La cómplice mayoría


La mayoría parlamentaria exculpa rápidamente si el delito viene de sus aliados pero se muestra implacable con los opositores que están condenados de antemano.

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Pobladores de Caranavi velan a uno de sus muertos, fue el pasado mes de mayo. (foto Ap)



Nadie, excepto alguien que sea demasiado ingenuo, podía haber supuesto que la Comisión Mixta de la Cámara de Diputados de mayoría masista, emitiría un informe que por lo menos sugiriera un atisbo de responsabilidad del ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, del exviceministro Gustavo Torrico o del comandante de la Policía, Oscar Nina y menos aún del cacique de la zona, el actual senador Fidel Surco en los hechos de violencia sucedidos en Caranavi el pasado mes de de mayo y que dejaron como saldo dos muertos y decenas de heridos.

Finalmente el MAS cuenta con la mayoría en la Asamblea legislativa y en las comisiones y era de esperar que la utilizaría, como efectivamente ocurrió, para librar a sus correligionarios y echar la culpa sobre etéreos dirigentes y más aún, sobre los medios de comunicación que dicen, habrían atizado el conflicto.

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Es evidente que dicha comisión, con la complicidad del diputado Zabaleta (MSM) que siempre está del lado del MAS, no se preocupó de cuidar las apariencias y ni siquiera intentó un remedo de investigación. Llorenti, Nina y Surco estaban exculpados de antemano. Como ya es norma, la comisión se limitó a cumplir las instrucciones llegadas del palacio de Gobierno y las observaciones de parlamentarios de la oposición no fueron tomadas en cuenta en el informe final.

El procedimiento no podía ser más grotesco. Simplemente se hizo a un lado las declaraciones de testigos que aseguraron que los disparos provinieron de los efectivos policiales y no se requirió un informe de balística por cuanto eso no encajaba dentro de los propósitos de la comisión de sacar limpios de polvo y paja a las autoridades gubernamentales.

Esta actitud no es una excepción sino la regla de comportamiento del oficialismo, el de ahora y el de antes, solo que los masistas lo hacen en forma grosera y abusiva; es una muestra de la forma en la que funciona la “justicia” bajo el actual gobierno.  

En Caranavi se mostró en toda su crudeza la acción del “Estado Plurinacional” que acudió prestamente para preservar los intereses del díscolo senador Fidel Surco pero que no se preocupó por cuidar la vida de los policías asesinados en Uncía, un caso que está quedando en la nebulosa y que ninguna comisión legislativa se ha encargado de investigar debido a que el norte de Potosí es uno de los baluartes políticos del actual gobierno.

Esa mayoría parlamentaria permite todo cuando conviene a sus intereses pero se muestra implacable con los opositores, los cuales, contrariamente a lo que ocurre con los oficialistas, están condenados de antemano.

En estos tiempos la justicia se define de acuerdo a los intereses del más fuerte y la democracia que busca la coexistencia entre posiciones diferentes, es arrinconada por los masistas porque ellos la entienden como la imposición de su mayoría sobre las minorías; el problema está en que esa mayoría circunstancial no tiene siempre la razón.

Ante el imperio de esta “mayoría” es seguro que seguiremos siendo testigos de numerosas “investigaciones” en las que solo para los masistas regirá el principio de la presunción de inocencia y si no la creen pregunten al opositor ex prefecto Leopoldo Fernández que ya lleva preso dos años, sin el debido proceso y sin sentencia.