La maldad de Samuel


Karen Arauzkaren-arauz2Hay acontecimientos que desatan reacciones de extraordinaria energía. La envidia es sin duda una fuerza dinámica capaz de generar una concentración de potencia tal, que traducida en resultados medibles, se convertiría en una poderosa fuerza energética. Las esferas oficialistas, en las últimas horas, se han transformado en un dínamo de varias decenas de kilovatios.Es que no es para menos. Los especímenes que orbitan alrededor de poder, han tomado de modo muy personal, profundamente heridos y con su envidia a la máxima potencia, la culminación de una negociación del empresario Samuel Doria Medina para liquidar sus acciones en Soboce y encima hacerlo muy contento, muy sonriente, muy público y muy de frente. Y eso es mucho más de lo que muchos pueden soportar.La figura más representativa de la oposición al gobierno de Evo Morales, les ha dado con lo obrado. Se lo ha visto aliviado, como quien ha mantenido la respiración a la espera de culminar su transacción, sin despertar la mínima sospecha de quienes hacen de la seguridad jurídica, todo un albur.  Porque si las reacciones han sido de tal tono por el fastidio debido sobre todo al factor sorpresa, es un hecho que negó cualquier posibilidad de activar a los «movimientos sociales».  Es de suponer qué  hubiera sucedido si se hubiese filtrado  «en qué» andaba Doria Medina. Para empezar,  las Bartolinas hubieran montado en cólera y ya sabemos cómo se comportan  cuando se enojan.Las repercusiones han sido variadas, aunque la mayoría, de indisimulada bronca. Una alta dirigente del MAS expresó su indignación  y reprochó a Doria Medina el no haberle ofrecido primero al «Estado» la posibilidad de quedarse con la industria. Para nadie es desconocido, quién considera al Estado parte de su patrimonio personal.  La que se llevó el premio a la indignación, fue la Ministra  Morales que salió en defensa de los socios minoritarios de Doria Medina,» cansados de los malos tratos» de su socio «que no los dejaba pisar las fábricas». Es que es muy entretenido, tratar de desenmarañar los procesos de razonamiento que sobre transacciones accionarias o administración de industrias  tienen ciertos funcionarios. La situación de una empresa como Enatex, es el botón de muestra.Uno que otro miembro de la Asamblea, con aire de implacables paladines de la justicia y la rectitud, están hablando de solicitudes de informes sobre cómo y por qué ha sucedido este «saqueo». Impuestos Internos, será la institución más solicitada para escudriñar hasta el último resquicio de la operación. Porque encima del sofocón de no haber ni sospechado lo que se traía entre manos el aborrecido empresario, resulta que la venta de las acciones ha sido por la friolera de 300 millones de dólares. Y esa es una suma que le da un movimiento de cintura apreciable.  Encima de lo llovido, mojado.El Presidente del Consejo Municipal, ex-UN, sale por peteneras y ante la frustración de no poder hacer nada más, -como si tuviera algo que ver-  hilarantemente acusa al Alcalde Revilla, de ser un alcohólico público. Es que las tonalidades de las reacciones,  son insólitas y  muy pintorescas. Sin ningún tipo de contemplaciones, se animan a vaticinar desde escasez de cemento, masacre blanca, hasta una subida de precios todo matizado de marcada xenofobia.Lo sucedido en Fancesa donde mediante una movida promovida por el gobierno vía Universidad y Gobernación, se le expropió a Soboce sus acciones, les significó una pérdida de casi 100 millones de dólares, ilegalmente sin compensación hasta la fecha. El Vicepresidente García Linera, que con solemnidad ha declarado que «siempre existirá la duda» sobre los orígenes del patrimonio de Doria Medina, hace bien en reconocer que los daños al Estado, son imprescriptibles. Después de diez años en la administración estatal, es lógica la frustración de no haber podido encontrar indicios contra Soboce, pese a que sin tregua ni descanso, estuvieron permanentemente husmeando buscándole  tres pies al gato.Otra cosa es con guitarra y el sofocón que significa tener a un opositor como Doria Medina dedicado a tiempo completo a hacer política, es un corto en la boca del estómago difícil de asimilar. Y como las cosas cuando complicadas no vienen solas, el notable giro que están tomando en la fecha las relaciones cubanas-estadounidenses, es como la cereza que corona la crema.Los socialistas castristas-chavistas, tienen que estar a estas horas un poco descolocados. Cuba, el archienemigo del imperio por cincuenta y más años, está encontrando una vía de comunicación en el cambio sustancial en la política exterior de Estados Unidos. Dudosa por ahora, la normalización plena de relaciones bilaterales. Porque que los Castro estén dispuestos a abandonar sus prácticas antidemocráticas y de persistentes violadores de las libertades y los derechos humanos, es otra historia. La cabeza de Obama puede estar en juego y los alcances y consecuencias de este acercamiento, sólo el tiempo lo dirá.Mientras tanto, tendremos la posibilidad de observar con toda atención, como se irá desarrollando la actividad política en Bolivia ahora que Samuel ha tenido la maldad de dejar al oficialismo sin su argumento preferido.