Antiimperialismo de pliqui

evo2 En Santa Cruz se usa la expresión “de pliqui” para decir que algo es “de mentira”. El modismo es aplicable a la incendiaria retórica “antiimperialista” de Evo Morales, que declara y declama su inflamada oposición a Estados Unidos, mientras que en la práctica acepta el reingreso indirecto de la DEA por la vía del acuerdo trilateral que incluye a Brasil.

Este fin de semana, el presidente cocalero reincidió en su airada verborragia antinorteamericana, al afirmar en un congreso del MAS celebrado en Cochabamba que podría cerrar la embajada de Estados Unidos en La Paz si ese país “continúa molestando”.

"Yo quiero advertir públicamente, no tengo ningún miedo. Si otra vez la embajada de Estados Unidos sigue molestando a Bolivia como está haciendo hasta ahora, que mejor cerramos la embajada de Estados Unidos en Bolivia porque somos antiimperialistas, anticapitalistas y antineoliberales", dijo, según reporta la agencia estatal ABI.



La “molestia” presidencial se produce por los recientes informes del Departamento de Estado norteamericano, que califican como insuficiente el esfuerzo boliviano de lucha contra el narcotráfico, alertando también sobre el creciente problema del narco-lavado.

Por supuesto, se trata de una declaración hecha para la tribuna, frente a sus bases partidarias. En paralelo, la cancillería del papalisesco Choquehuanca sigue trabajando en la reposición de embajadores, que parece muy improbable para este 2012, año electoral en los Estados Unidos.

La bipolaridad de Morales en el tema tiene que ver, por una parte, con sus vínculos estructurales con una producción cocalera (la del Chapare) mayormente dedicada a abastecer de materia prima para la fabricación de cocaína (datos de la ONU); y por la otra, con la presión que significa la información que posiblemente obre en poder del gobierno norteamericano tras la captura del narco-general Sanabria.

Así las cosas, a Evo no le queda más que ladrar ante las cámaras y acto seguido amoldarse a ciertas iniciativas estadounidenses, como el citado convenio trilateral.

Otro ejemplo de esto es la anunciada presencia de Bolivia en la Cumbre de Cartagena. Por más que se declare la solidaridad con Cuba y se lancen bravatas pidiendo la expulsión de la OEA (sabiendo bien que no sucederá), lo cierto es que Evo irá al evento.

Con un gobierno serio, lo recomendable sería archivar la retórica y adaptar el discurso a las realidades pragmáticas. Con un gobierno serio…

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