La Cumbre del Mercosur


mercoAdolfo Castells MendívilSe celebró en Asunción la 49ª Cumbre del Mercosur, con el traspaso de la presidencia “pro tempore” de Paraguay a Uruguay y que fue marcada por dos hechos relevantes: la firma de una declaración en defensa del «respeto irrestricto a los derechos humanos» y el cambio de posición de la Argentina.Al asumir la presidencia el Dr. Tabaré Vázquez, más allá de los saludos al Presidente Mauricio Macri y el respaldo a la mandataria brasileña Dilma Rousseff hizo algunos anuncios que podemos compartir y apoyar. Así como creo que la parrafada sobre Dilma de destacar “la lealtad institucional, responsabilidad e integridad personal con que gobierna Rousseff a Brasil y las complejidades inherentes a su investidura y al proyecto de país que representa”, no estuvieron balanceadas con algo sobre las barbaridades de Maduro en Venezuela. Aunque más no fuese la expresión de una esperanza.Si apoyamos, que una de las prioridades de su agenda sea tratar de concretar el acuerdo del bloque con la Unión Europea (UE) y avanzar en el relacionamiento con otros conglomerados económicos-comerciales. Así como que las áreas de la economía y el comercio son “la razón de ser del Mercosur” y que solo 11 % de las resoluciones del Consejo de Mercado Común tomadas entre 2013 y 2015 fueron de esas áreas. Es una expresión pertinente porque la tendencia de algunos otros países es, precisamente, la preeminencia de la política en el accionar mercosureño.Quizás la más esperada de las intervenciones presidenciales, era la de Mauricio Macri en contraste con lo que fue el kirchnerismo en el ente regional. Porque después de un auspicioso comienzo hasta el año 2007, cuando se combinó la estabilidad cambiaria, superávits externo y presupuestario, un empleo industrial en crecimiento y un dólar competitivo; vino el desmedido ataque a la producción argentina y por ende al Mercosur, con una inflación del 15%, promovida por una política monetaria, fiscal y de ingresos. A eso hay que sumarle el aumento de los precios combinado con un tipo de cambio, el cepo y las restricciones a las importaciones. Y así el kirchnerismo hundió las ambiciones del proyecto regional. A veces, es cierto, con la complicidad o la indiferencia de Brasil.Y Macri desarrolló 4 puntos significativos: 1) La voluntad de darle importancia al Mercosur como proyecto estratégico de largo plazo (“Llevar al Mercosur al siglo XXI”. 2) Flexibilizar al Mercosur para adaptarlo al mundo, que “resulta imprescindible a la hora de mejorar los mecanismos comerciales y establecer metas más audaces en el tiempo, como pueden ser los acuerdos económicos con otros bloques”.3) Convocó a buscar acuerdos económicos con la Unión Europea (UE) y afirmó —cambio rotundo de posición argentina— “estar dispuesto a llevar a cabo las medidas necesarias para acelerar esas negociaciones”. Así como “acelerar y profundizar el proceso de acercamiento con la Alianza del Pacífico para construir lazos con los países que conforman la región de Asia”. 4) Los temas que comprenden los Derechos Humanos, el compromiso con las instituciones y la calidad democrática de los países que conforman el Mercosur.Y en ese punto cuarto, fue que aludió, con sobrada razón a Venezuela: “Quiero pedir expresamente, delante de los Presidentes, por la pronta liberación de los presos políticos en Venezuela. En los Estados parte del Mercosur no puede haber lugar para la persecución política por razones ideológicas ni privación ilegítima de la libertad por pensar distinto”.Pero también dijo que “mi gobierno ve con agrado que el gobierno de Venezuela asumió los resultados de las pasadas elecciones legislativas, en las que triunfó la oposición, al tiempo que pido prudencia a la oposición de Venezuela tras los comicios» (…) “Mi visión de la democracia no es solo acudir a las urnas, la democracia es una forma de vida, un pacto de convivencia».Y allí se desató la tormenta. En el mismo estilo de Hugo Chávez o de Nicolás Maduro, pero sin la prestancia adecuada, la Canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, le respondió duramente, acusándolo de realizar un “injerencismo” en los asuntos internos de su país. Hasta ahí, es la posición conocida de Venezuela. Pero después, “se fue de mambo”, con errores gruesos de información, por no decir mentiras, sacadas sin duda de la campaña del miedo del kirchnerismo, que Rodríguez tomó como si fuesen realidades.Añadió: «Yo entiendo que el presidente Macri quiera pedir la libertad para estos violentos», dijo en referencia a Leopoldo López y otros dirigentes opositores venezolanos detenidos. «Lo entiendo porque sé que uno de sus primeros anuncios ha sido liberar a los responsables de las torturas, desapariciones y asesinatos durante la dictadura en Argentina. Sabemos también que en su ejercicio usted ha vetado leyes contra el trato injusto, la tortura y las desapariciones forzadas».Y sigue Rodríguez «Recientemente vimos con sorpresa cómo se imputaba a Hebe de Bonafini, muy querida por todos los movimientos sociales de nuestro continente. Y fue imputada por llamar a las manifestaciones pacíficas en contra de su gobierno, si vamos a hablar de derechos humanos, tenemos que hacerlo sin doble estándar ni doble moral».En verdad, la chavista Canciller se basaba en declaraciones de Estela de Carlotto, que durante la campaña electoral sostuvo que, si ganaba las elecciones, Macri liberaría a represores de la dictadura. Y Hebe de Bonafini también se refirió a Macri durante la campaña como «la dictadura» y «la tortura», llamando a la «resistencia contra el enemigo». Y fue a raíz de una denuncia del abogado Guillermo Fanego, que el fiscal Carlos Stornelli abrió una investigación en su contra por «instigación a la violencia».Por supuesto que los demás Jefes de Estado, Horacio Cartes, Tabaré Vázquez, Dilma Rousseff, Evo Morales, Michelle Bachelet y el Primer Ministro de Guyana, Moses Veerasammy Nagamootoo, hicieron todos mutis por el foro.Todos ellos, sin embargo, firmaron una declaración en la que se reitera la importancia de la defensa y firme impulso de los valores y la plena vigencia de las instituciones democráticas y de la protección, promoción y respeto irrestricto de los Derechos Humanos. La declaración también se congratula de los diez años cumplidos desde la adopción del Protocolo de Asunción sobre el Compromiso con la Promoción y Protección de los Derechos Humanos en el Mercosur. Y, en su declaración final, pidieron a los Estados que no lo han ratificado hacerlo “a la brevedad posible”. Y el único que no lo ha ratificado es precisamente… Venezuela.Se podrá decir que es importante el revivir un protocolo con la plena vigencia de las instituciones democráticas, el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales, pilares indispensables del desarrollo y proceso integrador de la región. Y es cierto. Pero mientras no haya un sinceramiento con la situación venezolana, de poco o nada sirven los protocolos.Digamos finalmente que lo más notable de la Cumbre para el futuro, es el cambio de posición de la Argentina. No sólo hacia Venezuela, sino para encauzar la buena marcha de un Mercosur, ahora deficiente.Correo de los Viernes – Montevideo