No quiere ser menos que Evo

La egolatría al parecer es contagiosa y está adquiriendo contornos de epidemia dentro de la militancia masista. Evo Morales quedó encandilado con las moneditas con su efigie que se imprimieron con motivo del Bicentenario de Chuquisaca y para conmemorar la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado.

image Ahora el cantante y alcalde cochabambino, Edwin Castellanos le sigue los pasos y se mandó a hacer unas monedas conmemorativas del bicentenario de Cochabamba en las que no se alude a esta fecha sino que aparece en letras muy gordas su nombre. Se trata de 150 monedas que tienen un costo de 125 bolivianos cada una.

¿Cómo se podría considerar a este tipo de gastos? Es claro que no solamente se trata de una erogación insulsa sino hasta ridícula. ¿Harán algo para aclarar este asunto los inquisidores masistas de la Contraloría General o del Ministerio de Transparencia, que supuestamente velan por el interés común?



Los “conspiradores” no están en la oposición

imageEl 17 noviembre el gobernador de Tarija Mario Cossio, en conferencia de prensa en La Paz, denunció la conspiración del MAS en su contra. Foto: AFKA.

De forma permanente el Presidente hace denuncias sobre supuestos intentos de golpes de estado para derrocarlo pero el tiempo se encarga de poner cada cosa en su lugar y poco a poco se va aclarando de donde venían y vienen en realidad las conspiraciones.

Basta con hacer un poco de memoria y recordar los sucesos del 11 de enero de 2007 en Cochabamba cuando se movilizó a los cocaleros para intentar derrocar a Manfred Reyes Villa por anunciar que convocaría a un referéndum sobre autonomías. La sangrienta intentona fracasó por la reacción de la población cochabambina que, de acuerdo a la versión gubernamental, agredió sin motivo a inocentes e inofensivos cocaleros que lo único que querían era quemar la prefectura, lanzar a las llamas a Reyes Villa, asesinar a un joven universitario y apalear a cuanto citadino se pusiera a su alcance.

Con esta experiencia, el entonces ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, planificó mejor las cosas y su intento de derrocar al prefecto pandino, Leopoldo Fernández, dio resultado pero luego de más de una decena de muertos de los cuales, paradójicamente se culpa al derrocado y se lo encierra en la cárcel sin el debido proceso hasta la fecha.

Hay evidencias más que suficientes para suponer que el libreto se lo pensaba utilizar nuevamente en Tarija en contra del gobernador Mario Cossio teniendo esta vez como protagonista al ministro de Finanzas, Luis Arce y parlamentarios del MAS. Y parece que ahora las circunstancias son mucho mejores ya que de acuerdo a las versiones de los propios conspiradores consignadas en varias grabaciones, tienen la complicidad de jueces, fiscales, policías, militares y hasta dicen que del alcalde de la capital chapaca, don Oscar Montes.