Las mayores cargas de droga salen de Bolivia a Brasil por vía aérea

Revista Veja afirma que desde que “el ex cocalero” Evo Morales asumió la presidencia de Bolivia el 2006 “la conocida tolerancia y el bajo control de la materia prima (hoja de coca) se transformó en una abierta complicidad”.

Investigación. En un reportaje, Veja indica que narcos brasileños optan por radicar en Bolivia porque el control es frágil. Revela que los cárteles en el país son los mismos que Colombia, Perú y las favelas de Río.

imageVeja muestra esta fotografía de dos policías bolivianos posando junto al brasileño Édgar Lobato Salas, acusado de narcotráfico.



El Día

Revista Veja habla sobre el narcotráfico entre Bolivia y Brasil

Cocaína. La revista Veja de Brasil, revela que los cárteles en el país son los mismos que Colombia, Perú y las favelas de Río.

La prestigiosa revista Veja de Brasil difundió en su edición de la semana pasada un reportaje especial sobre el narcotráfico entre ese país y Bolivia, titulado “Ao outra margem do tráfico” (al otro lado del narcotráfico). La nota publicada el 15 de diciembre describe cómo los traficantes brasileños cruzan los ríos de la amazonia y se instalan en Bolivia fácilmente, “la política de ese Gobierno y la corrupción policial les garantizan una vida sin sustos y así envían cocaína al otro lado de la frontera” señala en su introducción.

Lanzan droga desde avionetas. El reportaje se centra en la fronteriza y pintoresca ciudad de Guayaramerín en el Beni.  Sin identificar el nombre de un supuesto Jefe Policial, éste le confirma la poca preocupación que existe en la zona ante el tráfico de drogas. ”Los grandes contrabandistas que operan en Bolivia sacan la droga a Brasil, cruzando el río Mamoré, sobre todo los pequeños traficantes. Los grandes vendedores, prefieren lanzar los paquetes de cocaína desde una avioneta. La carga se libera en los sitios acordados previamente con el comprador, generalmente en granjas o estancias aisladas”, reveló la fuente policial a Veja.

80% de la droga es boliviana. Según la policía federal de Río de Janeiro, la mayoría de la cocaína comercializada en ese lugar es boliviana y peruana. En total, el 80% de la droga consumida en ese Estado viene de Bolivia.

La nota afirma que desde que “el ex cocalero” Evo Morales asumió la presidencia de Bolivia el 2006 “la conocida tolerancia y el bajo control de la materia prima (hoja de coca) se transformó en una abierta complicidad”. “En el gobierno de Morales la producción de cocaína se incrementó en un 40%, según los cálculos de la ONU”, añade. La nota destaca que a pesar de la reducida cantidad de uniformados existentes en Guayaramerín, se logró capturar al famoso narco brasileño Roque Cardoso, que controlaba el crimen en una de las favelas de Río de Janeiro. Veja asegura que Cardoso ingresó a Bolivia con la falsa identidad de Juan Carlos Quintanilla Pérez que fue tramitado en nuestro país. Otro de los factores que hacen que muchos narcos brasileños ingresen a Bolivia, de acuerdo a las indagaciones de esta revista, es la organización de los cárteles de droga bien constituidos al igual que los de Colombia, Perú o el mismo Río de Janeiro. “Es común que los propios indígenas siembren coca y se las vendan a los brasileños” dice.

Narco en Brasil, turista en Bolivia. El traficante de drogas Ronaldo Dorado, recluido en la cárcel de Rondonia, confiesa en una entrevista exclusiva con este popular medio que él vivió un año en Guayaramerín de lo más tranquilo y que incluso no necesitó una cedula de indentidad falsa. Dorado explica el modus operandi que realizaba mientras traficaba en Bolivia. “Yo compraba la cocaína a un boliviano del occidente de ese país al que pagaba 4000 reales (2,353 dólares) el kilo y se pagaba a alguien para atravesar el río (Mamoré) por una zona de mucho riesgo que cobraba 500 reales (294 dólares) por kilo transportado hasta su ingreso a Brasil en Porto Velho.

La revista también hace mención que el monto normal para sobornar a un policía en esa zona es de  3.500 bolivianos.

Hay extras por las ventas de fin de año

Las “promociones por la venta de droga de fin de año en esa zona son “pague cuatro kilos y se lleva uno extra”, asegura  la revista  brasileRa.

AMENAZA

Débil control aéreo y terreste de fronteras bolivianas

reforzó las fronteras. El Gobierno boliviano ordenó en mayo pasado reforzar la presencia militar en regiones fronterizas con Brasil y Paraguay, donde se ha detectado creciente presencia de narcotraficantes, sicarios y bandas colombianas.  Sin embargo, esta medida no tuvo el resultado esperado.

En argentina,  la Policía descubrió un importante corredor aéreo de cocaína que parte desde Bolivia y aterriza en diversos lugares de Santiago del Estero. El esfuerzo oficial en la detección de los vuelos ilegales se ubica en la frontera Noroeste, donde es común el tránsito de avionetas con contrabando.

Las mayores cargas de droga salen a Brasil por vía aérea

INVESTIGACIÓN. En un reportaje, Veja indica que narcos brasileños optan por radicar en Bolivia porque el control es frágil.

imageGrave. Un brasileño acusado de narcotráfico junto a policías bolivianos

Beatriz Ávalos, El Deber

Un reportaje publicado el 15 de este mes por la revista brasileña Veja muestra cómo los narcotraficantes transportan droga desde Bolivia hacia Brasil utilizando los ríos de la Amazonia, como el Mamoré, y también a través de avionetas, que, en pleno vuelo, arrojan la mercancía por la ventana, en paquetes envueltos en colchas. Asimismo, muestra las facilidades que encuentran los narcotraficantes del vecino país que se instalan en el territorio boliviano para ejercer esta actividad.

Según Veja, los grandes narcotraficantes, que suelen transportar más de 100 kilos de droga, son los que más utilizan las avionetas para sacar droga de Bolivia y arrojarlas en haciendas  o carreteras brasileñas aisladas, puntos acordados para la entrega de la mercancía. Este método  por lo general se da en la zona norte y oeste brasileño, aprovechando la extensa área fronteriza con Bolivia.

Un delegado policial entrevistado por Veja asegura que un tercio de la droga boliviana ingresa al vecino país por Rondonia. Luego, ésta es transportada hasta Mato Grosso, donde es distribuida hacia dos polos: Brasilia y San Pablo, y de aquí se va también por carretera hasta Río de Janeiro.

De acuerdo con datos de la Policía Federal, la mayor parte de la cocaína comercializada en el estado carioca es boliviana y peruana. En total, el 80% de la cocaína consumida en Brasil es boliviana.

En el reportaje, Veja también se refiere a la tarea que viene realizando la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) del país, que el mes pasado, en Guayaramerín (Beni), pese a tener pocos agentes, detuvo al narcotraficante brasileño Roque Cardoso, acusado de comandar, desde Bolivia, la entrega de armas y drogas para el grupo Amigos de los Amigos, que controla el crimen en la favela Rocinha, en Río de Janeiro.

La Policía Federal dijo que Cardoso enviaba todos los meses más de 100 kilos de cocaína a Brasil. Su casa en Guayaramerín está valuada en $us 150.000. Cardoso fue entregado a la Policía brasileña y recluido en la Penitenciaría Federal de Rondonia, de máxima seguridad.

Desde 2007, año en que asesinó a un hombre, Roque Cardoso estaba prófugo de la Policía brasileña y había decidido fijar su morada en Guayaramerín. Allí consiguió un documento de identidad falso con el nombre de Juan Carlos Quintanilla Pérez. En el mercado negro una de estas cédulas de identidad cuesta 850 reales, que equivale a $us 500.

En el reportaje, Veja incluso muestra una fotografía de dos policías bolivianos posando junto al brasileño Édgar Lobato Salas, acusado de narcotráfico. También entrevistó a otro traficante de Rondonia llamado Ronaldo Dorado, que está en la cárcel y que dice haber vivido un año y medio en Guayaramerín, donde pese a ser extranjero no tuvo problemas para radicar en este país, para lo cual pagó sobornos. Dorado contó que compraba cocaína de bolivianos a $us 2.353 el kilo y que luego él se encargaba de enviarla a Brasil a través de ‘mulas’, a quienes pagaba $us 294 por kilo transportado. Una vez en Brasil, cada kilo  era revendido a $us 9.412.

EL DEBER intentó conocer la versión de las autoridades de la fuerza antidrogas, pero no fue posible. Una autoridad del Ministerio de Gobierno también fue consultada sobre el tema, pero ésta dijo no haber leído el reportaje. Este año la Felcn se incautó de 28 toneladas de droga. El presidente Evo Morales aseguró que el 50% de la droga decomisada es peruana.

  PARA SABER 

Decomisos. Este año la fuerza antidrogas se incautó de 28 toneladas de cocaína y destruyó 8.200 hectáreas de plantaciones ilegales de hoja de coca.

Comparación. La cantidad de cocaína decomisada este año supera las 25,3 toneladas confiscadas el año pasado, pero iguala los resultados de 2008.

Peruana. Según el Gobierno, el 50% de la cocaína incautada procede de Perú y admite que parte de la producción de hoja de coca se desvía al narcotráfico.