Supremacía Académica: Bolívar domó al Tigre

Una gala como la de ayer, repleta de público ávido de buen fútbol, se merecía una obra sinfonía-fútbol, cabe llamarla orquestada en la mayor parte del repertorio por un Bolívar otra vez iluminado, que repitió esta vez ante un rival de los peso pesados una parte de sus finas notas —aparecidas por primera vez ante Guabirá (6-1) en el clásico paceño 179 de la Liga, que pasará a la historia por los ocho goles (5-3) convertidos y por la facilidad con la que la Academia se impuso al Tigre.

El templo del fútbol boliviano, el estadio Hernando Siles, albergó uno de los mejores clásicos jugados por Bolívar en los últimos tiempos, con una nueva expresión de talento puro encabezaba por Lizio que es el Beethoven de este ciclo sinfónico celeste, y donde William Ferreira, con tres anotaciones, se ratificó como el ‘padre de la sinfonía’. La Academia hizo honor precisamente a cómo se la llama, gracias a varios destacados jugadores que fueron capaces de formar en la cancha toda una institución de fútbol-arte superando ampliamente los niveles de su tradicional oponente. Orquesta, coro y solistas funcionaron desde el comienzo, desde que en el primer cuarto de hora fueron al menos tres las llegadas con sensación de gol. Lizio era el encargado de desarmar los esquemas defensivos rígidos del Tigre, Cardozo hacía el papel secundario en esa tarea y Ferreira empezaba a afinar lo que después le tocaría interpretar como solista.

La apertura de la cuenta tardó pero llegó, Lizio desplazó con el cuerpo a Ojeda y se fue sin que nadie pudiera detenerlo, lanzó el centro cabal para la cabeza de Ferreira, que festejó el primero de la tarde (33’). Cardozo avisó que podía llegar el segundo, aunque Vaca tapó su disparo, pero efectivamente el 2-0 no tardó (39’), otra vez la jugada comenzó en los pies de Lizio, esta vez habilitando a Álvarez, cuyo envío al área encontró, sin marca, al uruguayo goleador. Ese primer acto pudo haber acabado no sólo con diferencia de dos goles sino de más, lo sabe Vaca que veía una y otra vez cómo su débil defensa era desbordada por los hombres celestes.



No cabía duda de que había un equipo superior en la cancha y lo ratificó en el inicio de la segunda mitad, tras unos esporádicos intentos atigrados que no llegaron a nada. En cambio, a los 7’, Lizio fue a pelear por la pelota, le ganó a Méndez que salió a rechazar a cualquier parte, se le fue a Ojeda que se quedó lejos de alcanzarlo y colocó magistralmente la pelota lejos del alcance del guardameta gualdinegro. Mientras Bolívar tenía a muchos directores de orquesta (Lizio, Cardozo, Flores que ganaba todas, el propio Ferreira), The Strongest apenas intentaba hacer contrapeso con Escobar, cuyo tiro libre (13’) le puso algo de suspenso a un partido que a todas luces parecía definido. Regis, que entró en el segundo tiempo cuando debió ser titular y quizás la historia sería otra, se perdió dos buenas ocasiones. En cambio Bolívar no perdonó y el ‘matrimonio’ Lizio- Ferreira funcionó una vez más (29’). Hubo espacio, en este increíble clásico paceño, para un cierre a todo gol, con la definición de Escobar a los 44’, de Álvarez eludiendo primero a dos oponentes, a los 45’ y de Ojeda a los 46’, cuyo cabezazo fue para rubricar el definitivo e inédito 5-3.

Fuente: Unitel.

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