Fue reveladora la indulgencia con la que se refirió Evo Morales a la dictadura de García Meza, durante sus declaraciones alusivas al aniversario del golpe de Estado. Según el presidente, el ex comandante no sería culpable de lo que hizo, sino que fue manipulado por “los políticos”. Solidaridad que para muchos podrá parecer sorprendente, pero que lo es menos si reparamos en las crecientes similitudes entre ambos gobiernos, signados por la expansión del narcotráfico y la persecución de opositores. Recordemos también que el mandatario no militaba en esa época en el bando de los demócratas perseguidos, sino en el de los perseguidores, como lo constata la fotografía que ilustra esta columna. Izquierda o derecha, qué más da, todos los regímenes autoritarios terminan por parecerse.
Una traición “creativa”
Nadie debe sorprenderse por las declaraciones del presidente chileno, Sebastián Piñera, que ha ofrecido a Bolivia una “salida creativa al mar, pero sin soberanía”. Lo que sí debe llamarnos la atención es la política llevada adelante por el canciller David Choquehuanca, mezcla de ingenuidad y complicidad que se ha dejado encerrar en los marcos del bilateralismo profesado por Chile como doctrina estratégica. Del todo funcional al país trasandino ha resultado la famosa “agenda de 13 puntos” de Choquehuanca, que le permite al gobierno chileno negociar los temas que realmente le interesan -gas y agua fundamentalmente- rebajando la demanda marítima a un ítem más de discusión. Esperemos que el trasfondo de todo esto no sea el intercambio de un simple régimen de libre tránsito por la exportación de gas natural y aguas del Silala, vitales para la expansión de la minería chilena. Sería una traición a la patria “muy creativa”.
Autonomía congelada
El frío polar que sufre Bolivia por estos días es una buena metáfora del estado al que ha quedado reducido el proyecto autonómico de los departamentos, mutilado por la Constitución y ahora congelado por la Ley Marco. Efectos de una democracia bajo cero, donde todos los resortes del poder se concentran progresivamente en una sola mano. Hipotermia de las libertades que sólo podrá comenzar a revertirse cuando exista una oposición que no se deje embretar en los debates cada vez más pequeños que le señala el gobierno, sino que retome la senda del cuestionamiento a un orden constitucional políticamente inviable y jurídicamente viciado.
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