Un año y nueve meses después del desastre nipón, fragmentos que cruzaron todo el Pacífico Norte ahora bañan las costas occidentales de Norteamérica. Tras viajar a través del Pacífico Norte durante cerca de 21 meses, los restos arrastrados por las enormes olas que arrasaron la costa japonesa durante el tsunami de marzo de 2011 siguen llegando a su destino final situado a miles de kilómetros de distancia: las costas occidentales de Norteamérica.
Los restos incluyen enormes trozos de muelles, algunos de más de 20 metros de largo y de más de 160 toneladas, descubiertos en las costas de los estados de Oregon y Washington. Las pesadas estructuras fueron arrancadas de cuajo por el maremoto y desde entonces "navegaron" en el océano hasta las playas estadounidenses, donde despiertan ahora la curiosidad de sus habitantes.
Un científico confirmó que un trozo de puerto encontrado a principios de diciembre en la zona de la península Olympic, en el estado de Washington -un parque nacional protegido corresponde probablemente a lo que quedó de un puerto pesquero japonés en Aomori, arrasado en 2011.
"Tiene el mismo tipo de puntos de amarre, las mismas protecciones, la misma silueta y dimensiones" de otro trozo hallado en Oregon, precisó John Chapman, profesor asistente del Centro de Ciencia Marina Hatfield de la Universidad Estatal de Oregon. Este último fragmento portaba una placa que lo identificaba como una parte de las instalaciones portuarias niponas que estaban ubicadas en el área gopeada por el maremoto.
Riesgo ambiental
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Una de las preocupaciones de los científicos estadounidenses reside en que estas estructuras puedan transportar especies marinas japonesas que pueden convertirse en invasivas en el litoral norteamericano. El Departamento de Ecología del Estado de Washington señaló que encontró e identificó 30 especies de organismos en la deteriorada estructura. Ninguno de ellos muestra alto riesgo de expansión en Norteamérica, según el organismo.
Chapman, en tanto, afirmó que el bajo número de organismos individuales en el muelle roto lo vuelven un peligro relativamente menor, sin contar con que las playas de fuerte oleaje de la zona son probablemente poco hospitalarias para estas formas de vida, habituadas a aguas más tranquilas en Japón. No obstante, para no correr riesgos, en el caso del trozo de muelle encontrado en Oregon grupos de voluntarios arrancaron cerca de 2 toneladas de mariscos y otras criaturas adheridas a la estructura. Luego aplicaron llamas de soplete en su superficie para esterilizarla, antes de fraccionar y retirar los restos de material.
El otro problema de estos fragmentos flotantes de gran tamaño es el riesgo que representan para la navegación. La Guardia Costera mantiene vigilancia sobre sus movimientos e incluso hundió a cañonazos en abril un "pesquero fantasma" arrastrado por el tsunami, que cruzó el Pacífico sin tripulación hasta acercarse a las costas de Alaska.
Fuente: Emol