Mujeres, secuestros y mucho dinero: la gran vida de Macri


El presidente de Argentina llega hoy a España. Es uno de los líderes más carismáticos de América y tiene, a su vez, una de las vidas más emocionantes, analizadas y a veces peligrosas.

Mauricio Macri durante la cumbre del G20 celebrada en septiembre de 2016 en Hangzhou, China.

Ya desde joven la prensa lo quería. Mauricio Macri (Buenos Aires, 1959) pertenece a una de las diez familias empresariales más poderosas de Argentina. Su padre, Franco Macri (Roma, 1930) llegó desde Italia siendo un albañil y montó un imperio basado en la construcción y la obra pública. Su primogénito no se limitó a vivir de las rentas. Ambicioso, inteligente y mediático, a diferencia de su hermética familia, a Macri siempre le gustó coquetear con la prensa. En los medios quedan documentados sus éxitos profesionales: en el conglomerado familiar SOCMA (Sociedades Macri), como presidente de Boca Juniors, como alcalde de Buenos Aires y, desde 2015, como presidente de Argentina. Pero los medios también ha documentado su emocionante (y a veces peligrosa) vida personal: bodas, divorcios, secuestros y mucho dinero.

ALTAS MORENAS Y GUAPAS: LAS MUJERES DE SU VIDA

En el ámbito amoroso, Macri ha mantenido una coherencia estética. Le suelen gustar las mujeres altas, delgadas, morenas y guapas. Su primera esposa fue Ivonne Bordeu (entre 1981 y 1991), la hija de un reputado corredor de automóviles con quien Macri estuvo casado durante una década. Con ella tuvo tres hijos: Agustina, Gimena y Franciso. En 1991 se separaron y a los dos años Macri volvió a pasar por el altar. Su novia, la explosiva modelo Isabel Menditeguy, hija del famoso polista Carlos Menditeguy, era una niña bien de la sociedad porteña que se había refugiado en el extranjero después de que el clan de los Puccio asesinaran a su novio, Ricardo Manoukian. Los Puccio era una buena familia de Buenos Aires que en los años ochenta se dedicó a secuestrar y extorsionar a empresarios y cuya espeluznante historia se contó en la película El Clan (2015).En la década de los noventa, Macri y Menditeguy se convirtieron en la pareja de moda. Atraían a los paparazzi como la luz a las polillas. De día, ella se ocultaba tras unas enormes gafas negras pero de noche brillaba con luz propia. El salto de Macri a la política acabó con ese sueño. En 2005 firmaron un divorcio tumultuoso tras un dura negociación que incluyó hasta detectives privados, según la revista Noticias.Antes de que la millonaria Juliana Awada, una empresaria textil e icono de moda 15 años menor que él, se cruzara en su camino, Macri mantuvo una relación de casi cuatro años con la uruguaya María Laura «Malala» Groba, a quien conoció en Punta del Este. Alta y morena, elegante y discreta, Groba tenía un hijo de un matrimonio anterior y era licenciada en politología por la Universidad de San Andrés. Aunque nunca se casaron, durante los años de Macri como alcalde de Buenos Aires ejerció de “primera dama” porteña.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Con su pareja de entonces, María Laura Groba, en 2007.

Los destinos de Awada y Macri se cruzaron en un lugar que despierta tanto arrebato como rechazo: el gimnasio. Lo suyo fue un flechazo. Ella se estaba divorciando del conde Bruno Barbier, con quien tenía una hija, Valentina, y a los dos meses Macri ya le estaba pidiendo matrimonio. Él también quería tener un hijo con ella. Y lo tuvo: Antonia. El proyecto de boda entre los dos empresarios no solo entusiasmó a sus protagonistas. Los directores de la campaña a la alcaldía, en la que entonces estaba sumido Macri, andaban entusiasmados con el efecto Awada. “No sé si puede influir en el electorado, pero sí en Mauricio: está enamorado, inusualmente alegre, y eso es positivo para un candidato. Además, a Mauricio la gente no lo percibe como un político”, confesaba el diputado Federico Pinedo en 2010 al diario Clarín.Años más tarde, y ya como candidato a la presidencia, el efecto Awada cumplió su papel. La pareja se convirtió en un fenómeno tan mediático como en su día lo fueron Bruni y Sarkozy. Guapos, jóvenes y millonarios. La prensa los amaba. Sin desmerecer la colaboración de doce años de kirchnerismo, Macri-Awada, como Sarkozy-Bruni, ganó las elecciones.

“TUVE MIEDO DE QUE ME MATARAN”

Otra de las mujeres en la vida del mandatario es su hermana Florencia. Única hija del matrimonio entre su padre Franco y su segunda mujer, la psicóloga Cristina Cressier, nació en 1985 y es la pequeña de los seis hijos del patriarca (los cinco primeros los tuvo con su primera mujer, Alicia Blanco Villegas, una riquísima heredera). A Macri, el primogénito, y a Florencia, los separan 26 años. A pesar del salto generacional, ambos comparten una tenebrosa experiencia vital: ser víctimas de un secuestro.

Mauricio Macri con Diego Armando Maradona en 2005.

El de Mauricio ocurrió en 1991 una noche a la puerta de su casa. Cuatro tipos salieron de la oscuridad, lo golpearon y lo introdujeron en una furgoneta. “Mauricio iba con los ojos vendados, amordazado y encapuchado […]. Le ataron las manos con alambre y lo dejaron en posición de rezo. También le sacaron el reloj y la moneda de plata con gancho que sostenía sus documentos. Quedó en camisa, pantalón y medias. Para evitar cualquier falla en la venda y la capucha, lo metieron en un cajón, conocido como el ataúd”, contaba la periodista Natasha Niebieskikwiat en su libro El Secuestro (Ed. Planeta).Pasó doce días cautivo y tras el pago de seis millones de dólares, que entregó su padre en persona, quedó liberado. “Fue todo una pesadilla. Algo en mí cambió para siempre”, declararía más tarde a Clarín.Lo más llamativo de aquella historia llegaría 25 años después; en forma de entrevista a uno de sus secuestradores: “Yo lo voté, es un hombre admirable”, decía sobre el empresario el exsubcomisario José Ahmed, en declaraciones exclusiva a Infobae. Macri dinamitaba el concepto de Síndrome de Estocolmo hasta darle la vueltaEl secuestro de Florencia, la heredera más joven del imperio, ocurrió en 2003, cuando la chica tenía 19 años. Los Macri revivían la pesadilla. Los raptores pedían 1,5 millones de dólares y el patriarca, una vez más, se puso al frente de las negociaciones. Seis días después Florencia quedó liberada. “Me agarraron en la puerta de la facultad. Eran dos tipos. Se subieron al auto, me pasaron para atrás y me taparon con algo. En ese momento me puse muy nerviosa […]. Tuve miedo de que me mataran«, contaba en una entrevista al diario Clarín.

Juliana Awada

UNA CINEASTA, UNA PINTORA Y UN EXCELENTE JUGADOR DE RUGBY

Tengo tres mujeres: Agus, Gime y Antonia, y un varón al que le decimos Caíco”, arrancaba la biografía en Facebook del presidente argentino. Además de la mediática Antonia, la hija de cinco años concebida junto a Awada, Macri tiene otros tres vástagos nacidos de su matrimonio con Ivonne Bordeu.Agustina (36), Gimena (33) y Francisco (28) viven en Buenos Aires y mantienen un perfil bajísimo. Tanto que ni siquiera acudieron a la toma de posesión de su padre. La primogénita, Agus, nació cuando Macri tenía solo 22 años y fue quien más sufrió la separación de sus progenitores, quienes se divorciaron cuando la niña había cumplido los diez. Tras empezar los estudios de Sociología decidió cambiar de rumbo y dedicarse al cine. Estudió el Máster en Documental de Creación en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona y, de vuelta a su país, ha rodado varios documentales. Este año estrenará su primera película, Amor y anarquía. “Agus es una chica encantadora pero muy tímida”, nos cuenta uno de sus compañeros de trabajo. En octubre de 2016, salió de su ostracismo mediático tras asistir junto a su padre a una audiencia con el Papa Francisco en el Vaticano.Como Agustina, su hermana Gimena estudió la secundaria en Northlands School, un colegio bilingüe y privado donde se forman los hijos de las mejores familias bonaerenses. Quienes la conocen dicen que es la más bohemia del clan y, como su hermana mayor, también ha salido artista. Tras estudiar Artes Visuales en la San Francisco y pasar una temporada en Londres donde estudió dibujo, Gime, como la llaman sus amigos, se ha decantado por la pintura. Ha participado en varias exposiciones, incluida ArteBa, y parte de su obra puede verse en su página web.El único varón de la familia se llama Francisco, Caíco, y es el menos mediático del ya de por sí poco mediático clan Macri. A sus 28 años el mundo empresarial no le ha llamado por su camino y él tampoco trabaja en holding familiar. Sus pasiones son la publicidad y el cine, donde ha colaborado en algún proyecto junto a su hermana Agustina. Además es un gran jugador de rugby y ha participado en varios torneos del Club Newman, uno de los más exclusivos de la capital. También es aficionado a la música: toca la batería en el grupo de rock Dr. Chopper & The Subtitles.Fuente: revistavanityfair.es