El masismo y el gonismo: ¿igual?

Iván Arias Durán*

ivan-arias-duran Carlos Jahnsen nos hace llegar desde Hanoi (Vietnam) un interesante texto denominado “De la miseria del neoliberalismo gonista al miserabilismo del cambio masista: Critica a los fundamentos neoliberales-indigenistas del “Evonomics.” Carlos nos dice que este último quinquenio no puede entenderse en toda su dimensión, sin analizar el extracto de la cosmovisión política masista así como sus fundamentos conceptuales teóricos político-económicos, léase, interpretando y entendiendo la dimensión de lo que significa el atrincheramiento en el poder de un Ianus (Janus), un ser mitológico de dos rostros, llamado “cambio”.

La primera cara representa la política, con un discurso político radical y fundamentalista, anticolonialista, antiimperialista y revolucionario, que quiere construir una nueva sociedad en base a la nueva Constitución Política del Estado con un horizonte que trasciende los límites del paradigma desarrollista industrialista proponiendo mas allá de la modernidad, un modelo civilizatorio integrador e inclusivo de heterogéneas formaciones económicas que apuntan a la recuperación de lo común, del intelecto general, de los saberes colectivos, del trabajo colectivo, de los valores simbólicos de los productos sociales, restituyendo las reciprocidades y complementariedades. Pretenden un retorno a la estabilidad homogénea de la epopeya ancestral incaica. Es una utopía que definitivamente desconoce la mezcla de elementos (complejos), heterogéneos e inestables que también definen la sociedad boliviana.



Desde el punto de vista de la conquista de hegemonías, este Gobierno se dio como tarea purificar el alma boliviana de toda enfermedad y síntomas coloniales, imperialista y neoliberales tanto en sus estructuras institucionales, políticas así como económicas. Mezclan a un positivismo histórico-político determinista, al materialismo histórico, a un sindicalismo cocalero con una metafísica y un misticismo antropológico que deviene, sin que sus gestores sospechen siquiera, en un neoliberalismo-indigenista y en un romanticismo y decisionismo etno-social.

Ignoran sistemáticamente las etapas esenciales de las distintas luchas políticas revolucionarias y libertarias mestizas en Bolivia, que formaron inevitablemente el rostro de la Bolivia que ellos encontraron el año 2006, carcomen conscientemente la unidad de Bolivia creando 36 Naciones indígenas que solo son realidad en los cerebros onegeístas. Expresado de forma drástica, potencialmente, el “fenómeno divisionista y secesionista Rosza” está ahora constitucionalizado.

La segunda cara representa, la económica sobre una base ideológica que apunta retóricamente, hacia una economía de tipo socialista- comunitarista. La cosmovisión masista de “Vivir Bien” junto a la “teoría general” del Estado integral basado en una economía comunitarista, como su gestor, no es otra cosa que la incapacidad palpable de sus responsables políticos de darle un sentido y una orientación económica distintos a los diferentes elementos esenciales de ordenamiento vigentes desde la época neoliberal en la actual economía boliviana, en la actual economía mundial. Sus análisis socio-económicos no superan en absoluto los conceptos dependentistas de los años 70 y se encuentran más en la tradición teleológica de las teorías ortodoxas que se reducen a considerar las condiciones para el desarrollo.

La posición del MAS representa a un neoliberalismo-indigenista, apoyado con un discurso político “revolucionario y liberador” y que además pretende nada más ni nada menos transformar a la economía capitalista en el mundo. En su práctica político-económica, se descubre más como un modelo económico dentro de la tradición clásica-neoclásica, o en el mejor de los casos de un estructuralismo dependentista, esencialmente correctivo de las “perversidades” del neoliberalismo gonista. El Gobierno de Evo Morales como su antítesis política, representa a un neoliberalismo indígena en un nuevo ciclo de modernismo, el cual se mueve dentro del marco conceptual clásico-neoclásico de la teoría económica y el cual mantiene el núcleo económico (neo) liberal permitiéndole hasta la fecha una estabilidad económica y monetaria y siguiendo distintas políticas económicas que los creadores del Consenso de Washington y el FMI aplaudirían sin pensar dos veces. El hecho que el Gobierno del MAS continúe implementando varias políticas que eran esenciales dentro del Consenso de Washington y son esenciales dentro del marco normativo de la economía mundial liberal, no quiere decir que estas sean erráticas por sí mismas. Esto es algo que los movimientos sociales obviamente ni lo consideran por razones puramente ideologizadas. Aquí se observa más bien la “camisa de fuerza” del marco normativo que impone el sistema económico liberal a todas las economías del dinero de los países de este planeta. En resumen, este gobierno de Evo Morales quiere superar al neoliberalismo gonista por medio de un neoliberalismo indigenista.

*Ciudadano de la República de Bolivia

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