El oficialismo de Venezuela sigue haciendo malabares para evitar declarar la “falta temporal” del mandatario Hugo Chávez, medida indicada por la Constitución de ese país para casos como el actual, que de tomarse activaría un plazo de tres a seis meses para la realización de nuevas elecciones presidenciales.
La nueva maniobra es el anuncio hecho por el ministro de (des)información venezolano, Ernesto Villegas, quien afirmó que el vicepresidente Nicolás Maduro leerá mañana lunes una carta “escrita por Chávez de puño y letra, con tinta roja” en la cumbre de la CELAC.
El asunto ya generó la respuesta del líder opositor Henrique Capriles, quien dijo que el gobierno de Venezuela “miente descaradamente” sobre la salud de Chávez.
“Una persona que puede firmar cartas, una persona que puede hacer chistes, ¿no va a poder hablarle al país? Entonces alguien está mintiendo descaradamente”, señaló el gobernador del estado de Miranda.
Capriles agregó que los funcionarios de gobierno “están burlándose del pueblo” y que “lo único que les interesa es defender el puesto, la parcela de poder”.
Lo cierto es que el secretismo con que la administración chavista está manejando el tema de la salud de su caudillo alimenta susceptibilidades, en una clara muestra de la falta de transparencia que caracteriza a los gobiernos con inclinaciones autoritarias.
Recordemos, si no, el hermetismo que rodeó a las agonías de Stalin y Franco, o de los sucesivos dictadores dinásticos de Corea del Norte…