La crisis que se aproxima

image

Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. Los Tiempos: LA CRISIS QUE SE APROXIMA

  2. El Deber: Que la soberbia no impere

  3. La Razón: Sequía y angustia

  4. Cambio: A propósito del 4 de julio

  5. La Prensa: El reacomodo del proyecto de poder

  6. El Diario: La impunidad enfrentada a la CPE y a la Justicia

  7. El Mundo: Presión

  8. Opinión: Una drástica ley para combatir el contrabando

  9. Clarín, Argentina: En el G-20, con acuerdos mínimos




Los Tiempos: LA CRISIS QUE SE APROXIMA

La crisis que se avecina, siendo económica en sus orígenes, puede llegar al sistema político y al andamiaje ideológico y cultural europeo

Aunque todavía no reciben la atención que merecen porque no han alcanzado la magnitud catastrófica que suele ser necesaria para atraer la atención de los medios de comunicación, durante los últimos días han vuelto a proliferar las señales que hacen temer que tiempos muy difíciles se avecinan para la economía mundial.

De nada sirvió que durante la semana anterior se reunieran los mandatarios de los países del G20 en Toronto (Canadá) y mucho menos que al concluir sus deliberaciones -a las que calificaron de “fructíferas”- abundaran las declaraciones plenas de optimismo. Sólo horas después de clausurada la reunión se desencadenó un derrumbe en cadena de las bolsas de valores de Estados Unidos, Europa, China y Japón, lo que con razón fue interpretado como una clara muestra de que los gobernantes de los países más ricos del mundo han perdido toda posibilidad de detener lo que para cada vez más expertos en materia económica es un inminente colapso de las bases de la economía europea.

Es que el G20, con todas las atribuciones que se dio a los gobiernos que lo conforman, era el último bastión que le quedaba al poder político para conjurar una crisis que, como resulta cada vez más claro, está ya más allá del alcance de los estados y sus respectivos gobiernos. Lo que ahora se discute, por lo tanto, no es ya si habrá o no una gran crisis global, sino cuándo y dónde se producirá la explosión, quiénes serán sus principales víctimas y a quiénes se privilegiará al distribuir los pocos recursos de salvamento disponibles.

Hasta ahora, éstos han sido inútilmente destinados a salvar al sector financiero. Y como de nada o de muy poco han servido los 500.000 millones de euros destinados a ese fin, a medida que se acerca el vencimiento de los plazos sin que los bancos privados den muestras de poder cumplir sus compromisos el temor se va transformando en miedo.

Pero tan alarmantes como los datos que se reflejan en las frías cifras son los efectos políticos, sociales e incluso culturales que ya se empiezan a manifestarse. Es que para gran parte de los europeos, así como para los estadounidenses, tan o más inaceptable que ver esfumarse sus empleos, sus fondos de jubilación, sus esperanzas, es saber que los fondos que entrega el Estado en su nombre para salvar al sector financiero y reactivar la economía no han sido usados por los bancos para depurar sus balances, sino para seguir especulando, esta vez, con las deudas que hizo suyas el Estado y que ahora no puede pagar.

La vieja imagen de un sistema que privatiza las ganancias y socializa las pérdidas ha adquirido inusitada actualidad cuando ya parecía olvidada y el efecto que ocasiona en los ánimos colectivos, como ha comenzado a verse en Grecia, España y Francia, está muy por encima de los cálculos contables de quienes por estos días intentan resolver el problema relegando a la historia europea de lo que un día fue el “Estado de bienestar”.

Así pues, todo parece indicar que la crisis que se avecina, siendo económica en sus orígenes, puede llegar a sacudir los fundamentos básicos del sistema político y el andamiaje ideológico y cultural construido durante los últimos tiempos.

Ir al Indice

El Deber: Que la soberbia no impere

La historia boliviana está repleta de fracasos, generalmente protagonizados por gobiernos soberbios que no supieron cambiar su comportamiento a tiempo y provocaron rupturas democráticas que dejaron heridas profundas al país.

El comportamiento del Gobierno del presidente Evo Morales está decepcionando a muchos bolivianos, sobre todo por los gestos de soberbia que ha decidido mostrar no solamente contra sus rivales políticos, sino incluso con humildes indígenas.

Las muestras de esta decepción están aumentando en los últimos días, como se puede observar incluso por la cantidad de seguidores del jefe de Estado que no pueden seguir tolerando la actitud prepotente del Gobierno, y han comenzado a criticar.

Los seguidores del mandatario, ahora decepcionados, coinciden en sus argumentos. Dicen que el Gobierno está traicionando los principios de quienes lo llevaron a ese lugar, principios que incluso fueron incorporados en la nueva Constitución.

La rudeza y el desprecio aplicados contra los indígenas del oriente que marchan para exigir que se cumpla la Constitución no solamente incrementan la solidaridad de los ciudadanos con esa marcha, sino que están provocando la decepción y el desencanto de los que trabajaban o simpatizaban con el masismo. Desde El Alto han comenzado a surgir sorprendentes voces críticas.

La unanimidad casi total que se da en los medios de comunicación a favor del Gobierno, por compromisos de diferente tipo, no ha servido para ocultar los hechos que generan la decepción.

La destitución de alcaldes, como el de Sucre, o la del alcalde de Potosí, que está en proceso, además de otras arremetidas contra gobernadores electos, puede ser mostrada como procedimientos democráticos por algunos medios, pero ahora se descubre que la ciudadanía boliviana no se deja engañar.

La aprobación atropellada de leyes en el Legislativo tiene una frágil apariencia de legalidad, pero parece que los bolivianos tampoco se dejan engañar por esas apariencias. Que los proyectos de leyes sean debatidos sin ninguna esperanza de que puedan ser modificados es algo que no se podría llamar democracia. Y eso lo saben los ciudadanos.

Que un fiscal de dudosa capacidad profesional haya armado un sistema de “canilla abierta” para perseguir a quienes se le antoja podría tener cierto parecido con la justicia, pero ciertamente es un gesto más de la soberbia.

Que el presidente Morales haya decidido comprar un avión de lujo, que cuesta 38,7 millones de dólares y que tiene un costo de operación de 125 dólares el minuto, puede tener muchas explicaciones pero ninguna justificación. Muchos bolivianos han criticado este gesto, además de un diplomático ruso, pero el Gobierno no quiere admitir que esto es un grave error.

El manejo de la economía es muy deficiente, como se observa por la caricatura en que se ha convertido el caso Mutún: un festival de incompetencia. O el sueño profundo en que está el otro proyecto estrella, que es el litio.

Nunca es tarde para recapacitar y corregir actitudes equivocadas. El país dio al presidente Morales varias pruebas de su apoyo, pero él tendría que retribuir esas pruebas con un comportamiento por lo menos racional, pero de ninguna manera soberbio, como el que tiene ahora.

Ir al Indice

La Razón: Sequía y angustia

Las inclemencias del tiempo son una constante y reclaman soluciones estructurales

Un total de 16 municipios del Chaco boliviano se encuentran amparados por la declaratoria de emergencia nacional debido a la falta de precipitaciones pluviales: siete de Santa Cruz, cinco de Chuquisaca y cuatro de Tarija. Allí, la situación es desesperante.

La producción agrícola perdida se cuenta por toneladas; el ganado, por centenares de cabezas y las familias afectadas, por decenas de miles. Las autoridades parecen haber tomado conciencia de la gravedad del problema, pero su reacción llega algo tarde y semana que pasa la crisis se vuelve más angustiante.

En los siete municipios de la provincia cruceña Cordillera, el 20 por ciento del ganado se enfrenta al drama de la desnutrición. De continuar la carencia de forraje por la sequía, no le dan más de un mes de vida. La Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz) ha lanzado una advertencia: en tres meses habrá desabastecimiento de carne en el eje central del país.

La adversidad también se siente en el altiplano, los valles, la zona subtropical y la amazonia de La Paz, así como en la región altiplánica de Potosí, donde se trabaja para evitar la mortandad de las llamas.

Miles de hectáreas de sembradíos no podrán ser usufructuadas por los campesinos ni aprovechadas para el consumo en las ciudades. Sólo en el Chaco, se habla del riesgo de la producción de maní, trigo, maíz, sésamo, fréjol, tomate, haba y quinua, entre otros. Aquí la cuestión se agrava porque lo producido forma parte de la seguridad alimentaria de los habitantes de la zona.

Este fenómeno, aunque parezca mentira, ha tomado desprevenido a todo el mundo. Dicen los entendidos que la sequía, este año, se adelantó dos meses; habitualmente, se registra en agosto y se la afronta como se puede hasta que llegan las primeras lluvias.

Las inclemencias del tiempo son una constante y reclaman soluciones estructurales. Si no llueve demasiado, provocando inundaciones, el agua escasea y da paso a la sequía. Llegó el momento de que el Gobierno nacional, las gobernaciones y los municipios se aúnen para encarar este problema de manera conjunta.

Las declaratorias de emergencia o las entregas de lotes de alimentos, de forraje o de perforadoras para pozos de agua, sin una visión global del problema, sólo aportarán al desorden y es muy probable que también a la atención injusta de unos en desmedro de otros, quizá, más necesitados.

Ir al Indice

Cambio: A propósito del 4 de julio

La conmemoración de la fiesta nacional de Estados Unidos resulta ser una ocasión contradictoria, de los deseos independentistas de los descendientes de los peregrinos a la posguerra civil, tenemos un país comprometido con su proceso de consolidación interna. A partir de este sangriento hecho, el país capitalista se lanza a la conquista, no sólo de mercados, sino también de territorios, hasta llegar a ser la primera potencia en permanente estado de guerra después del desaparecido Imperio Romano.

La colonización norteamericana ha sido muy diferente a la española en estas tierras recién descubiertas. A las fértiles y ricas tierras del norte llegaron colonos a trabajar la tierra y establecer industrias propias, más que a saquear las riquezas minerales, como lo hizo España.

Al fortalecerse los colonos británicos decidieron deshacerse de la tutela real de Londres, sus intelectuales labraron una política independentista de enorme influencia en el mundo, sabemos que sus reflexiones y documentos llegaron hasta nuestra América e influenciaron en nuestros teóricos. Personajes de la talla de Benjamín Franklin y Thomas Jefferson son verdaderos exponentes de la revolución anticolonial. Lo que vino cien años después de ellos seguramente los avergonzaría.

La democracia norteamericana se vio enfrentada consigo misma cuando se discutió la necesidad, por cierto capitalista industrial, de liberar la mano de obra esclava que servía a las plantaciones del sur y no era aprovechada eficientemente por la pujante industria del norte, al principio a través de sus astilleros y luego con industrias pesadas del acero y otros. El conflicto se definió a favor de las industrias a través de la primera guerra que cobró un millón de vidas.

A partir de esta consolidación política, los peregrinos iniciaron la guerra contra los pueblos originarios para apoderarse de sus fértiles territorios, donde convivían con la naturaleza en un estado de armonía que hoy todos, menos los gobernantes norteamericanos, queremos recuperar para el bienestar humano.

Vino la llamada conquista del Oeste, lo que significó un costo de muerte y dolor para las poblaciones indígenas, pero también para el vecino México, que perdió un territorio enorme en guerras, pequeñas y grandes, con su ambicioso vecino del norte.

Centroamérica fue el siguiente zarpazo. La potencia quería un paso entre los dos océanos, para lo cual requería apoderarse de Nicaragua, Guatemala y el norte de Colombia.

El Caribe debería ser de su propiedad, así se vino su poderosa guerra internacional con la debilitada España. Cuba, la perla del Caribe, fue su presa, junto con Filipinas, con lo que se acercaba a los países orientales de China y Japón.

Es interesante observar que su sistema colonial no fue del estilo europeo del lejano y próximo pasado. Cuba y Filipinas no fueron colonias directas, se presentaron como países ‘libres’ con total control de Estados Unidos, el virrey fue reemplazado por el embajador. La Constitución de Cuba tenía una cláusula específica que daba a Washington la última palabra en todas sus políticas.

También adoptó otra política colonial de alto rendimiento y bajo costo: que los países se enfrenten en guerras que al final los beneficien, así logró que se cree una nueva república, Panamá, para poder construir su ansiado canal.

Desde el siglo XX hasta hace poco, América Latina fue un apéndice colonial de la nación fundada por los colonos y arrebatada por los banqueros e industriales.

Nuestros países fueron gobernados a través de dos mecanismos, los presidentes obsecuentes y serviles puestos a las buenas, mediante elecciones muchas veces amañadas; o a las malas, mediante golpes de Estado que llegaron a los fascismos más extremos. Muchas veces combinaron los dos procedimientos, tal el caso de Honduras hoy.

Cuba fue la primera rebelde exitosa, inauguró los años 60 con una revolución liberadora del yugo estadounidense que había hecho de la perla un enorme espacio de juego y prostitución, además de apoderarse de la economía azucarera de la isla, cuya población se encontraba sumida en la ignorancia, el hambre y la ausencia de servicios básicos.

La Revolución Cubana y su terquedad para avanzar por su propio camino crearon otros instrumentos coloniales para frenar el descontento de los sometidos, los cuerpos de paz y la Alianza para el Progreso, que en los últimos años se ha transformado en Usaid.

Sin embargo, la marea de la libertad nunca se detuvo, desde los años 60 a la actualidad los pueblos de nuestra América siempre han reclamado sus ansias de crecer por su propia voluntad, el cruel bloqueo a Cuba que trata de ahogarla en miseria nunca ha sido una acción que sirva de ejemplo a las aspiraciones de independencia.

La resistencia a su dominio ha requerido de las acciones coloniales más enérgicas, como el Plan Cóndor, los miles de muertos y desaparecidos que van desde el guatemalteco Jacobo Arbenz en el norte, hasta el chileno Salvador Allende al sur, en vez de disuadirnos nos señalan el camino de la libertad.

En este 4 de julio, los bolivianos y bolivianas, conscientes de nuestro destino, apoyamos las políticas de nuestro presidente para que Estados Unidos y Bolivia tengan una relación de verdadera amistad, es decir, de total respeto a nuestras decisiones. Que el embajador sea eso, un representante diplomático y no un gobernador supremo.

La ayuda estadounidense, que agradecemos igual que la japonesa, canadiense, sueca y de todo país amigo, debe ser eso, una ayuda a nuestra situación de postergación producto de los gobiernos fieles a sus políticas neoimperiales.

Si hay un ejemplo de ayuda que valoramos es la que tenemos con España. La anterior metrópoli que nos sometió hoy muestra un rostro de respeto con nuestro proceso.

Deseamos que su embajada y su agencia de cooperación actúen con total respeto a nuestras políticas, que no sintamos que tratan de dividirnos y enfrentarnos, como en Guatemala o Colombia (la del canal).

Bolivia y Estados Unidos son diferentes, por eso tenemos formas de gobierno, leyes y justicia diferentes, el imponer las de ustedes sólo trae atraso y hambre.

La Bolivia de hoy, libre y soberana, saluda al pueblo norteamericano en este aniversario, y le desea una pronta recuperación de los valores democráticos de sus fundadores y la reflexión del falso destino manifiesto que sólo ha traído luto y dolor para su pueblo y los nuestros.
 

Ir al Indice

La Prensa: El reacomodo del proyecto de poder

El proceso de cambio se decanta. Se aleja de las teorías y los documentos para aterrizar en la realidad que han determinado los gobernantes.

Cambia el Gobierno del proceso de cambio. Las señales políticas ?en un principio difusas, hoy inconfundibles? evidencian un giro en la administración del presidente Evo Morales, para lo que ha tenido que separarse de su principal aliado político y cuestionar y acusar a una de sus bases sociales, los pueblos indígenas de las tierras bajas. Casi seis meses después del inicio del segundo mandato, en el Palacio de Gobierno se ve a un grupo político, menos nutrido que hace un año, sin las figuras del pasado, con nuevas ideas, decidido a consolidar el proyecto de poder.

Tras la contundente y repetida victoria del MAS, lo cierto es que desde diciembre del año pasado, el Gobierno ha dado pasos desconcertantes y contradictorios ante sus aliados más importantes y sus bases sociales. Está claro que ese reacomodo no es únicamente intestinal, sino que busca proyectar otra imagen aupada por el mismo discurso del cambio.

En el primer semestre de su segunda administración, Morales ha alejado de su gabinete a los ministros que conformaban el cuarto de guerra (Quintana, Rada y San Miguel) y otros viceministros de primera línea; ha excluido de sus filas al intelectual campesino Félix Patzi, rompió la alianza con Juan Del Granado, líder del Movimiento Sin Miedo (MSM); marcó distancias con el magisterio a propósito de la demanda salarial, y, desde hace poco, critica a una de las organizaciones más importantes de los indígenas de las tierras bajas, la CIDOB.

Todo aquello tras haber superado todas las batallas electorales, sociales y políticas, con las que logró la aprobación de la Constitución Política del Estado, derrotó, mediante el sufragio universal y procesos judiciales, a sus enemigos políticos y adoptó el discurso de la autonomía. Hoy, con la vía más expedita, el Gobierno trabaja con un sindicato legislativo ?así ha llamado al Presidente a la Asamblea Legislativa? dispuesto a aprobar todas las leyes enviadas desde el Ejecutivo sin mayores modificaciones y restringiendo el debate.

Ya lo han advertido quienes impulsaron el proceso de cambio. Hace poco, el ex viceministro de Tierras Alejandro Almaraz acusó al Gobierno de violar la CPE respecto de la temática indígena, y puso en evidencia la incoherencia oficialista.

El Ministro de Autonomías afirma que lo que corresponde ahora es ?materializar la Constitución?, y para ello no hay nada mejor que concentrar en el Órgano Ejecutivo, en el nivel central, la paternidad de la autonomía.

Desde la óptica del Vicepresidente, lo que se hace ahora es, seguramente, construir el Estado integral, para que adquiera su solidez con el respaldo de la sociedad. Destacable objetivo político si no fuera por los principios democráticos que se vulneran, las durísimas fricciones internas en el oficialismo y la presión constante a los disidentes y opositores.

El proceso de cambio se decanta. Se aleja de las teorías y los documentos para aterrizar en una realidad ya delimitada. En apariencia, éste es un proceso en el que el MAS se aleja de los radicales y de las corrientes que le impiden extender su base social. ¿No será, por el contrario, el inicio de la etapa en la que los comandantes de la revolución deciden gobernar solos?

Ir al Indice

El Diario: La impunidad enfrentada a la CPE y a la Justicia

Hay ocasiones en las que recordar frases del Libertador Simón Bolívar es oportuno y necesario. Así, frente a la inmunidad con que actúan hordas de criminales que asesinan y cometen delitos contra los derechos humanos, como el asesinato de cuatro policías en Uncía, cabe recordar esta parte de una frase célebre: “…Considerad que la corrupción de los pueblos nace de la indulgencia de los tribunales y de la impunidad de los delitos”. Lo ocurrido en Uncía y en muchos otros sitios debido a la “justicia comunitaria” muestra que todo queda en la impunidad porque nadie hizo ni hace algo por frenar abusos y crímenes que lastiman a todo el país.

Que representantes del Poder Judicial y policías “no pueden ingresar a la región de los crímenes” sin la autorización de “mallcus y otras autoridades indígenas” quiere decir que se ha perdido totalmente la noción de autoridad, un principio que el Gobierno debía hacer respetar en todo momento y ante cualquier circunstancia.

¿Cuál es la realidad sobre la aplicación de la “justicia comunitaria” aplicada con total inmunidad e impunidad por grupos campesinos que, dicen ellos, “amparados por la Constitución Política” e interpretada a su gusto y sabor la aplican en contra de quienes creen ser sus enemigos o contrarios; justicia aplicada en nombre de reivindicaciones del pasado que, se dice, deben ser reconocidas como derechos de las actuales generaciones de nativos, aborígenes y campesinos habidos en el país?

Para el común del pueblo y para los propios campesinos, el sentido de la justicia comunitaria, aplicada tan salvajemente por quienes actuaron en Uncía y también por otros asesinatos en otros sitios del país, no hay posibilidad de justificación ni aprobación de ninguna especie: han sido violados la Constitución, las leyes, los derechos humanos y las normas morales más elementales que prohiben el crimen, el asesinato, el “hacer justicia” sin los procesos debidos conforme a las leyes.

¿Qué ocurre con el Poder Judicial? ¿Y por qué el Ejecutivo se siente tan débil y hasta imposibilitado de adoptar medidas contra quienes han cometido los crímenes y contra cómplices y otros que han intervenido en los hechos delictivos? ¿Por qué se permite el uso de sistemas que aprueba el texto constitucional, pero que se sabe son atrabiliarios e injustos? ¿Hasta cuándo se aplicarán las políticas del “dejar hacer y dejar pasar” en nombre de “respetar el derecho de los pueblos indígenas” y en “aras de respetar sus reivindicaciones”?

Los poderes Ejecutivo y Judicial -con la debida independencia que corresponde- deben ponerse de acuerdo para un actuar conjunto contra lo que bien podría llamarse “injusticia comunitaria”; de otro modo, el país estará librado a lo que decidan y hagan hordas de criminales que no saben ni de justicia ni de libertad ni de democracia. En conjunción con el Legislativo, corresponderá también examinar, estudiar y meditar el texto constitucional; de ello podría surgir que se produzcan correcciones importantes mediante una nueva Constituyente o, tal vez, haciendo que el Legislativo actúe con esa calidad. Conviene no olvidar que, dado el texto constitucional, habrá para rato que se tropiece con dificultades emanadas lamentablemente de la letra de ese texto tan importante para la vida institucional del país.

Ir al Indice

El Mundo: Presión

En su afán de conseguir que sus deseos sean satisfechos, las personas han acudido, desde los orígenes de la humanidad, a diferentes medidas de presión que en la mayor parte de los casos, los han llevado a resultados satisfactorios; sin embargo, cuando las cosas que se piden son evidentes sólo pueden servir para arrancar algunas sonrisas. El Presidente del Estado Plurinacional ha hecho una advertencia en sentido de que la falta de aprobación de la Ley de Autonomías podría dar lugar a que él decida ingresar en una huelga de hambre.

Así como van las cosas, nos imaginamos que la advertencia está dirigida a presionar a los cuatro senadores de la oposición que podrían oponerse a la decisión de aprobar esa norma y que de seguro no van a perder el sueño creyendo que la medida podría hacerse realidad.

Desde que el Mahatma Gandhi utilizó esa forma de presión para lograr la independencia de la India, se convirtió en un ejemplo indiscutible de que no siempre es la fuerza el mejor camino para conseguir doblegar a los poderosos.

En nuestro país, fue notable la actitud asumida en varias oportunidades por el ex presidente Hernán Siles Zuazo, quien tuvo en la huelga de hambre un arma para ejercer presión, en situaciones parecidas a la actual, aunque si entonces había un riesgo mayor de que las cosas no salgan como él las esperaba.

El ejemplo que en ese momento brindaba el Jefe del Estado dio lugar luego a que una gran cantidad de movimientos sociales, liderados por dirigentes sindicales, hubieran dado lugar a huelgas de hambre masivas, con las que se pudo sensibilizar a las autoridades para que puedan atender las reivindicaciones de los trabajadores.

Otro hecho histórico digno de mención es precisamente aquél que no hizo otra cosas que reforzar el apodo de la Dama de Hierro que tenía la ex Primer Ministro Británica, Margaret Thatcher y que su firmeza dio lugar a que un grupo de opositores irlandeses hubiera terminado sacrificando su vida, ante la intransigencia de la gobernante.

Hoy la huelga de hambre se ha convertido más bien en un arma de lucha contra los gobiernos autoritarios de izquierda, que intentan imponer su voluntad sobre la base de la fuerza, como sucede en la isla de Cuba, donde ya uno de los huelguistas que buscaba mejores condiciones carcelarias terminó emigrando al paraíso y otro cuya vida se encuentra en serio peligro, ante la insensibilidad del Gobierno revolucionario que no da brazo a torcer, cuando se trata de los presos políticos que no tuvieron la oportunidad de huir hacia Miami, desde donde se puede protestar con menor riesgo.

El recurso de la huelga de hambre fue también empleado por el Presidente del Comité Cívico cruceño, aunque todavía no acabamos de enterarnos contra quién y para qué y que fue levantada por la intercesión del Cardenal Terrazas que posiblemente veía como nosotros, la inconsistencia de la medida. Tal vez la decisión actual del Presidente Morales tenga relación con ese hecho ya que al haberse sentido presionado considera que esa es una buena forma de asegurar una decisión parlamentaria, nos preguntamos si el cardenal asumiría la misma actitud.

Con seguridad en el futuro, cuando se hable de la Ley de Autonomías, el Jefe del Estado estará orgulloso de este acto de heroísmo y desprendimiento.

Ir al Indice

Opinión: Una drástica ley para combatir el contrabando

Menos mal que se remoza con algún optimismo la tarea pendiente del Gobierno nacional de luchar contra el contrabando. Es que con las declaraciones recientes del viceministro de Gobierno, Gustavo Torrico, parecía que el conformismo había hecho presa de la obligación que tiene el Estado boliviano, mediante el Gobierno, de combatir este flagelo por todos los medios. La autoridad hacía referencia que nuestras fronteras eran tan grandes y que por ello los contrabandistas podían operar casi sin ningún control, favorecidos además por la luz de la luna propicia para el tránsito de camiones ilegales.

El vicepresidente Álvaro García Linera, a pocos días de las declaraciones o impresiones del viceministro, anunció que la Comisión Política Económica y de Finanzas de la Cámara de Diputados de la Asamblea Legislativa Plurinacional aprobó el proyecto de Ley de Lucha contra el Contrabando. Una ?especie de ley 1008? en palabras del Segundo Mandatario, o sea anticipando una ley rígida y quizá hasta draconiana como se la calificó en su momento a la 1008 contra el narcotráfico.

La ley según la explicación oficial tendrá dos elementos importantes que son la confiscación de bienes y el endurecimiento de las condenas penales. Los que tengan contrabando, en un camión, movilidad, flota, mula, será confiscado. También se castigará entre 5 y 10 años a los contrabandistas y para los funcionarios públicos 15 años. Nada se ha dicho sobre la presunción de inocencia, que como se sabe en la Ley 1008 está descartada.

Hace algunos meses el presidente Evo Morales ordenó la intervención de la Aduana Nacional y de todos los recintos aduaneros en un intento por comenzar a erradicar la corrupción en esas oficinas y que le significan al Estado pérdidas millonarias, sin contar con que la moral pública se deteriora cada vez más cuando la gente que trabaja con esfuerzo observa el surgimiento de nuevas capas sociales que se hacen ricas de la noche a la mañana ostentando además su riqueza sin ningún rubor. Aquellos esfuerzos gubernamentales no han dado resultado y por el contrario el contrabando va en aumento ante lo que parece un total descontrol de parte de los organismos policiales encargados de su represión. El problema es mayor cuando surgen otros elementos que lo complican, como la participación de poblaciones fronterizas por donde transitan los vehículos con mercadería ilícita o las movilidades sin documentación, robadas o permutadas por cocaína y que después circulan por calles de las ciudades.

Si el Gobierno quiere luchar contra el contrabando con leyes, rigurosidad y sobre todo voluntad, no puede desconocer esta realidad, es decir, que el contrabando ha penetrado en estructuras no sólo oficiales, sino en comunidades campesinas y poblaciones que viven de este negocio bajo diferentes modalidades, unas veces siendo parte de la actividad y otras como especie de controles que extorsionan el paso de los camiones y de los vehículos que ingresan a esos territorios. Los últimos hechos en comunidades campesinas de Uncía son ejemplo suficiente, esto sin contar el rechazo de algunos de estos sectores al ingreso y permanencia de policías no sólo aduaneros, sino de la Policía nacional, lo que en realidad define la ausencia de autoridad.

El mal no está sólo en la corrupción y complicidad de los funcionarios aduaneros, que sí es uno de los factores endémicos donde se ha institucionalizado el soborno para hacer pasar la mercadería o devolver la decomisada.

El contrabando en nuestro país, tantos años dejado a la deriva, es parte de estructuras e intereses de poder político y económico que aún están intactos o que se reproducen en todo gobierno, más allá de las buenas intenciones, pues su poder es inmenso frente al propio Estado.

Ir al Indice

Clarín, Argentina: En el G-20, con acuerdos mínimos

Lejos de los consensos urgentes surgidos de la crisis y anuncios de gran escala que caracterizaron a las anteriores cumbres de Washington, Londres y Pittsburgh, la Cumbre del G-20 en Toronto debió contentarse con acuerdos genéricos y reiteración de los mínimos comunes denominadores. De este modo sorteó las evidentes diferencias existentes, no solo entre economías desarrolladas y emergentes sino también dentro mismo de los países industrializados, entre los EE. UU. y los países europeos.

El documento final contempla estas diferencias, dejando en manos de cada país su propia agenda de ajuste. Mientras los países europeos están aplicando fuertes reducciones en los déficits fiscales para capear sus actuales desequilibrios, la posición estadounidense apunta a mantener los estímulos al crecimiento. La misma posición sostienen los países emergentes.

Por un lado, las economías avanzadas se comprometen a reducir los déficits en un 50% de aquí al 2013. Por el otro, se ratifica la necesidad de reformas para regular los sistemas financieros y se señala que los esfuerzos para sanear las finanzas públicas deben hacerse sin poner en peligro el crecimiento.

En definitiva, el G-20 se consolida como principal escenario de coordinación de los asuntos económicos y financieros mundiales, superando la hegemonía del G-8 e incorporando a las economías emergentes. Pero muy lejos está aún de responder a la necesidad de una coordinación internacional, necesaria para reducir el riesgo de futuras crisis.

Lejos de los anuncios de reformas en gran escala de las cumbres anteriores, la reunión del G-20 en Toronto debió contentarse con salvar las diferencias.

Ir al Indice