El Supermartes, sin ganador a la espera de Ohio

supermartes El Supermartes de las primarias de 2012 deja más preguntas que respuestas sobre quién será el próximo candidato republicano a la Casa Blanca después de que el favorito, Mitt Romney, haya sido incapaz de anotarse una victoria arrolladora, ganando solo en sus feudos mientras que sus rivales ultraconservadores, Rick Santorum y Newt Gingrich han ganado con fuerza en los estados conservadores del sur y del medio oeste.

En concreto, el exgobernador de Massachussetts ha vencido en tres estados (el propio Massachussetts, Vermont y Virginia) mientras que Santorum ha vencido en otros tres (Tennessee, Oklahoma y Dakota del Norte).

Georgia ha quedado en manos de Gingrich mientras que Idaho y Alaska aún están pendientes de asignar, aunque son estados menores.



Así las cosas, la respuesta a quién será el triunfador de la noche la sigue teniendo un estado, Ohio, donde Romney y Santorum están prácticamente igualados en un recuento de infarto que recuerda al que abrió las primarias, en Iowa.

A este enclave del medio oeste miran todos los analistas y casi todos los candidatos -el congresista Ron Paul no ha hecho campaña- para escribir la historia de este Supermartes, en el que se reparten 419 delegados, más de una tercera parte del total, en la cita clave para saber quién será el rival del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en las elecciones de noviembre.

Cada uno en su feudo

La jornada se abría con una esperada pero apabullante victoria del expresidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, en el estado donde labró su carrera política como congresista durante 20 años, Georgia, el que más delegados repartía esta jornada, 76.

Ante un auditorio de fervorosos partidarios Gingrich, que tras esta victoria se ha convertido en el tercer precandidato que recibirá protección de los servicios secretos tras Romney y Santorum, se ha felicitado de haber "sobrevivido a las élites que querían librarse de nosotros" y compararse con la tortuga de la fábula de Esopo, que se termina imponiendo a las "liebres" como Romney.

Posteriormente, Romney se anotaba dos fáciles victorias en Virginia, Vermont y Massachussetts, el estado donde ejerció como gobernador y que le ha dado un apoyo por encima del 70%.

Pero Santorum renacía poco después y se hacía con aparente facilidad con los estados del cinturón bíblico de Tennessee y Oklahoma, dos victorias que mostraban claramente un mapa dividido del voto republicano.

Por un lado, el nordeste moderado que ha abrazado a Romney desde el principio. Por otro, el sur y el medio oeste que no lo quiere como candidato y que apuesta por un candidato conservador.

Ohio sigue siendo clave

En medio, el campo de juego de lugares como Ohio, que tiene un electorado que le es esquivo a Barack Obama pero que se muestra también descontento con Romney: los trabajadores blancos de clase media y media baja que trabajan en la depauperada industria local.

"Otras personas en esta carrera han debatido sobre economía, han leído sobre economía, han hablado sobre ella en reuniones en subcomités, pero yo he estado realmente en ella", le decía Romney a unos obreros de una fábrica de Canton, Ohio, caminando sobre volutas de acero.

"Comprendo lo que supone conseguir que las empreas tengan éxito y prosperar", ha añadido en alusión a su experiencia en la empresa de capital riesgo Bain Capital, con la que se hizo multimillonario.

En este sentido, una derrota de Romney en este estado puede restarle credibilidad de forma letal de cara a esas élites del Partido Republicano a las que se refería Gingrich, pese a que su ventaja en delegados se mantenga e incluso se amplíe en esta jornada.

Y es que si el triunfador es Santorum, el ex senador podrá proclamar que es él quien representa verdaderamente el alma conservadora del partido y se apuntaría una importante victoria psicológica, que podría influir en el resto de citas aún por disputar.

¿Candidato de consenso?

El exsenador es considerado como un candidato sin posibilidades de ganar a Barack Obama en noviembre, por lo que en este escenario la aparición de "caballeros blancos" que se ofreciesen a ser figuras de consenso se haría cada vez más probable.

Entre ellos están el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, el de Indiana, Mitch Daniels, el hermano del expresidente Bush y exgobernador de Florida, Jeb Bush.

La última en apuntarse a esa lista ha sido Sarah Palin. "Cualquier cosa es posible. No voy a cerrarme ninguna puerta que posiblemente esté abierta allá afuera", ha declarado Palin en declaraciones a la cadena CNN desde su colegio electoral en Alaska, el último estado en cerrar sus urnas tras Idaho.

RTVE – Madrid