Singapur, a la vanguardia del aprendizaje a lo largo de toda la vida

¿Cómo garantizar que los empleados puedan mejorar y reentrenarse cuando la inteligencia artificial amenaza con digitalizar las carreras de posgrado? Singapur lidera el camino en el aprendizaje masivo a lo largo de toda la vida

El objetivo de continuar formándose a lo largo de la vida
El objetivo de continuar formándose a lo largo de la vida

Fuente: infobae.com

Las universidades de todo el mundo están bajo una creciente presión para asegurar que sus graduados sean empleables más allá de sus veinte años. Por esta razón, los estudiantes adultos se están convirtiendo en el público objetivo de los programas de aprendizaje continuo. Según un interesante artículo de Times Higher Education, Singapur, una nación insular densamente poblada sin recursos naturales, se ha convertido en uno de los primeros países del mundo en tomar en serio el aprendizaje permanente, también conocido como longlife learning.



En 2014, el gobierno de Singapur lanzó el programa SkillsFuture con el lema “Desarrollar a nuestra gente”. El objetivo es brindar a los ciudadanos la oportunidad de desarrollar su máximo potencial a lo largo de su vida, y para ello se otorga a todos los ciudadanos mayores de 25 años un crédito que pueden utilizar para su capacitación. Algunas universidades han comenzado a animar a sus exalumnos a volver y mantenerse actualizados en las habilidades relevantes.

El aprendizaje continuo es un desafío para la universidad, los profesores y los estudiantes. En el mundo real, no es fácil cursar estudios superiores, ya que se deben tener en cuenta los trabajos y los entornos familiares. Por esta razón, muchos docentes que se ven a sí mismos como mentores de estudiantes universitarios, tratan a los estudiantes adultos desde un rol más cercano al del entrenador y abordan los problemas de manera colaborativa. Las clases funcionan como un grupo de apoyo.

Un paisaje de Singapur
Un paisaje de Singapur

Cuando se imparten cursos de aprendizaje permanente en computación y filosofía a estudiantes adultos con compromisos familiares y profesionales, continúa el artículo, la oferta debe ser más flexible no solo para atraer a estos estudiantes sino para lograr que los profesores también disfruten de una experiencia gratificante, ya que los aspectos sociales del aprendizaje se vuelven más importantes. Y, si bien, los cursos han rendido frutos entre jubilados, atraer a profesionales en la mitad de su carrera ha sido un desafío para las universidades.

La apuesta de Singapur es que los graduados tomen al menos un curso al año, aunque se sabe que llevará tiempo que los graduados se adapten a esta nueva práctica. Además, es necesario que las instituciones se adapten a los desafíos logísticos de la educación continua, como hacer cursos más flexibles en cuanto a horarios y requerimientos, y atraer a suficientes estudiantes para que los cursos sean rentables.

La apuesta de Singapur es que sus graduados tomen un curso de capacitación y actualización por año
La apuesta de Singapur es que sus graduados tomen un curso de capacitación y actualización por año

Además, otro de los interrogantes está en cómo será la articulación entre las instituciones educativas y las empresas para identificar las habilidades críticas que faltan y luego ofrecer cursos que satisfagan esas necesidades. Más desafíos: la calidad de la educación y la profesionalización de los docentes para adultos.

A medida que la empleabilidad se convierta en una preocupación global, es seguro que las iniciativas de Singapur en cuanto al aprendizaje a lo largo de toda la vida —o longlife learning— serán analizadas e imitadas en otros lugares. Aunque todavía es un experimento en sus primeras etapas, el objetivo es que la educación continua sea reconocida y valorada por la calidad de la enseñanza que se ofrece.