El poschavismo

qué trío La enfermedad que aqueja al gobernante venezolano se agrava y ya los médicos cubanos le habrían advertido sobre las escasas probabilidades estadísticas de que llegue con vida a las elecciones de octubre.

La certeza de ese final para el caudillo de Caracas y su proyecto “bolivariano” es tan fuerte que ha movido al dictador Fidel Castro a salir al ruedo, advirtiendo con “ríos de sangre” si “la oligarquía” intenta gobernar de nuevo en Venezuela.

Y es que la desaparición física de Hugo Chávez no sólo pondría en serios aprietos electorales al Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), sino que haría tambalear seriamente la empobrecida economía de la isla caribeña, extremadamente dependiente del millonario subsidio energético facilitado por aquel.



En efecto, la caída de la “ficha” venezolana del tablero continental tendría amplios efectos internacionales, como el propio Castro lo reconoce al decir que “en lo inmediato, todos los latinoamericanos serán afectados”.

De ahí que la amenaza cubana se extienda a toda la región, hablando de “sangre ecuatoriana, brasileña, argentina, boliviana, chilena, uruguaya, centroamericana, dominicana y cubana”.

Es la retórica del miedo, que busca instalar la idea de “sin nosotros, el caos”.

Algo similar a lo esbozado por Evo Morales, cuando declaró que “Sin el MAS, en Bolivia habrían unas FARC” (¿amenaza velada de crear una narcoguerrilla en caso de ser desplazado del gobierno?).

Por supuesto, no faltarán quienes opinen que “no pasará nada con la muerte de Chávez” y que Evo seguirá tan campante, demostrando una total falta de comprensión sobre la naturaleza profunda del proyecto político del ALBA.

En Bolivia, la eventual caída del chavismo tendría efectos sobre el régimen cocalero de varios tipos: 1) morales o ideológicos, por la pérdida del horizonte de un “futuro socialista continental”; 2) de inteligencia, por la desaparición de los equipos de asesores y otros operadores venezolanos; 3) económicos, al cerrarse la bolsa mágica que financia desde “bonos de lealtad” hasta el nada transparente programa “Evo cumple”; 4) de información estratégica, ya que podrían revelarse varios secretos de ciertas narco-redes.

Sin el paraguas venezolano, no parece que el evismo pueda tener un reacomodo fácil en el esquema regional. Si intenta colocarse bajo el ala del Brasil, la condición sine qua non será un combate real contra la proliferación de cocales-para-cocaína. Algo muy difícil de tragar para las todopoderosas bases chapareñas…

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