Y ahora que le llegó el turno de probar de su propia medicina el susodicho se espanta de los métodos que usa su gobierno para hundir al perseguido.
Gustavo Torrico, en la oficina de los Satucos, habla con los medios y contra ataca en respuesta a las denuncias que le hace «su gobierno» (foto La Razón)
Se lució el “satuco” y les cantó sus verdades a quienes, al parecer, son ahora sus ex correligionarios: denunció que el gobierno está presionando a la justicia para que mantengan detenido a Dirck Schmidt, a quien ya reconoció como a su colaborador y ratificó que fue funcionario del Ministerio de Gobierno.
Realmente el asunto está tomando contornos realmente interesantes: uno de los más insignes y visibles miembros de la “nomenklatura” masista como es Gustavo Torrico, está reconociendo que el gobierno presiona a la justicia para que obre de acuerdo a sus dictados y, es más, acude a “jueces amigos” para encarcelar a sus víctimas.
Pero eso no es todo. El mismo Torrico critica que para capturar al alemán se haya utilizado (ese es el término correcto) a un fiscal que no era de la división correspondiente y que no estaba de turno. Afirma, además, que si fue capturado en Porongo, debió remitirse a Schmidt a un juez de Porongo y no irse “hasta donde un juez amigo del Plan 3000” .
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“Es absolutamente ilegal esa detención, se acusa de flagrancia, pregunten a cualquier abogado penalista del país ¿Dónde hay flagrancia de alzamiento armado, de sedición? ¿Dirck Schmidt a las 03:00 de la mañana estaba pensando en su casa cómo derrocarlo al gobierno?¿eso es flagrancia?, pregúntele a un penalista”, afirma Torrico.
¡Pero si la cosa se pone sabrosona! El “satuco” tal vez sin querer ha descrito de una forma clarísima y contundente los métodos que ha utilizado de manera permanente el gobierno -y que él apoyó con entusiasmo hasta ahora- para acallar a la oposición, inventando “conspiraciones”, intentos de “magnicidio” o de “dividir a la patria”, que a estas alturas nadie cree.
Echemos un vistazo a esos métodos. Se promovió un enfrentamiento en Porvenir para derrocar al entonces prefecto pandino, Leopoldo Fernández, al cual, después de los hechos se lo acusó de haber perpetrado una masacre. Se lo detuvo y de inmediato se lo trasladó a La Paz. No se lo juzga donde supuestamente se cometió el delito. Además, los “jueces amigos” (del MAS) le niegan caso de corte.
Se incursiona en el hotel Las Américas y sin decir agua va, se acribilla a mansalva a tres supuestos “terroristas” entre ellos Eduardo Rozsa, Los sobrevivientes son también trasladados a La Paz. ¿Dónde hay flagrancia de alzamiento armado, de sedición? …debió también preguntarse en esa oportunidad Torrico. ¿ También a esa hora de la noche estaban pensando como derrocar al gobierno?
“No tiene ni pies ni cabeza, no aguantan un examen mínimo de primer semestre de derecho ese Juez y ese Fiscal, no lo aguantan”, afirma Torrico y la frase se acomoda muy bien al fiscal masista Marcelo Soza.
Realmente el “satuco” con habilidad de cirujano, ha diseccionado los oscuros métodos que ha utilizado el gobierno y que él, hasta hace pocos días, justificaba con la mayor firmeza. “La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida” diría Rubén Blades.
Con mucha razón Torrico les dice a sus “compañeros” que vuelvan a la Facultad de Derecho porque “ni para inventar tienen imaginación”. Acusan y difaman sin pruebas, dijo furibundo al emplazar a los ministros Coca y LLorenti que le prueben que él extorsionaba a los menonitas, ¿y quien presentó alguna prueba contra los perseguidos y encarcelados por el caso Rozsa?. Y hay más porque Torrico afirma que “en las mentes psicóticas (del gobierno) uno ya no puede saber que es lo que ocurre”. Tiene toda la razón don “satuco”.