…que cuando llegaron a Santa Cruz a homenajear a la República que fue enterrada por ellos, el último más auténtico y más genuino personaje cruceño no les dio el gusto de quitarse el sombrero porque ya estaba muerto!
Gabriela Ichaso Elcuaz en ideariapuntog.blogspot.com
En medio de las celebraciones del Bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810, la presidente de la República Argentina no asistió al acto oficial de reinauguración del emblemático, histórico y mundialmente conocido Teatro Colón, recién restaurado y remodelado totalmente por el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires porque "la política no puede ni debe ser una media ceremonia de cinismo e hipocresía. Disfrute usted tranquilo y sin presencias molestas de la velada del 24 de mayo…" (sic)
Cristina Fernández rechazó la invitación de Mauricio Macri, Jefe de Gobierno de la capital argentina, mediante una dura carta en la que declara que "la increíble catarata de agravios que ha proferido durante la última semana, llegando al día de la fecha a manifestaciones públicas descalificatorias de índole personal, marcan un límite que no estoy dispuesta a cruzar". (sic)
En Santa Cruz, llevamos semanas, meses y años presenciando la confrontación política entre el Gobierno nacional, por un lado, y los Gobiernos autónomos locales, por el otro. Más allá de los anecdóticos ajos y cebollas con que adornan las declaraciones mediáticas de ida y de vuelta y con las que nos mantienen en un patético estado de apronte subliminal, resultó que los principios de coherencia, autonomía, respeto a los derechos humanos, seriedad y reglas claras, se aplican para cuando nos llaman a firmar libros, a movilizarnos, a huelga de hambre y a votar contra el totalitarismo instaurado. A la hora del 6 de agosto que a los republicanos nos toca recordar y que da uno de los pocos sentidos verdaderamente nacionales de bolivianidad, a pesar de haber sido borrada la República de Bolivia de la Constitución por el actual Gobierno, resulta que los defensores de tales principios, se revisten de solemnidad para prepararles en nuestra casa, hospedaje, fiesta y almohadita para que los acusados de centralismo, persecución y anticruceñismo, se sientan queridos.
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En medio del cinismo y la hipocresía desplegados en el nombre del 6 de agosto, la solemnidad de un acto oficial montado por el Poder Central para controlar cualquier intento de reivindicación pública serio de la República sometida, sólo podía tener cabida en Santa Cruz: el epicentro de la resistencia democrática, aquella que los elegidos por voto para representarla le dan tanta prioridad y valía, que sucumbe ante el deseo telefónico del Vicepresidente de realizar la ceremonia aquí. No se les ocurrió otra cosa que asentir sin chistar, doblarla en pedacitos, guardarla en el bolsillo y una vez pase la fecha, desplegarla de vuelta para usarnos cuando haga falta.
"No me da el carácter", dijo el Alcalde. "Les prestamos la FEXPO", dijo otro cuando los enviados del protocolo andino consideraron poca cosa el bellísimo patio central a cielo abierto de la vieja casona municipal e insuficiente nuestra recién remodelada Casa Municipal de Cultura. Para más yapa, Santa Cruz de la Sierra desnudó que -entre selva de cemento y jardines enjaulados- no cuenta con un espacio público adecuado y suficiente para albergar una delegación completa de Poder Ejecutivo y Legislativo a la vez. ¿La Presidente Cristina Fernández se dirigiría al pueblo argentino un 9 de julio desde el seno del Congreso sesionando en instalaciones del campo ferial de la Sociedad Rural Argentina?
Y nos van a poner cara circunspecta para recordarnos que es ley del cruceño la hospitalidad, que Santa Cruz es Bolivia (como acaba de acordarse el Gobierno nacional), que el Presidente es Presidente y hay que respetarlo, que un acto protocolar no es inherente al fondo de la cuestión. ¡Hasta cuándo se van a ser los locos para peerse a gusto! ¡Se es o no se es, no vengan a querer charlárnosla según a quién le están quemando las papas! ¡Líderes de pliqui! (*)
El propio Gobernador de Chuquisaca, departamento donde se asienta la hermosa e histórica Sucre, capital de la República, se encargó de anunciar que el 6 de agosto no había nada que celebrar porque el Estado plurinacional había reemplazado a la República. De hecho, esta autoridad de la línea del partido de Evo Morales no dejó lugar a la menor duda. Que Evo Morales hubiera presidido los actos del 6 de agosto en Sucre, la cuna fundacional del 6 de agosto, como todos los Presidentes de Bolivia lo hicieron, hubiera sido una incoherencia con su palabra y su acción.
¡Qué tristemente oportuna y premonitoria la partida del Camba Florencio! ¡El está libre de ser parte de la función de circo y nosotros cerraremos los ojos y lloraremos por dentro antes que ver nuestros más caros símbolos y anhelos, embanderados de la foránea whipala ajena a los nuestros! ¡Dentro de 100 años, cuando se relate la capitulación del 6 de agosto de 2010, alguien también va a tener que decirlo: que cuando llegaron a Santa Cruz a homenajear a la República que fue enterrada por ellos, el último más auténtico y más genuino personaje cruceño no les dio el gusto de quitarse el sombrero porque ya estaba muerto!
(*) De pliqui: Modismo cruceño que significa "de mentira".