El calamitoso estado de un puente construido por la alcaldía de Cochabamba, al borde del desplome, se constituye en todo un símbolo de lo que estaría sucediendo con muchas “obras” realizadas durante el periodo evista.Sucede que la infraestructura, inaugurada hace apenas 10 meses, fue llevada a cabo durante la gestión del masista Edwin Castellanos, por una empresa que el ex alcalde “no recuerda” si fue invitada directamente.En el fondo, se trata de proyectos mal diseñados o ejecutados de manera deficiente, debido a la flexibilización en las normas de contratación de empresas dictada por el gobierno de Evo Morales, abriendo las compuertas para adjudicaciones directas masivas a compañías muchas veces dudosas, ligadas a importantes personajes del partido oficial. Es la anti-cultura del “le metemos nomás”.Las obras a dedo forman parte, junto a a los sobreprecios en las mega-compras de Estado o a los programas fantasmas del Fondo Indígena y el “Evo Cumple”, del entramado de hiper-corrupción montado en la década “récord”. ¿Para esto quieren la perpetuació[email protected]