TIPNIS: historia, tragedia y mitología

Bernardo Corro Barrientos*

BERNARDO CORRO Se informa que “en esta movilización de los indígenas del TIPNIS están los hijos de los que marcharon en 1990 y por los mismos motivos”. ¿Nada cambió en 21 años? ¿Cómo trata ahora el “Estado Plurinacional” al Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure? Entre los supuestos “fundamentos míticos” de la llegada al poder de Evo Morales y de la nueva Constitución Política del Estado de 2009 se encontraría justamente esa marcha indígena llamada “por la defensa de la dignidad y del territorio”. El pomposo nombre de “Estado Plurinacional” estaría también inspirado en esa marcha.

¿Cuál es la historia del TIPNIS? El célebre explorador y naturalista francés Alcide D’Orbigny, al visitar el territorio de los “moxos y yuracarés” en 1833 lo habría llamado “la selva más hermosa del mundo” (varios datos de este artículo vienen de un reporte del periodista Carlos Valverde). El presidente René Barrientos -con el objeto de proteger a ese territorio y a su población de las invasiones y atropellos cada vez más agresivos de los madereros y latifundistas- lo declaró en 1965 Parque Nacional Isiboro Sécure, mediante el Decreto Ley 07401. Entre las razones de esa declaratoria se señalaba “la necesidad de conservar las cuencas hidrográficas, las nacientes de los ríos para la navegación, la riqueza de los recursos naturales y la belleza escénica, que podrían ser afectadas por la construcción de un camino siguiendo el borde del piedemonte y por la colonización”.



El presidente Jaime Paz Zamora, por su parte, luego de la “marcha” indígena de 1990, emitió el Decreto Supremo 22610, con el que reconoció al parque “como territorio indígena de los pueblos moxeño, yuracaré y chimán”. El presidente Gonzalo Sánchez de Lozada otorgó en 1997 el título ejecutorial para el territorio indígena Isiboro Sécure, con una extensión de 1.236.296 hectáreas.

El presidente Evo Morales, finalmente, concedió en 2009 el “título definitivo” al parque con una extensión de 1.091.656 hectáreas, es decir, con menos 144.640 hectáreas a las iniciales, con una pérdida de 12%. Se informa también que el presidente Morales otorgó “títulos ejecutoriales” en ese territorio. Se estima que con la expansión de los cocaleros del Chapare, el TIPNIS habría perdido -después de la “marcha por la vida”- 200.000 hectáreas aproximadamente.

La población del TIPNIS sufre fuertes y frecuentes transgresiones y avasallamientos desde hace muchas décadas. Entre los más agresivos se encuentran los cocaleros del Chapare. Según estadísticas de Naciones Unidas, el año 2009 existían 1.083 hectáreas de coca para el narcotráfico dentro del parque. En el Parque Nacional Carrasco se dice que existe otro tanto.

El año 2003 se contaban 22 comunidades indígenas viviendo en el TPNIS, se estima ahora que sólo existen 14.

Tres conductas regulares o “políticas públicas permanentes” del Gobierno respecto de los indígenas y de la naturaleza son reveladas con el tema del TIPNIS. Una es el desprecio del Gobierno respecto a la flora y fauna existentes en el territorio nacional y en los parques nacionales “protegidos”. Una segunda es el trato indigno y discriminador que sufren los indígenas no sólo del TIPNIS, sino de otras regiones del país. La llamada Ley de la Revolución Productiva Agropecuaria Comunitaria, por ejemplo, supuestamente dirigida a mejorar las condiciones de vida de los campesinos indígenas, tiende en realidad sólo a bajar los precios de oferta de los productos campesinos en las ciudades, es decir, los precios de la “canasta básica”. Se trata simplemente de un plan antiinflacionario, la pesadilla principal del “exitoso modelo económico”. Los perdedores serán nuevamente los indígenas.

Una tercera conducta, finalmente, es la dualidad ideológica gubernamental frente al país y al mundo. Frente al país, el Gobierno actúa con negligencia y arbitrariedad respecto al medio ambiente y a la naturaleza, pero frente al mundo, ante las Naciones Unidas, se presenta como “el gran defensor de la naturaleza y de la Pachamama”.

*Economista

Página Siete – La Paz