Ahora ¿obsecuencia y constancia?

Los actos programados con motivo de celebrarse el 14 de noviembre el bicentenario de creación del Ejército, tuvieron contornos muy interesantes que muestran el completo alineamiento de los mandos castrenses con el gubernamental MAS. Y no nos referimos a la necesaria subordinación que debe existir en la institución militar respecto a su capitán general, sino a una ostensible parcialización de tipo político, expresada por el comandante del Ejército, Gral. Cueto, en una actitud totalmente contraria al rol de las Fuerzas Armadas que hasta ahora representaban a Bolivia, por encima de cualquier sectarismo.

imageEl comandante del Ejército, en el  reparto de medallas primero al presidente Morales y luego al resto de representantes del oficialismo.

Como ocurre en estos casos el acto fue la ocasión para que una serie de personas reciban distinciones por méritos más que discutibles. Lo interesante del caso es que al comando del Ejército llegó una instrucción del Ministerio de Defensa indicando que entre los condecorados, por ningún motivo debía estar incluido alguien que tuviera la más mínima actitud opositora.



Es así que los condecorados fueron solo los gobernadores oficialistas, parlamentarios de esa tendencia y dirigentes de organizaciones sociales afines al MAS. A los opositores no les permitieron ni la entrada al recinto del Colegio Militar.

De igual forma se vio que los jerarcas militares saben muy bien cómo halagar a Evo Morales y su ingreso se produjo acompañado de una guardia de caballería que hacía recuerdo a la guardia mora del dictador español Francisco Franco. Evo se sentía en el cielo.

Gobierno estatista que destruye las empresas públicas

Uno es el discurso y otros son los hechos. El actual gobierno afirma que el Estado debe tener un control de todos los sectores de la economía y es así que mediante una muy dudosa “nacionalización” se hizo de las empresas productoras y transportadoras de hidrocarburos y hasta está formando fábricas de cartón seguramente suponiendo que este es un sector estratégico.

image No se trata aquí de asumir posiciones fundamentalistas y afirmar que el Estado es, de entrada, un mal administrador. Lo que si se puede decir sin lugar a dudas es que el Estado masista es un pésimo administrador y lo muestran los hechos. Bastaron unos cuantos años para Bolivia, de ser el segundo productor de gas en Sudamérica vaya camino ahora a convertirse en marginal en este campo, mientras que países como Perú están mostrando todo su potencial gracias a una adecuada política de exploración. Es que ocurre que el gas no surge de por si de la nada, es necesario invertir y para invertir es imprescindible seguridad jurídica, que precisamente es el talón de Aquiles del régimen de Morales.

El gobierno está actuando con criterio inmediatista y echa mano a lo que puede para mantener la ficción de la estabilidad macroeconómica, de las “grandes reservas internacionales”, pero de inversiones productivas nada por la sencilla razón de que no tiene un estrategia definida y va de ensayo en ensayo pateando la economía.