Peña Esclusa recae con cáncer de próstata

Alejandro-Pena-esclusa Una mujer con temple de acero y un metro setenta y uno se presentó en la redacción de Sexto Poder para darles una exclusiva. Se trataba de Indira de Peña, esposa del preso político –término aprobado por la CIDH en este caso- Alejandro Peña Esclusa. La alegría de los logros alcanzados frente a la instancia internacional se vio oscurecida al declarar, con informe en mano, la reincidencia del cáncer prostático que sufre su marido. Para ella, escoger entre un esposo preso pero sano, o un esposo juzgado en libertad pero enfermo, se entorpece por una tercera posibilidad, una metástasis que condene a Alejandro a morir tras las rejas.

-¿Qué está haciendo Indira de Peña Esclusa?

-Cuando a una le ponen a su esposo preso, lo primero es saber qué puedo hacer por salvarlo. Por sacarlo a él. Pero cuando pasa el tiempo, una se da cuenta de que es un problema de todos. Hay dos ámbitos de trabajo: el caso particular y el colectivo. Lo que se hizo en Washington, en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) fue en el ámbito colectivo y lo importante de esto es que ya hay interés de esta instancia internacional, y es la primera vez que se habla de presos políticos por parte de ellos porque cuando hicimos la solicitud no usamos el término “presos políticos” para no cerrarnos la puerta, pero resulta que se nos abrió y en su respuesta ellos dijeron “audiencia con las esposas de los presos políticos venezolanos”. Esto generó una propuesta oficial por parte del Estado. Hubo un debate del término y al final se mantuvo. Eso significa que hay un nivel de conciencia internacional acerca del tema. El simple hecho de estar ahí y tener al Estado enfrente, obligar a Carlos Escarrá a sentarse, escucharme y sé que se haya manifestado es un logro inmenso. Ahora hay disposición de atendernos, sobre todo el caso de Alejandro. Un juicio que ni siquiera ha comenzado. Quisiera comenzara en mayo.



-¿Cuánto tiempo lleva detenido su esposo?

-Nueve meses, desde el 12 de julio de 2010. En teoría, la CIDH no lo puede tratar por no haber agotado las instancias. Sin embargo, Alejandro había hecho cuatro denuncias ante la CIDH, la última la hizo el 02 de septiembre de 2009 y esa denuncia contra Chávez fue por apología a la guerra. Eso está tipificado en los delitos de la CIDH. Ya para el momento decía que estaba siendo objeto de persecución judicial. Con ese antecedente, llevamos el hecho de que está preso y la CIDH asume el caso como consecuencia de sus denuncias. Ahora ellos están pendientes de que sus derechos sean garantizados. Las reacciones de la prensa internacionales son que esto es una barbaridad y que se debe ayudar de alguna manera. Estamos abriendo el camino a un futuro de sanciones al Estado venezolano.

-¿Qué reacción tuvieron los medios acerca de los enviados por el gobierno?

La frase fue: “no tienen argumentos para defenderse, las señoras tienen la razón”. A esa conclusión no sólo llegaron los medios, también juristas de alto nivel que estuvieron presentes. Frente a las razones del Estado, dijeron que sí son presos políticos por las circunstancias de las detenciones y los fiscales y jueces son los mismos.

-¿Qué no le perdona Hugo Chávez a Alejandro Peña Esclusa?

-Alejandro es un opositor de principios y valores, Chávez lo sabe. La gota que derramó el vaso fue la asesoría que le dio Alejandro a Roberto Micheletti en Honduras, cuando viaja a ese país en nombre de UnoAmérica luego de la destitución de Manuel Zelaya, a reunirse con miembros del gobierno hondureño y explica cómo funciona el brazo de Chávez en Latinoamérica, y el riesgo de que Zelaya volviera. Puso de ejemplo la oportunidad que se le dio a Chávez y que inmediatamente en el poder vendría una persecución. Eso cambió la historia de ese país, porque ya se estaba negociando el regreso de Zelaya.

-¿Cómo está Alejandro Peña Esclusa?

-Alejandro tuvo la oportunidad del irse del país, y más con UnoAmérica porque tenía muchas amistades en diferentes países. Pero él siempre me decía “Indira, es la obligación de un político afrontar la prisión, eso no se le puede exigir a un periodista, un empresario o a un banquero porque no es parte de su experticia. Pero un político tiene que afrontar la prisión porque lo hicieron los fundadores de la democracia, la Generación del 28”. Nunca pensamos que el gobierno lo haría de tal manera, mintiendo de tal forma. Meterse en nuestra casa a sembrarnos C-4, no estábamos preparados para tal atropello. Sin embargo Alejandro ha vivido su prisión con fortaleza, ánimo, entusiasmo. Él ha tratado de colocar allí la esperanza y el optimismo. Yo quiero decir algo que nos ha cambiado el panorama, mi esposo es paciente de cáncer. Él fue operado de cáncer de próstata el 13 de junio de 2010 en el Hospital Clínicas Caracas por el robot Da Vinci y por eso un mes más tarde cuando lo aprehenden, él se encontraba en perfectas condiciones. Tal como dice el informe, el 13 de junio Alejandro fue dado de alta de una operación satisfactoria y estábamos contento porque habíamos acabado con el tumor. Nosotros pensamos que menos mal no había ocurrido nada antes de ese día pues si no se estaría muriendo de metástasis en la cárcel. Sin embargo gracias a la huelga de estudiantes, se le hizo a los prisioneros del Sebin exámenes médicos y nos dimos cuenta de que su cáncer está de vuelta.

-¿Y qué respuestas le han dado?

-El problema es que ya hace un mes solicitamos a un tribunal el traslado porque se indicó que Alejandro tenía que estar de 24 a 48 horas hospitalizado para su tratamiento, y aún nada. Por eso lo trasladamos al CICPC hace dos semanas, pero allí, el que lo atendió fue una oftalmóloga, ni siquiera le sacaron la sangre ni nada, y a dos semanas el informe nada que llega. Creo que esto es una táctica dilatoria. Yo creo que la juez Dorothy Aviles Mauquer no necesita un informe de un oftalmólogo. Ya hay un informe de un reconocido doctor, Ariel Kaufman. Ella ya puede tomar una decisión. De hecho, el urólogo del Sebin hizo un informe favorable al traslado de Alejandro. A la juez le doy el beneficio de la duda, ella quiere esperar el informe del CICPC, pero ¿y si no le llega? Igualmente ella está obligada a tomar una decisión. La vida es un derecho humano fundamental. El Estado está obligado a garantizarle el derecho a la vida a todos sus ciudadanos y en este momento ella encarna al Estado.

-¿Peña Esclusa podría ser juzgado en libertad?

-Ese es el otro punto. Ahora estamos peleando por un traslado, porque necesitamos los resultados de unos exámenes médicos y de allí desprenderán unos tratamientos. Pero es un paciente de cáncer, de quimioterapias o radioterapias. Es decir, que necesariamente tendría que ser juzgado en libertad para poder cumplir con su tratamiento. Porque lo que determinará el examen es en qué lugar va a ser radiarlo porque ya sabemos que el cáncer está diagnosticado.

-¿Y por qué no ha sido imputado?

-El 26 de enero se hizo la audiencia preliminar con el juez de control. Recuerden que el juez de control era Luis Cabrera, el mismo del caso Anderson. Ese juez ratificó los cargos de asociación para delinquir y ocultamiento de armas de guerra y después que ratificó los cargos lo pasó a juicio y le dijo a Alejandro informalmente “no te preocupes, que en el juicio te quitan la asociación para delinquir”.

-¿Qué le diría usted a los operadores de justicia en Venezuela, tomando en cuenta todas las irregularidades que tiene su caso?

-Yo diría que tienen que tomar una decisión. No pueden ser cómplices de esta justicia decadente. Realmente da pena que pudiendo ser las cosas diferentes, por razones inexplicables se presten para este tipo de cosas. Yo soy testigo de cómo muchos funcionarios del Sebin me han pedido disculpas. Pero siguen allí. Y es lo que digo ¿es que acaso ser policía es lo único que pueden hacer en la vida? Y esto es un caso del Sebin contra Peña Esclusa porque si Alejandro no tenía los explosivos entonces ¿quién los colocó allí? Posiblemente el Sebin. Ellos podrían ser juzgados por simulación de hecho punible, porque entraron en mi casa y colocaron esos explosivos. Entonces esos mismos funcionarios que vi en el allanamiento también los veo cuando voy a visitar a mi esposo y me dicen “qué pena”. Se están haciendo daño ellos mismos. Se debe tomar una decisión moral porque es preferible vivir con honor que cómplice de una atrocidad.

-¿Cómo es la vida de la familia Peña Esclusa?

-En este momento es más dura. A nosotros nos sostenía que psicológicamente estaba sano, pero saber ahora que tiene cáncer, ya no sabemos qué es peor: tener un esposo preso, o uno con cáncer. Todo apunta que se le extendió porque él ya fue operado. Tiene que salir en libertad para ser intervenido. Que mal, yo quisiera que no tuviera cáncer, pero entonces tendría que estar preso. Las dos alternativas son terribles. Pero hay algo peor, que no sea atendido y que muera de una manera cruel. Eso es lo que realmente nos angustia porque él, de paso, no se merece esto. Yo voy a pelear por su derecho a la salud.

-¿Por qué la asociación para delinquir?

-Con respeto a la asociación para delinquir, es un multiplicador de la pena. Vamos a suponer que lo juzgan por ocultamiento de armas, son cuatro años de prisión y puede presentarse, pero cuando le agregan esto se multiplica por tres y ya no puede presentarse. Ahora, si revisan todos los casos de los presos políticos, tienen ese cargo y le multiplican la pena. Para mi es fundamental demostrar ante el mundo que esto no es verdad ¿Vamos a juicio por el ocultamiento de armas? Perfecto porque nosotros también vamos a demostrar que esas armar las puso el Sebin allí. Pero este de la asociación para delinquir es la daga que tenemos aquí y la juez lo puede eliminar en la primera audiencia de juico.

-¿Cómo pueden probar que esas armas no estaban allí?

-Por las contradicciones de la experticia. El acta de allanamiento que está en el expediente dice una cosa y la experticia dice otra. Al explosivo que se llevaron de la casa ni siquiera le hicieron la debida custodia, no lo etiquetaron ni lo colocaron en bolsas plásticas, solo se lo llevaron y no sé cómo. Entonces sucede que hay contradicciones entre lo que dice el experto, que además es una sola persona, que por lo general deberían ser dos personas, de manera que compararan. En un acta dicen que son 900 gramos de C-4 y en otro dicen que eran 830 gramos, en uno dice que era gris y en el otro dicen que era blanco. Otra incongruencia de datos es que indican que el material se encontraba en el escritorio de la niña y en el expediente omiten esa información porque se dieron cuenta de que era un grave error, además publican una foto de un material en un escritorio sin ninguna referencia. Nosotros podemos demostrar muchas cosas.

-¿Ha recibido apoyo por la condición de su esposo?

-Es importante todo el apoyo que pueda recibir Alejandro de la gente que conoce. Y ahora más, con su enfermedad del cáncer. Sé que hay mucha gente que a nivel internacional está muy pendiente del caso. Personajes intelectuales que están atentos a lo que se cometió con él. El perfil de Peña Esclusa no es el de un terrorista que va a tener C-4 en el escritorio de su hija, y que además a los 15 días de haberse operado va a estar buscando a Chávez Abarca para poner bombas. Alejandro es escritor y conferencista, de eso pueden dar fe todas esas personas que lo han escuchado en diferentes escenarios internacionales. Su perfil no va con lo que el gobierno pretende.

Sexto Poder