«Yo creo en vos Santa Cruz»

Carlos Dabdoub Arrien

CARLOS DABDOUB Este es el nombre del nuevo álbum musical del destacado compositor y cantor, mi amigo Aldo Peña Gutiérrez, y que también hace mención a una canción con este mismo título. Además de ser una bella melodía, su estribillo es un mensaje de anhelo y esperanza para todos los cruceños, cuando dice: "Un nuevo tiempo renace estos ideales, un tiempo joven, que sabe de lealtad. Son sus banderas, emblemas de victoria y sus valores, son nuestra identidad…". Cómo no creer en ella, si con tantas penurias y privaciones en su vida, sigue enhiesta como un "río de pié" (Raúl Otero Reiche).

Santa Cruz a través de su historia ha transitado por momentos inciertos o inconsolables, y muchas veces tuvo que tragar el dolor amargo. Me imagino que estos sentimientos acompañaron a los cruceños que habitaban Santa Cruz la Vieja, fundada por Ñuflo de Chaves (1561) y que se trasladaron a San Lorenzo (1621) -la ciudad creada por la Audiencia de Charcas (1590) para contrarrestar a los levantiscos conquistadores autonomistas y subordinarlos al centralismo limeño-. Sobrellevaron la tarea dolorosa de abandonar su hogar primigenio. Sin embargo, con el tiempo el nombre de Santa Cruz de la Sierra y el gentilicio de cruceños y no de ‘lorenzanos’ prevalecieron. Después, este mismo pueblo soportó las afrentas del coronel argentino José Videla (1825), enviado por Sucre, "para cortar de raíces la anarquía" de los patriotas cruceños; las huestes del general Carlos de Villegas que fusilaron a Andrés Ibáñez (1877) por proclamar el federalismo igualitario o la incursión del general Ramón González que acabó con la revolución federal de los Domingos (1891) y fue el artífice de la masacre de Curuyuqui (1892), casi exterminando a la nación chiriguana. Todo esto en el siglo XIX.



En la siguiente centuria, vino desde la sede de gobierno la expedición armada conducida por el general Hans Kundt, para sofocar a los "cambas separatistas" que únicamente reclamaban integrarse al país mediante un ferrocarril (1924) o la guerra civil de 1949, cuando por exigir respeto al voto ciudadano, bombardearon el aeropuerto de El ‘Trompillo’ y tomaron la ciudad de Santa Cruz. Y lo más insólito, aquellos abusos y vejámenes de fuerzas combinadas del andinocentrismo entre 1958 y 1959, durante las luchas cívicas por las regalías del 11%, que con sangre, luto y destierros conquistó Santa Cruz para todos los departamentos. Ya en este siglo, Santa Cruz fue cercada (septiembre de 2008), causando zozobra y ansiedad en toda su población, que sólo demandaba autonomía, expresada de manera contundente en un referéndum departamental (julio de 2006).

Santa Cruz es un pueblo generoso pero altivo, tolerante pero no cobarde, que sabrá sobrellevar otras penurias, "sacando fuerza de flaqueza y en espera de mejores avatares" (Enrique Finot), resurgiendo siempre victorioso, porque su historia ha demostrado que es imbatible.

Termino con la última estrofa de Aldo Peña: "Yo creo en vos Santa Cruz eternamente, pues sos mi patria, mi trabajo y mi hogar. Yo creo en vos Santa Cruz".

El Deber – Santa Cruz