacheos ante la mirada de 1.200 efectivos de la Policía Federal y otros 300 agentes de la seguridad privada del club tuvo que sortear la multitud del público local, que vibra en busca de eliminar a su clásico rival, algo que nunca ocurrió en los otros tres cruces que hubo en torneos internacionales.Y el Superclásico empezó a pura emoción.

Iban 17 segundos cuando Rojas intentó rechazar en el área y no lo vio venir a Meli. El zurdazo impactó en el jugador de Boca y Germán Delfino no dudó en cobrar penal. Antes del minuto, Boca tenía la chance de ponerse en ventaja y de obligar a River a dar vuelta el resultado. Mercado y Ponzio vieron la amarilla por protestar. Y Gigliotti acomodó la pelota a doce pasos de Barovero. Tras una pausa por culpa de un láser, el Puma tomó carrera y remató a colocar, pero el arquero le adivinó la intención y le desvió el remate con la mano derecha, tras tirarse sobre su izquierda. Impactante inicio del Superclásico.

La cancha era una autopista. A toda velocidad jugaban en los primeros minutos. A los 12, otra vez tuvo el gol Gigliotti y otra vez se lo ahogó Barovero. Carrizo salió de la mitad de la cancha en velocidad, dejó a dos rivales en el camino y sacó el derechazo cruzado. El arquero dio un rebote largo y el Puma quedó de cara al arco, pero le dio tiempo a Barovero que se levantó rápido y le tapó la definición. Enseguida, un minuto más tarde, Pisculichi desbordó por izquierda y envió el centro para Sánches que entró libre, pero definió mal de zurda, por encima del travesaño.

El estallido se produjo a los 16, en una jugada similar. Porque Mora aguantó de espaldas y descargó para Ponzio que de primera abrió para Vangioni y el zurdo la metió en el área. Pisculichi definió con un taco de billar, al lado del palo derecho de Orion que se inclinaba hacia el otro costado. River se ponía 1-0 y guardaba la clasificación en el bolsillo.

Con la ventaja, River todavía no había definido si seguía atacando con todo o si empezaba a apostar por la contra. En ese desconcierto, un Boca descontrolado encontraba espacios. Y a los 30, Gigliotti encontró el empate, pero anularon el gol por una posición adelantada que no existió. El Puma recibió en el área habilitado por Ponzio y definió al ángulo, pero Núñez levantó la bandera y Delfino anuló la jugada.

Siguió cometiendo faltas Ponzio, pero Delfino le siguió dando chances a Gallardo de cambiarlo. A los 38, Forlín tuvo el empate con un cabezazo que se fue apenas por encima del travesaño. Enseguida, Gago dejó la cancha con una molestia en la pierna derecha y su lugar fue para José Pedro Fuenzalida, ahora el 4-4-2 quedaba bien marcado. Y a los 42, otra vez Gigliotti falló un gol increíble cuando quedó solo en el área y cruzó demasiado el cabezazo. Un Puma sin garras en un primer tiempo para el olvido.

El segundo tiempo tuvo poco juego y muchos nervios. Fueron cinco minutos de presión de Boca y después todo de River, hasta que le dieron las piernas. Tuvo tres jugadas de gol, la mayoría con contragolpes. Dos para Carlos Sánchez, que definió mal y una para Teo Gutiérrez que remató cruzado y contuvo Orion.

Después, fue todo empuje y nada de fútbol.

Fuente: El Clarín