El alcalde de Tarija pide una justicia imparcial. Doria Medina reclama por un plan anticrisis y el gobernador de Potosí propone poner fin a la confrontación.La entrega de regalos a los niños fue una de las últimas actividades que realizó el gobernador en 2016El Deber / Aidee RojasA horas de iniciar el 2017, los políticos de la oposición y del oficialismo esperan que el próximo año concluya la confrontación verbal, se respete el sistema democrático, que haya justicia y que exista coordinación entre las autoridades de los diferentes niveles de gobierno.Hugo Siles, ministro de Autonomías, espera que en 2017 haya continuidad al plan de desarrollo económico que lidera el presidente Evo Morales para atender las necesidades de la población, mientras que el gobernador de Potosí, Juan Carlos Sejas (MAS), pide a la oposición que deponga el discurso confrontacional contra el Gobierno y apueste por plantear soluciones a los problemas.“Que en 2017 dejen de mentirle al pueblo como lo hicieron con el caso de Zapata (Gabriela) y que no obstruyan el desarrollo del pueblo”, manifestó.Benigno Vargas, presidente de la Brigada Parlamentaria de Santa Cruz, pide más coordinación entre las autoridades de los gobiernos subnacionales con el poder central, a fin de acelerar la ejecución de los proyectos de desarrollo en beneficio de los vecinos.Los opositoresDesde Tarija, el alcalde de la provincia Cercado, Rodrigo Paz Pereira, desea que en 2017 se amplíe el concepto de servicios básicos y se incluya el tema de educación, que el país dé un giro en su modelo de producción basado en materias primas y no renovables y establezca el modelo productivo de Santa Cruz y, por último, que el Estado garantice la independencia y equilibrio en el sistema judicial boliviano.“Un Estado que no cuenta con justicia transparente ni al servicio de su pueblo, es un Estado que no tiene una buena democracia, que no tiene bases sólidas y eso lo hace un Estado improvisado”, opinó Paz.Por su lado, el líder de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, espera que en 2017 se respete el resultado del referéndum del 21 de febrero, que el Gobierno de Morales diseñe un plan anticrisis en vez de hacer campañas proselitistas en procura de otra reelección presidencial