La corrupción vip

El Presidente afirma que “siente” que tiene la “capacidad moral y ética” para luchar contra la corrupción pero en los hechos apaña esta conducta y premia a los "pícaros" dándoles pegas que les reditúan muy interesantes ingresos. Los hechos muestran de que sus rimbombantes anuncios de que será implacable en la lucha contra la corrupción no son más que palabras.

Referirnos a todos los casos de corrupción socapados en el actual gobierno llevaría páginas y páginas por lo que nos referiremos a uno solo: el del recientemente nombrado embajador de Bolivia en Venezuela, Jorge Alvarado.

imageEl ministro de Relaciones Exteriores David Choquehuanca, posesionó el 7 de abril a Jorge Alvarado (der) como embajador de Bolivia ante Venezuela. (Foto Abi).



Alvarado es considerado uno de los hombres de mayor confianza de Evo Morales y lo nombró presidente de YPFB apenas inició su gestión gubernamental. El paso de Alvarado por la entidad fiscal del petróleo no podría ser calificado como positivo ya que inició una larga cadena de corrupción que continuó con Manuel Morales Olivera y Santos Ramírez y nada indica que se haya cortado con Carlos Villegas.

Resulta que a Alvarado se le ocurrió firmar un curioso contrato de exportación de dos mil barriles de petróleo crudo al Brasil y la importación de diesel con la empresa Iberoamérica Trading SRL lo cual de acuerdo a la denuncia efectuada por el entonces superintendente de Hidrocarburos, Víctor Hugo Sainz hubiera implicado una pérdida para el Estado de aproximadamente 39 millones de dólares anuales.

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En este caso y como está acostumbrado a hacer cuando el asunto involucra a sus íntimos, Evo Morales lo absolvió de facto, como lo hizo con Juan Ramón Quintana en el caso de los 33 camiones cargados de contrabando en Pando y como intentó hacerlo en un principio con Santos Ramírez.

En esa oportunidad Evo dijo que “personalmente” había podido verificar que no existían indicios de corrupción en contra de Alvarado y por el contrario procedió a forzar la renuncia del denunciante acusándolo de estar actuando en contra de la “nacionalización” de los hidrocarburos.

Alvarado pasó también a la ofensiva y afirmó que la superintendencia de Hidrocarburos debía desaparecer debido a que era “un brazo importante del modelo económico neoliberal", pero ni siquiera se preocupó de desmentir las acusaciones en su contra; sabía que el poder encarnado en Evo Morales actuaba a su favor. Sin embargo las evidencias era demasiadas y se le dio una salida nombrándolo Encargado de Negocios de la Embajada de Bolivia en Venezuela a finales del 2006. Se argumentó que no había daño económico contra el Estado porque el negociado no había llegado a concretarse gracias a la denuncia hecha pública a través de los medios de comunicación.

No pasó mucho tiempo para que Alvarado se pusiera nuevamente en la mira y la cancillería anunció su destitución “por motivos administrativos”. En corrillos se comentaba sin embargo que la decisión del canciller David Choquehuanca se debió a que habían evidencias de malos manejos económicos en la legación boliviana en Venezuela.

Sin embargo, Alvarado nuevamente fue protegido porque es un hombre clave en la relación y los negocios entre los gobiernos de Caracas y La Paz y siguió inconmovible en el puesto como encargado de negocios aunque en los hechos siempre ofició como embajador, cargo que en días pasados le fue ratificado con el nombramiento oficial.

Este caso es una muestra clara de la forma en la que el presidente Evo Morales concibe la lucha contra la corrupción: “No sé qué pasa conmigo. No tengo ganas de trabajar con gente corrupta, sean alcaldes o prefectos electos, o con gente comprometida con separatismo" decía ayer; obviamente en referencia a los opositores porque si se trata de masistas "vip" -dirigentes, exministros, parlamentarios, candidatos y demás jerarcas oficialistas- la cosa es diferente y como a Jorge Alvarado los premia porque son sus incondicionales en todas las trapisondas del poder