Internos resaltan el aspecto positivo que tiene la presencia de menores en prisión para la reinserción social de los reos. Sin embargo, esto también conlleva riesgos y desventajas para los niños.
Sergio Mendoza / La Paz
Dos dirigentes de dos importantes cárceles paceñas consideran que en la nueva ley de régimen penitenciario se debe mantener la permanencia de menores de seis años dentro de estos recintos ya que esto no sólo es una medida de protección para los niños y niñas, sino también de reinserción y bienestar para los privados de libertad.
«No olviden que un mundo de fieras se vuelve agresivo, duro, cruel. Pero estas criaturas, que son nuestros angelitos, hacen que eso no ocurra en este centro. Vemos con buenos ojos que las autoridades analicen esta situación y puedan, por lo menos, centro por centro, hacer diagnósticos para ver que sin niños las cárceles serían unas jaulas donde nos convertiríamos en bestias», manifestó el presidente de los delegados del penal de San Pedro, Víctor Hugo Mendoza.
Datos hasta 2013 señalaban que más de 2.000 niños y niñas viven en las cárceles con sus padres y madres en todo el país. La Ley de Ejecución Penal y Supervisión N° 2298, promulgada en 2001, señala en su artículo 26 que «los hijos del interno menores de seis años podrán permanecer en los establecimientos penitenciarios siempre que el progenitor privado de libertad sea el que tenga la tutela del menor. (Dicha permanencia) se hará efectiva en guarderías expresamente destinadas para ellos».
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El Gobierno alista una nueva ley para transformar el sistema penitenciario a base de la rehabilitación y reinserción de los internos. Con ésta se modificaría la Ley 2298 y, por lo tanto, lo que se establece sobre los menores de seis años.
Sin embargo está el Código Niña, Niño y Adolescente (Ley 548), de julio de 2014, que establece: «En forma excepcional, la niña o niño que no alcanzó seis años de edad podrá permanecer con su madre, pero en ningún caso en los establecimientos penitenciarios para hombres. En espacios aledaños a los centros penitenciarios para mujeres se deberá habilitar centros de desarrollo infantil o guarderías». Los mayores de esa edad deben ser enviados con parientes cercanos o a centros de acogida.
En San Pedro los menores de edad andan libremente por donde quieran. Los reclusos consideran que su presencia allí, al igual que la de sus madres, ha contribuido a la tranquilidad, incursión en actividades laborales y reducción de la agresividad y violencia.
La presidenta de las delegadas del Centro de Orientación Femenina (COF) de Obrajes, Deysi Licona, cree que la estancia de los pequeños en prisión no es beneficiosa para ellos; sin embargo, la necesidad obliga a algunas mujeres a quedarse con sus hijos tras las rejas. Por ello en la nueva ley la autorización para que menores de seis años estén junto a sus padres privados de libertad debería continuar.
«Claro que debería mantenerse. Acá el 80% son madres que mantienen a sus hijos desde aquí adentro. Es decir que incluso trabajan año redondo para pagar sus estudios y necesidades básicas como la alimentación, salud y todo eso», explicó Licona.
Aunque ella también considera que esto trae desventajas para los menores, porque también se encuentran encarcelados, pagando una pena por algo que no cometieron y muchas veces creyendo que están allí por lo mismo que hicieron sus progenitores.
Las autoridades sostienen que aún no hay nada definido sobre este tema, excepto que la decisión que se asuma no puede estar alejada de la normativa, en este caso la que quedaría sería la Ley 548. El director general de Régimen Penitenciario, Jorge López, sostuvo: «Siempre apostaremos a lo que es la mejor opción para estos niños. La reforma debe ir en concordancia con la norma que indica la permanencia de menores de seis años sobre todo en centros de mujeres».
La directora departamental de Régimen Penitenciario de La Paz, Delia Illanes, recordó que la Ley 548 «prevé que la permanencia de menores de seis años, mientras no tengan familia ampliada, se puede dar con las madres, pero aparta a los padres. El proceso es amplio, hay aspectos positivos y negativos.
Fuente: paginasiete.bo