La lección de Wikileaks

wikileaks El escándalo mundial desatado por la filtración de casi 400.000 documentos secretos nos deja una lección vital a tener cuenta en otros ámbitos: es posible denunciar al poder, a pesar de todas las presiones, amenazas y bloqueos de información. Aunque no estemos de acuerdo con muchas de las opiniones personales del creador de Wikileaks, Julian Assange, hay que reconocer el impacto histórico que está teniendo su portal como ejemplo de innovación en las nuevas herramientas interactivas de comunicación social. La liberación de documentos es reveladora en varios sentidos; se concluye que las tropas de Estados Unidos toleraron y encubrieron las torturas efectuadas por el ejército iraquí, pero hay mucho más: la información filtrada demuestra que sí se encontraron armas químicas y biológicas en Irak, y confirma las sospechas sobre el apoyo del gobierno de Mahmud Ahmadinejad a los grupos terroristas iraquíes. Podrá criticarse la oscuridad del financiamiento de Wikileaks, que ha provocado legítimos cuestionamientos sobre un mecanismo de transparencia de información que no se transparenta a sí mismo, o a los aspectos legales de las filtraciones, pero creemos -como el liberal británico Nick Clegg– que antes que todo eso está la gravedad de las denuncias efectuadas, que merecen ser investigadas en profundidad. La verdad debe prevalecer ante todo. Ya los disidentes chinos anuncian la implementación de un mecanismo similar para filtrar las terribles realidades del régimen comunista/capitalista salvaje de su país. En Bolivia, de prosperar los intentos gubernamentales de censura de prensa, tal vez tendremos que crear los Evoleaks…

Represalias contra intelectuales

La rápida reacción de personas ligadas a la cultura en contra del proyecto oficial de purga de libros, que provocó repercusiones internacionales y obligó a encarpetar la iniciativa por el momento, parece haber creado una intensa molestia en los círculos íntimos del poder. Al punto que, en una reunión del gabinete realizada la semana pasada, un viceministro fue comisionado para diseñar una “estrategia jurídica” de represalia contra alguno de los revoltosos.

Contraofensiva de los “periomasistas”

Como la polarización gobierno-prensa no es muy presentable para el primero, se decidió sacar al ruedo a “otros periodistas” que discutan con sus pares y -en términos futbolísticos- “embarren la cancha” a punta de rodillazos. Así aparece un periodista notoriamente ligado al oficialismo a lanzar una “plataforma” de comunicadores favorables a participar en la reglamentación de la ley mordaza, en lo que a todas luces constituye un intento de paralelismo sindical. En simultáneo, una periodista y ex directora de REPAC dice que las libertades de prensa y expresión están siendo “exageradamente utilizadas”. Queremos comunicarle a la comunicadora que no se puede ser exageradamente libre, así como no se puede ser un poco esclavo. Se es una cosa o la otra.



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