El misterioso regreso de Anamar

ANAMAR Fue el principal rostro “moderado” en las listas del MAS en las elecciones nacionales, estratégicamente invitada para seducir al electorado de clase media paceño. Luego de cumplir su función electoral, Ana María Romero de Campero fue raleada poco a poco hasta meterla en el congelador político, por no ajustarse del todo a las iniciativas más radicales del oficialismo. Pero ahora, tras el revés sufrido el 4 de abril a manos de los disidentes Sin Miedo, ha llegado la hora de desempolvarla y tratar de reconquistar lo que se pueda. Como dice el Tano: así nomás había sido.

Pegas para perdedores

El gobierno se ha puesto en campaña para encontrarles empleo a varios de los candidatos oficialistas derrotados el pasado 4 de abril. Ana María Quinteros, ex postulante a alcaldesa de Sucre, podría convertirse en la nueva directora del Seduca de Chuquisaca. Otro en la lista para recibir una “ayudita” gubernamental es Jerjes Justiniano, que además necesita una fuente de ingresos digna para pagar las múltiples deudas de campaña. Entre las alternativas que se manejan en su caso, la más audaz es la de nombrarlo gobernador interino en caso de una inhabilitación de Rubén Costas.

Directiva 30

Inaudito: mediante la denominada Directiva 30, el “Órgano Electoral Plurinacional” instruyó a las Cortes que obviaran varios incisos de la Ley Electoral Transitoria, para aplicar un sistema de distribución de escaños en las Asambleas Departamentales que claramente beneficia al oficialismo. En La Paz, el sistema impuesto por la ilegal directiva hace subir de 19 a 30 los asambleístas masistas. En Santa Cruz, la Directiva 30 beneficia tanto al MAS (1 asambleísta adicional) como a VERDES (2), en detrimento de otras fuerzas políticas.



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