La marcha al oriente responde a un plan estrictamente político desprovisto de sustento económico y social. Los asentamientos de campesinos en Pando tienen una motivación electoral y como muchos otros aspectos que maneja el gobierno, indicar que se trata de una política de Estado resulta una falacia.
Nuevos vecinos pandinos. Son migrantes del occidente que viven en el barrio La Perla del Acre. (Foto: La Razón)
El argumento esgrimido por el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, el nuevo «cacique» de Pando, quien ha señalado que los asentamientos de campesinos de Cochabamba, Oruro y Potosí en ese departamento son para sentar soberanía nacional ante el permanente avasallamiento de ciudadanos brasileños y peruanos, resulta insostenible.
Sucede que los asentamientos se están produciendo en el área urbana de Cobija, la capital pandina, además de las poblaciones de Puerto Rico y Filadelfia por lo que es imposible que puedan responder a una política de colonización dirigida a sentar la soberanía nacional.
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Basta con echar una mirada al mapa para percatarse que Puerto Rico y Filadelfia se encuentran bastante lejos de la línea fronteriza con el Brasil en tanto que los asentamientos en Cobija, surgieron seis barrios nuevos de migrantes, difícilmente podrían ser parte de una estrategia de colonización, precisamente porque se están realizando en un área urbana y en forma apresurada antes de las elecciones de diciembre.
Otra cosa hubiera sido que los asentamientos se produzcan en zonas fronterizas dado que el abandono existente en regiones como Bolpebra en los que realmente la presencia nacional es inexistente.
Pero los asentamientos en las zonas urbanas se están produciendo en condiciones que significan una afrenta para la condición humana. Una muestra de ello es el asentamiento Tunari, en las afueras de Cobija, donde desde hace unos tres meses sobreviven unas 600 familias de campesinos provenientes de Cochabamba.
Habitan en casuchas armadas a la rápida y que no tienen los más elementales servicios básicos. Están, literalmente, echados a su suerte. Esto muestra que el gobierno no tiene interés alguno en mejorar sus condiciones de vida y estos compatriotas solo le interesan en la medida que puedan depositar su voto en favor del MAS.
Los asentamientos en Pando son parte de un amplio programa dirigido a cambiar la preferencia electoral en el oriente, que el MAS sabe que no le es favorable. El plan en Pando corresponde a un programa piloto que posteriormente será replicado en el Beni, Santa Cruz y el norte paceño, según admitió el viceministro Almaráz.
De acuerdo al plan elaborado en el viceministerio de Tierras se trata del masivo traslado de campesinos del norte de Potosí y de las poblaciones de Arque, Morochata e Independencia en el departamento de Cochabamba hacia las regiones orientales del país y también se traería repatriados de Argentina, de acuerdo a los requerimientos políticos del gobierno.
Sin embargo, a parte del traslado, los burócratas del gobierno no han elaborado un programa para dotar de las condiciones e insumos necesarios a los supuestos colonizadores, los cuales, en los hechos son los peones que ayudarán con su voto a que se concrete el sueño de Evo Morales de quedarse en el poder.