Otra vez censura, otra vez Canelas

laRazon Subeditorial La Razón

Un nuevo episodio consumado en el mismo Palacio Quemado se sumó a las crecientes limitaciones que el Ejecutivo impone a la labor periodística, cuya conclusión inobjetable es que en Bolivia se están produciendo restricciones gubernamentales a la libertad de información.

El caso fue inimaginable, se encerró a los periodistas en la Sala de Prensa del centro del poder en el país, para impedir que sea entrevistado el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, seguramente ante la presunción de que podrían plantearle preguntas incómodas o embarazosas.



La acción oficial consistió en anunciar a los periodistas que Chávez iba a visitar al presidente Morales en el Palacio de Gobierno, mediante la siguiente comunicación: “Colegas, el presidente Evo Morales y su homólogo Hugo Chávez se reunirán, hoy, 17 de julio, en Palacio de Gobierno a horas 10.00”.

Los periodistas se dieron cita a dicha hora y estuvieron circulando por el hall del Palacio, esperando a que se cumpla la llegada del visitante. A las 10.40, los guardias de seguridad anunciaron que se efectuaría una conferencia en la Sala de Prensa. Todos ellos ingresaron al recinto y luego les cerraron las puertas del mismo.

Inicialmente, los periodistas supusieron que era un procedimiento normal, pero, al extenderse su tiempo de duración, entraron en duda y pronto descubrieron que Hugo Chávez estaba ofreciendo declaraciones sólo ante dos medios oficiales: canal 7 de Televisión Nacional y la venezolana Telesur.

Entonces, los periodistas trataron de salir, intentando abrir las puertas de la oficina donde se encontraban encerrados, pero los guardaespaldas impidieron que aquello ocurra.

Horas más tarde, el vocero del Palacio, Iván Canelas, apareció para tratar de explicar lo inexplicable, diciendo que fue un “exceso del personal de seguridad”; es decir, ¿en el Palacio de Gobierno, quienes toman este tipo de decisiones son los marineros, no el capitán? Lo evidente es que hubo un atropello a la libertad de expresión, allí donde el Gobierno aseguró a la SIP que hay libertad de prensa, en un espectáculo.

La ofensa fue mayor, cuando Canelas distribuyó a los periodistas una copia grabada de la declaración de Hugo Chávez.