¿Dónde está ‘la chica’ que injurió a Rebeca?; ni en ‘El Desacuerdo’ saben

¿Existe Paola Solíz?, la supuesta “periodista” no aparece desde que injurió a la diputada rebelde del MAS, Rebeca Delgado, con el artículo ¿Qué será lo que quiere el negro? Lo que todavía no se había dicho del affaire Rebeca Delgado”.

image Susana Bejarano y Manuel Canelas, miembros del consejo editorial de El Desacuerdo, anunciaron "una pronta reacción pública de Soliz ante los reclamos de la diputada Delgado, pero hasta ahora la supuesta comunicadora no ha dado la cara. Los periodistas Bejarano y Canelas también conducen el programa dominical “Esta Casa no es Hotel”, que se difunde por la red ATB, con gran despliegue de publicidad de empresas estatales.(eju.tv).

La nota de ERBOL:



¿Existe Paola? No aparece desde que injurió a Rebeca

¿Dónde está ‘la chica’? Ni en ‘El Desacuerdo’ saben.

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Ella no es Paola Soliz. Es Susana Bejarano, conductora de “Esta Casa no es Hotel”, miembro del consejo editorial de El Desacuerdo y representante permanente en Bolivia de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). En la foto, Bejarano firma un convenio con el Canciller David Choquehuanca.

ERBOL.- Cada día crecen más las dudas acerca de la existencia de Paola Soliz Chávez, supuesta autora del artículo “¿Qué será lo que quiere el Negro?”, publicado por el quincenario “El Desacuerdo” el domingo 23 de junio.

En dicho texto, destacado en primera plana con una fotografía de la diputada Rebeca Delgado, Soliz sostiene que la parlamentaria discrepa con la línea oficial de su partido debido a que sostiene una relación sentimental con un ex asesor del MNR en la Asamblea Constituyente. Esta intromisión en la vida privada de una persona está tipificada como injuria y acto de discriminación en la medida en que postula que las mujeres no tienen capacidad de pensar por sí mismas. El artículo no presenta argumentos contra las posturas de Delgado y más bien opta por desacreditarla como individuo.

Según pudo constatar ERBOL, el nombre Paola Soliz Chavez no figura en el padrón electoral ni en los registros de ninguna organización periodística del país.  La única lista en la que dicho nombre aparece, es en la del SEGIP, y corresponde a una persona del Beni, de 25 años. Soliz no tiene antecedentes ni en facebook ni respecto a alguna producción intelectual previa. Pese a que en el artículo, la supuesta autora muestra un interés y un conocimiento marcado por las intimidades del MAS y la Vicepresidencia del Estado, no habría votado en las últimas elecciones judiciales.

Por otra parte, el anuncio que hicieran Susana Bejarano y Manuel Canelas en ERBOL acerca de una pronta reacción pública de Soliz ante los reclamos de la diputada Delgado ha quedado en nada.  Canelas no envió a ERBOL la dirección electrónica de Soliz pese a haberse comprometido a ello. 

Disidencias internas y desconocimiento

Por su parte, la diputada Delgado informó anoche en el programa televisivo “El Pentágono” que dos colaboradores del quincenario se comunicaron con ella para hacerle conocer sus discrepancias con el artículo de Soliz y expresarle su solidaridad.

Boris Miranda, miembro del consejo editorial del impreso, se comunicó con Mario Espinosa, director de “El Pentágono”, para decirle que si él fuera director de “El Desacuerdo”, hubiera preferido renunciar antes que publicar “¿Qué será lo que quiere el Negro?”.  Miranda dijo en su cuenta de Facebook que no conoce a “esa chica”, en referencia a Soliz, lo cual muestra que el nombre de la autora solo les resulta familiar a Bejarano y a Canelas. 

eju.tv reproduce la nota del quincenario El Desacuerdo del 23 de junio de 2013. Desde el punto de vista de analistas y la diputada afectada, el artículo parece haber sido redactado por algún profesional de experiencia y amplia relación con el gobiernista MAS y no por la supuesta estudiante beniana.

¿Qué será lo que quiere el negro?

eldesacuerdo.com

Paola Soliz Chávez, Domingo 23 de junio de 2013

image Lo que todavía no se había dicho del affaire Rebeca Delgado. El 13 de junio, la Bancada del MAS se reunió para evaluar el comportamiento político de los disidentes o también llamados librepensantes. Por primera vez se atrevieron a tocar uno de los puntos centrales del conflicto que desde hace un año y medio viene alejando a la ex presidenta de la Cámara de Diputados de las filas del partido de Gobierno.

Era una versión que se extendía en silencio entre los pasillos de la Asamblea: el emenerrista Carlos Marcelo Rojas Antezana, conocido entre sus amigos como “El Negro”, habría sido el punto central del incordio entre la dirigencia del partido de Gobierno y la ex presidenta de la Cámara de Diputados, Rebeca Delgado. La madrugada del 13 de junio último, este rumor dejó de ser algo privado y cobró vigencia pública, cuando se reunió en la Vicepresidencia del Estado Plurinacional la bancada del MAS, para debatir la situación y futuro de los disidentes, también llamados como librepensantes, luego de que el viernes 7 se reuniera en Achocalla un grupo de ex masistas para “repensar” de modo el futuro del proceso de cambio.

Desde que asumió el Gobierno, el MAS ha enfrentado una serie de deserciones de militantes de cierta relevancia: Lino Willca, Román Loayza, Félix Patzi. Y otros de menor importancia por carecer de bases sociales, pero que cumplieron funciones en el Ejecutivo: Alejandro Almaraz, Alex Contreras, Raúl Prada, Gustavo Guzmán y Pablo Solón. En junio de 2011, los disidentes masistas publicaron un extenso manifiesto donde hacían públicas sus críticas y proponían la “reconducción” del proceso de cambio. Por mucho que se esforzaron, el manifiesto no alcanzó la repercusión política que seguramente imaginaron sus autores, a lo más mereció unas cuantas notas periodísticas y una radical respuesta –escrita en tono y clave leninista– de parte del Vicepresidente Álvaro García, en su libro El “Onegismo” enfermedad infantil del derechismo.

El caso de Rebeca Delgado es distinto. Ella tampoco viene de algún movimiento social, pero su método de crítica y disensión es más concluyente y eficaz. Primero porque ella trabaja desde adentro, ni la echaron ni renunció al MAS. Y segundo porque el proceso de disidencia que ella encabeza se fue dando paulatinamente desde el momento en que los diputados decidieron elegirla Presidenta de la Cámara de Diputados, en enero de 2012, superando en votos a Héctor Arce que buscaba la continuidad en ese cargo, que era lo que esperaba también el presidente Evo Morales.

A partir de allí, las aguas nunca estuvieron quietas. Y en el curso de la gestión de Rebeca Delgado el cisma se profundizó, al punto de que a mediados de 2012 ella ya ni siquiera asistía a las reuniones de Bancada. Hay otra diferencia notoria a favor de Rebeca Delgado en contraste con los anteriores disidentes: tuvo un papel protagónico en la Asamblea Constituyente, perfiló un liderazgo técnico y de eficiencia y por eso el presidente Evo Morales la llevó en 2008 a Palacio Quemado como Viceministra de Coordinación Gubernamental, justamente cuando el MAS resistía la embestida desestabilizadora de la oligarquía del oriente.

La sombra de Marcelo Rojas

¿Pero en qué momento empieza realmente la disidencia de Rebeca Delgado? Ya mencionamos la elección para la Presidencia de la Cámara de Diputados en 2012, pero eso sería sólo un dato formal. Fuentes masistas quieren retrotraer el proceso hasta la Asamblea Constituyente, en donde ella habría entablado una relación con el abogado Carlos Marcelo Rojas Antezana. ¿Y quién es este señor que hoy cobra importancia? En aquel entonces se desempeñaba como asesor de los constituyentes del MNR, pero en su juventud fue dirigente del Federación Universitaria Local de la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca, luego trabajó en el gabinete del prefecto Felipe Carvajal Padilla. Allegados a él, lo reconocen como un emenerrista de la línea de Carlos Sánchez Berzaín.

Lo cierto es que Rebeca Delgado ha llevado adelante una estrategia de crítica permanente a distintas leyes que ella sospechó como inconstitucionales, se enfrentó en un duelo verbal con el ministro de Gobierno Carlos Romero por la Ley de extinción de Dominio (pulseta que ganó ampliamente) y hasta se atrevió a cuestionar el fallo del Tribunal Constitucional sobre la reelección del Presidente Evo Morales. Y cómo si esto no fuera suficiente, en repetidas oportunidades denunció que en el MAS no se permitía pensar ni opinar y que dentro del partido de gobierno había muchos “llunkus”.

En la reunión de la Bancada del 13 de junio, la figura de Carlos Marcelo Rojas Antezana cobró una relevancia inusitada. Si bien la reunión fue convocada para evaluar el comportamiento de los diputados y senadores masistas que asistieron a la reunión de disidentes en Achocalla, no se profundizó demasiado en temas ideológicos, ni en evaluaciones concretas de la marcha del gobierno. El debate fijó su momento más candente con la puntualización que hizo el Vicepresidente Álvaro García Linera: “en septiembre de 2012, usted fue retirada de la reunión de Bancada porque su compañero (Marcelo Rojas) estaba haciendo tráfico de influencias con jueces y abogados… por eso fue que el Presidente empezó a dudar de usted”. Y a este señalamiento siguieron otros de igual o mayor calibre: “nunca pudiste demostrar que no era cierto que tu compañero traficaba influencias en Sucre”, “¿estás de acuerdo con Raúl Prada que el Presidente debe irse, esto es golpismo?”.

Rebeca Delgado se defendió también con contundencia: “no soy oposición”, “debo decir que el liderazgo de Evo Morales debe continuar” (marcando así distancias de Raúl Prada), “aquí no hay disidentes sino críticos”, “voy a seguir luchando por proteger al presidente Evo aunque me boten”… Luego siguió argumentando que no coordina con la oposición, ni con Samuel Doria ni con el Movimiento Sin Miedo. “No soy corrupta, no hice tráfico de influencias”.

Pero no ahondó en explicaciones sobre el rol que habría jugado en sus decisiones políticas el mencionado Carlos Marcelo Rojas Antezana. Y retomando iniciativa, la diputada quiso pasar al contrataque: “dígame si no me han hecho seguir”. Y como respuesta recibió una pregunta del Vicepresidente: “Díganos aquí a todos si es que usted no se reunió con Rafael Quispe”… En un tono más bajo respondió: “sí pero fue para coordinar”… “¿Y usted sabe que él recibe llamadas de la Embajada de EEUU?”. Rebeca Delgado ya no contestó.

¿Buscando una candidatura?

Son varios los dirigentes masistas que sostienen que Rojas Antezana, consumado operador político del MNR, habría influido en la sobrecargada mirada crítica que Rebeca Delgado tiene sobre la gestión de Evo Morales. El senador por Chuquisaca René Martínez cree que la ex presidenta de la Cámara de Diputados tiene un plan definido: mostrarse crítica al Proceso de Cambio y a su conducción para sacar réditos políticos y luego, en el proceso electoral de 2014, reubicarse como candidata de algún partido opositor. “No le interesa que sus críticas potencien el Proceso de Cambio, ella ya está pensando en su futuro político y sus permanentes cuestionamientos al gobierno y al Vicepresidente son ya actos de campaña, pensados por algún asesor maquiavélico, esa estrategia parece ser típica de las prácticas emenerristas… supongo que con el perfil que ha logrado quizás pretenderá una candidatura en la oposición el 2014”.

La reunión acabó pasadas las 6 de la mañana. El debate no llegó a ningún acuerdo porque en el fondo no fue debate sino una exposición de posiciones. Lo único concreto que salió de allí es que la situación de Rebeca Delgado es prácticamente insostenible. El MAS no se atreve a echarla para no darle pretextos de victimizarse más y ella tampoco renuncia porque prefiere seguir la batalla desde adentro. Independiente de que detrás esté o no el fantasma de Marcelo Rojas, lo cierto es que Rebeca Delgado ha optado por una estrategia de alto riesgo. Habrá nuevos capítulos de esta guerra sin cuartel al interior del MAS.