Tiene 42 años de trayectoria periodística habiendo ganado dos premios Rey de España y muchos otros reconocimientos por su trabajo. Guillén reflexionó sobre el oficio y los riesgos de los reporteros en América LatinaLa Asociación Nacional de la Prensa promovió su visita al país. Hoy estará en la ciudad de La PazGonzalo Guillén es de los periodistas que no tiene reparos en meter el dedo en la llaga en temas en los que otros prefieren pasar de largo o hacer la vista gorda. Incluso ha tenido que salir de su país por las amenazas de muerte que ha recibido o andar protegido por guardaespaldas por sus investigaciones sobre corrupción, narcotráfico o por poner en duda la operación Jaque, en la que se rescató a Ingrid Betancourt y a otros secuestrados que tenían las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (Farc) “No fue un éxito militar sino una larga negociación en la que estuvieron involucrados el gobierno colombiano y los estadounidenses”, asegura y trata de demostrarlo en Operación Jaque, una jugada no tan maestra, documental que ayer presentó en el salón Pedro y Rosa de EL DEBER, como parte del taller de periodismo acerca de la ética informativa en épocas de conflicto, auspiciado por la Asociación Nacional de la Prensa. Luego del curso Guillén accedió a responder algunas preguntas acerca de su visión del periodismo actual.En sus 42 años de periodismo ha sido protagonista y testigo de diversas etapas del periodismo en América Latina. ¿Cómo lo percibe hoy?Lo veo mal. Veo un periodismo muy poco comprometido, entregado a los intereses económicos. Los medios en general en América Latina han perdido su valentía, su compromiso con el oficio y con la verdad, pero a pesar de todo aún hay una parte muy buena que es que contamos con la internet. Eso nos permite investigar más rápido y establecer contactos que antes nos demandaría mucho dinero. Además es una fuente de divulgación de información fabulosa. Uno mismo puede ser un medio de comunicación. Entonces, creo que están dadas todas las condiciones para que el periodismo sea mejor y para que no se acuda al facilismo.Usted ha dicho que actualmente la información está llena de peligros ¿Por qué?Sí, y más el tipo de información que yo manejo, busco e investigo, que está lleno de trampas y de peligros. Es que hay datos que por solo saberlos te pueden matar. De hecho, a mi casa la asaltaron solo para recuperar un disco duro que había obtenido con información de gastos reservados del Estado colombiano. Después son miles los peligros, incluso de fuentes que te tienden trampas y si uno no confirma las cosas puede acabar con tu carrera.¿Cómo se logra realizar una investigación periodística de calidad?Como siempre se ha hecho, confrontando la información y contrastándola. Es la regla de oro. Creo que nadie nunca va a conseguir la verdad absoluta, pero sí hay métodos y el oficio tiene unas normas muy simples que le permiten a uno investigar y hacerlo con pie firme.Usted ha trabajado mucho investigando el problema del narcotráfico. ¿Cómo se puede seguir investigando en un panorama tan difícil y tan complejo donde el periodista se juega la vida todos los días, como pasa en México?Pues yo siempre digo que uno llega donde uno quiere llegar. Nadie puede obligar a una persona a entrar a incitar y a torear a los poderes siniestros que dominan en ese mundo. Cuando publiqué el relato del que fue piloto del Chapo Guzmán me llamó (Javier) Valdez, el periodista mexicano que mataron hace poco, un hombre muy valiente; él quería detalles sobre personas que yo mencionaba en el relato. Él sabía el riesgo que estaba corriendo, pero también estaba muy entusiasmado por todo lo que había logrado y todo lo que había podido denunciar.¿Qué opina de la entrega de armas de las Farc?Creo que hay un gran compromiso de las Farc que entregaron las armas de manera oficial. Ahora les toca entrar a algo que es mucho más peligroso para ellos, que es la política, porque no dudo de que ya haya un plan de exterminio de ellos, como ya lo hubo una vez. Creo que es un acto de valentía y aplaudo también que Santos se haya gastado todo su capital político en sacar adelante el proceso de paz contra todos los enemigos que tiene la paz.¿Cuál ha sido el costo de este proceso de paz?El costo en los procesos de paz es muy alto. Los periodistas tenemos que jugar un papel muy importante para que se conozca la verdad, porque la guerra colombiana fue aterradora.EL DEBER / Ricardo Herrera