La desesperación por comprar alimentos provoca el colapso de tiendas de Emapa

La población, alarmada por un posible desabastecimiento, adquiere productos para almacenarlos; debido a ello, ayer se observó filas en las tiendas de la estatal Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa). Las tiendas de esta institución tenían filas que llegaban a más de 400 personas.

image Demanda. Multitud de compradores hace fila en puertas de la Emapa del mercado Rodríguez, ayer

“Hay mucha preocupación porque estamos viendo que hay un desabastecimiento de productos y un costo elevado de sus precios. Desde que el Gobierno anunció el gasolinazo, debemos hacer fila para comprar alimentos, parece que estamos en tiempos de la UDP (Unidad Democrática y Popular)”, aseguró temerosa Filomena Ojeda.



Como ella, cerca de un centenar de personas hizo fila en la tienda de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) de Villa San Antonio. La aglomeración que intentó acceder a litros de aceite y arrobas de azúcar, arroz y harina se repitió en la distribuidora de la estatal situada en el mercado Rodríguez y las de otras zonas paceñas.

La desesperación cundió entre la población tras la subida de precios que se apoderó de los mercados tras el gasolinazo del Gobierno de Evo Morales, que llegó como un regalo de Navidad el domingo. Ni siquiera importó que la firma estatal subiera hasta en 20 por ciento los costos de los alimentos que ofrece en sus filiales.

“Queremos tener azúcar para nuestras wawas, es un producto que no puede faltar en las casas”, enfatizó Patricia Gutiérrez. Las diez personas entrevistadas por este medio intentaban acceder a un quintal de cualquier producto y así superar los diez kilos permitidos por Emapa. Muchas incluso durmieron una noche antes para poder llenar la canasta familiar.

La ministra de Desarrollo Productivo, Antonia Rodríguez, distribuyó productos en la agencia de la avenida Mariscal Santa Cruz; no obstante, se ganó el abucheo de la gente. Anunció que la estatal trabajará las 24 horas, que se coordinará con gobernaciones y alcaldías para la distribución y ampliarán los puntos de venta, incluyendo hasta coliseos.

Gritos como “¡Que vendan azúcar!”, “¡Estamos desde la mañana!”, “¡Acaso no tienen familia para no compadecerse de nosotros!” se escuchaban entre el tumulto de la gente que quería ingresar a la tienda de Villa San Antonio cuando ésta cerró tras haber quedado vacía. El resguardo policial en la puerta se enfrentó con la multitud enfurecida.

La ministra Rodríguez adelantó para hoy la llegada de otro stock de productos proveniente de Santa Cruz que paliará la demanda; y si Emapa queda rebasada, se recurrirá a la importación.

Pan de batalla sube a 80 centavos

Dos organizaciones de panificadores de La Paz fijaron, cada una por separado, el precio de la unidad de pan de batalla (marraqueta) entre 70 y 80 centavos de boliviano, y coincidieron en argumentar que el alza de precios de la gasolina y de insumos como harina y azúcar empujaron a esa difícil decisión que afectará a la población.

El ejecutivo del gremio Eloy Tambo informó que las asociaciones de panificadores de La Paz, El Alto y provincias se reunieron ayer en esta ciudad y resolvieron, además de incrementar el precio del pan, declarar un paro de 48 horas entre jueves y viernes como presión contra el Gobierno, al que le exigen la derogatoria del gasolinazo.

El secretario de la Federación de Panificadores Artesanos de La Paz, Dandy Mallea, expresó que el precio del pan que hasta ayer costaba 40 centavos sube a 70 centavos, mientras que el pan que tenía un costo de 50 centavos se eleva desde hoy a 80 centavos de boliviano.

Tambo anunció que los panificadores de varias ciudades del territorio nacional formaron una alianza para protestar contra el abuso del Ministerio de Desarrollo Productivo y pidieron la renuncia del gerente de Comercialización de la Empresa de Apoyo a la Producción (Emapa), Gonzalo Sejas, porque ambos incumplieron con la entrega de harina y elevaron los precios. El sector expuso así su queja por el alza del costo de la harina de 151,5 a 200 bolivianos por quintal.

Desde la Emapa de Villa San Antonio

“Hay escasez de productos alimenticios. El Gobierno dice que Bolivia está bien, pero con el gasolinazo estamos más pobres cada día. Y pese a que quiero comprar un quintal de azúcar para que me alcance por lo menos para un mes este alimento, creo que sólo compraré diez kilos. Claro, como el Presidente no tiene familia, no sabe de los gastos”.

Mayra Cuentas

“Soy una madre de familia que solamente quiere adquirir lo básico para mi hogar y lamentablemente los suministros se agotan, y por eso debemos hacer filas para que no nos quedemos sin alimentos. No sé en qué pararemos, porque a este paso las familias que son grandes estarán más pobres que lo ocurrido hasta ahora”.

Salomé Gallego

“No podemos estar en esta situación, es el colmo, estoy haciendo fila desde ayer y sólo nos venderán diez kilos de azúcar. Estas filas parecen igual que las de la UDP, y la situación no puede seguir así. En los mercados los precios de los abarrotes están por las nubes y estas tiendas (de Emapa) también están haciendo subir sus costos”.

Juana Barrera

“A mí me asusta esta situación porque mi familia está en riesgo. Yo no tengo un trabajo seguro, soy albañil y en mi casa compramos alimentos cada día porque el dinero no me alcanza. Con este aumento de la gasolina, los pasajes y los productos, no sé cómo voy a mantener mi hogar, lo peor es que no hay productos”.

Mario Isidro Uruchi

“Quiero abastecerme de productos. En mi hogar hay temor de que debido a las filas en las tiendas (de Emapa), los productos se terminen y después ya no haya. Al Gobierno ya no hay que creerle nada, porque nos mintieron cuando todos nos dijeron de que no iba haber gasolinazo, pero sí hubo y producto de eso ahora subió todo”.

Ana María Sandóval

“Necesito trabajar, pero los de mi familia deben alimentarse, por eso estoy dos días haciendo fila en tanto frío. Pero me duele que las personas no sean conscientes, hay familias íntegras que vienen a hacer cola y luego entre todos reúnen a más de un quintal, y otros como nosotros, solos, no podemos comprar ni diez kilos”.

Felipa Beltrán

La Prensa