Jallalla Jodamaq


danielpasquier Daniel A. Pasquier Rivero

Tan breve y tan expresivo el grito de presentación y protesta del Grupo Rebeldía en La Paz, exigiendo al gobierno atención a sus pedidos sobre derechos a la libertad sexual, de alguna manera interpreta el sentimiento de gran parte de la ciudadanía en todo el país. La amplia gama de reclamos y el compromiso de diferentes grupos sociales demuestra objetivamente que el partido en gobierno está perdiendo el apoyo generado inicialmente por su propuesta de cambio. La impaciencia de la ciudadanía parece decir: cinco años ya son más que suficiente.



El gobierno no encuentra explicaciones satisfactorias a los cuestionamientos y se complica echándole el fardo a la oposición cuando repite por activa y por pasiva que ésta no es constructiva, que no tiene propuestas alternativas, etc. Es cierto que a la oposición le falta iniciativa principalmente debido a la ausencia de un liderazgo definido, pero no es menos cierto que la Asamblea Legislativa Plurinacional se ha convertido en una caja de resonancia del Órgano Ejecutivo Plurinacional, que aprueba sin mayores modificaciones lo que se le envía, convirtiendo en inútil aún la escasa participación de la oposición residual. Detrás de las rimbombantes denominaciones que ha tomado el aparato estatal se esconde el verdadero poder, cada vez más omnímodo, del Presidente Morales. Sus órdenes se cumplen mientras él continúa con sus actividades de proselitismo político o de “figuretti” internacional. ¿Quién lo asesora en esta maratónica actividad, son nacionales o extranjeros?

La prisa contra el propio Estado. La famosa “Ley corta” ha dejado en suspenso a todas las autoridades electas por el voto popular y es utilizada por el MAS para quitar de su camino al resto opositor, o al menos para chantajear. Motivar una simple imputación formal y desencadenar el caos en una institución es muy fácil. Ha sido contundente en Quillacollo, Porvenir, Sucre, a quien Evo decididamente no está dispuesta a perdonar, quizás por exigirle “pedir perdón o al menos una disculpa” por los sucesos de La Calancha. Ha fracasado en Potosí donde la lealtad de los siete concejales de Joaquino ha evitado su destitución. Y en la Alcaldía de Chacarilla (La Paz) se ha presentado el caso contrario: el Alcalde masista tiene un proceso pendiente por narcotráfico, por el cual estuvo preso en San Pedro el 2006, pero aún se mantiene en el cargo. En otros niveles de gobierno hay más de un proceso por ventilar y la ocasión no va a ser desaprovechada, dependiendo de los intereses en pugna. En este suma y resta, el final, como en el futbol, será de infarto.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

La Ley del Régimen Electoral será motivo de trifulca cuando empiece a hacerse realidad el nombramiento “directo” por el Presidente de al menos 9 miembros en las Cortes Departamentales Electorales, como también lo será la reforma judicial propuesta en la Ley del Órgano Judicial con la inclusión de elección mediante voto público de jueces, lo que implica la legalización de la politización de la justicia. El indiscutible “cuoteo” practicado en el régimen anterior, al menos se reconocía como absolutamente ilegal. Bajo estos cánones existe gran Incertidumbre y preocupación por ver en quién recae la responsabilidad de defender al ciudadano de la acción del Estado según la nueva Ley del Tribunal Constitucional: el riesgo de legalizar la “indefensión” es real.

La aprobación, como parece que será, entre gallos y medianoche, de la Ley Marco de Autonomía es la que posiblemente hará estallar los mayores conflictos sociales, aumentando consecuentemente los problemas de inseguridad, violencia y exacerbación de los enfrentamientos entre bolivianos. La resistencia no parece nacer de los otrora líderes del movimiento autonomista a nivel departamental, hoy confundidos por el ahora “todos somos autonomistas”, sino de los grupos indígenas que reclaman lo que está en la CPE: autogobierno, territorialidad, y decisión sobre el uso de recursos naturales (incluyendo fundamentalmente y como era obvio los hidrocarburíferos, los minerales y forestales). Ya no se lucha por el reconocimiento de culturas ancestrales, con sus usos y costumbres, por identidades perdidas o sometidas, o por la dignidad de los pueblos. Llegó la hora de la verdad: ahora se lucha por el dinero. Los mayores recursos se encuentren en territorios de naciones originarias minoritarias, lo que pone sobre el tapete la verdad del discurso indigenista del MAS, que propone en los hechos al menos la “andinización” del Estado Plurinacional. El colmo del desprecio por el resto de las naciones originarias ha llegado con la amenaza de poner a los cocaleros (de mayoría quechua y aymara) en pie de guerra contra el resto de las otras 34 naciones originarias. Aunque al inicio el Consejo de Ayllus y Markas del Qullasuyo ha apoyado a la CIDOB, una Diputada del MAS ha denunciado a la prensa que el MAS “nos ha mamado” y otros de sus compañeros se pliegan a las protestas, el gobierno califica la marcha como “derechista y vendida a los gringos”. Indígenas oficialistas y opositores coinciden en que hay “demasiada soberbia de parte del Presidente”.

¿Será el fin del proyecto indigenista? En Ecuador el presidente Correa ya trazó la raya: “No aceptaremos que el Ejecutivo tenga que pedirle permiso a tal o cual gremio para gobernar"; Chávez les ha impuesto la “burka” escondiendo a los aborígenes el gozo con la piel morena; Castro borró del mapa a los afrodescendientes, visibles sólo para el deporte y el arte.

El futuro incierto y el caos no proyectan una buena imagen del país. Abolida la igualdad ante la ley, ¿qué queda para construir el nuevo Estado? Es una incógnita tanto la posibilidad como el resultado. ¿Se llegará a la “Comuna” propuesta por Chávez a Venezuela, o llegarán antes los Tribunales Internacionales para pedir cuentas sobre otros temas? En Santa Cruz ya hay miembros del Tribunal de La Haya investigando sobre el caso Hotel Las Américas. La ONU urge al gobierno a mayor compromiso en la lucha contra el narcotráfico. Recurriremos a la jerga de la Tv, ¿Quién nos salvará de ésta? Sin duda, estamos presenciando la bienvenida al caos. ¿Surgirán de entre la juventud cual Ave Fénix los nuevos líderes que necesitamos? ¡Jallalla Jodamaq!