Tuvieron que pasar tres años y medio desde que la cadena internacional Univisión denunciara los vínculos entre el entonces comandante de policía Oscar Nina y el cártel de Sinaloa, para que el gobierno de Evo Morales hiciera algo al respecto.En septiembre de 2011, el periodista Gerardo Reyes informaba que según “reportes de la inteligencia boliviana (…) el Chapo estuvo presente en Santa Cruz. Uno de los reportes dice que Nina protegía al Chapo Guzmán. René Sanabria hizo un acuerdo con EEUU para colaborar. El gobierno no le dio importancia a este informe. No tomaron cartas en el asunto. Sobre Alfredo Rada se señala que él conocía el informe. Gran parte de estos informes están en poder de EEUU”.La acalorada respuesta del régimen, a cargo del ministro de gobierno de aquel entonces, Sacha Llorenti, fue decir que todo era una invención promovida por el opositor Sánchez Berzaín orquestada desde Miami, restándole cualquier validez a la denuncia.Tras la reciente “cantada” de Nina, quien afirmó que tanto Llorenti como Rada sabían de los tratos con el cártel de Sinaloa, cobran otro sentido los desmentidos del ahora embajador de Bolivia ante Naciones Unidas.Súmense a esto las declaraciones desde Brasil del asilado senador Roger Pinto, quien subraya que en el famoso dossier que presentó a Evo Morales, con datos sobre vínculos con el narcotráfico de altas figuras de gobierno, estaba precisamente el nombre de Nina, pero que el Ejecutivo no solo no procedió a depuración alguna, sino que más bien emprendió una furiosa persecución contra su persona…[email protected]