Los 76 años del Cardenal, con mucha fe

El cardenal Julio Terrazas recibió su cumpleaños número 76 deseando para los bolivianos la esperanza de mejores días y la construcción de un lugar de encuentro fraterno para todos. Anoche cientos de personas participaron de su serenata, que tuvo música, testimonios de fe y mucha alegría. Vestido con un pantalón negro, una camisa gris de manga larga y con el cabello blanco, la máxima autoridad de la Iglesia católica en el país lució sonriente durante todo el festejo, que se prolongó por más de tres horas. El cardenal, para la gente que lo conoce, es un hombre perfeccionista y entregado plenamente a su servicio pastoral. Pese a la responsabilidad que tiene sobre sus hombros, lo ven como una persona alegre, que gusta de la vida del campo, donde creció, la comida vallegrandina y sonríe con la picardía de las coplas vallunas. La gente que convive con él lo ve como un líder espiritual cauto, que mide cada una de sus palabras.

No está acostumbrado a dar entrevistas a los medios de comunicación, que a diario solicitan una, aunque ya ha hablado en un par de oportunidades ante las cámaras de su vida y su pensamiento. Pide que lo sigan a través de sus homilías. No tiene mascotas, ni bienes, ya que lo único que posee es un vehículo color negro, en el que se traslada de un lugar a otro. Disfruta de la gastronomía boliviana, aunque su dieta ha cambiado por prescripción médica, desde que la diabetes se ha convertido en parte de su vida. Anoche se alegró con la gente. Sonrió con la inocencia de un par de pequeños que le cantó y declamó poesías, disfrutó del arte del Trío Oriental, Contrapunto, Aldo Peña y un par de grupos de jóvenes que se subieron al escenario preparado para la ocasión en Diakonía.

Su hermano, Gomer Terrazas, lo llamó Amali, su nombre de pila, y le agradeció por guiar a su pueblo. El monseñor Jesús Juárez le hizo saber que le pidió al vicepresidente Álvaro García Linera que no hable mal de él y los sacerdotes le recordaron que su palabra se ha convertido en un mensaje de inspiración para ellos. Sopló la vela de su torta, recibió cientos de abrazos y al final el cardenal Julio, a minutos de la medianoche, agradeció a Dios por la vida.)



Fuente: Jhon Arandia, Todo A Pulmon, Cadena A.

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