¿Libre pensantes en el oficialismo?

Arturo Yáñez CortesYANEZ¿Existirán libre pensantes en el oficialismo? Es lo que pregunto a partir del debate instalado en los medios las últimas semanas al respecto y, de existir ¿Serán posturas genuinas? O ¿Simplemente reacciones desencadenadas desde la constatación que ya no cuentan o mejor sirven, a los planes de su jefazo?Sostengo que el libre pensamiento es una cualidad prácticamente innata del ser humano y, más allá que existan sujetos que por su mayor o menor instrucción puedan tener mejores elementos para el efecto, me resisto a pensar –libremente, por cierto- que esa cualidad no esté presente en todo ser humano, aunque admito que aplican matices. Incluso, esa cualidad está legalmente reconocida hasta por la Constitución de La Calancha como un derecho civil (derecho a la libertad de pensamiento y también a expresar y difundir libremente pensamientos y opiniones por cualquier medio) y ni que decir por los principales sino todos, instrumentos internacionales de Derechos Humanos, pues en esencia, el pensamiento y su libertad es un derecho básico y por ello, humano.Diferente es a mi juicio, que por muy rudimentarios o avanzados que sean esos pensamientos, en escenarios inocultablemente autoritarios, intolerantes y verticalistas como son los partidos políticos: ejemplo, el del oficialismo, que no es club de amigos o algunos sindicatos o movimientos sociales, ese pensamiento tenga que ser reprimido como estamos viendo por quienes para mantener o aspirar lograr algunas peras –aún podridas- del poder, deben asumir como propio el pensamiento impuesto desde arriba, manteniendo agachada la cabeza e hipotecada y/o adormecida la conciencia, para evitar ser reprimido y castigado por el stablishment encaramado en sus cúpulas, que juran tener la última palabra y la verdad sobre absolutamente todos los temas, para así tratar de mantenerse en el poder por los siglos de los siglos… valiéndose, entre otros, de aquel comportamiento ovejuno.Así las cosas, creo que también existen libre pensantes en las filas del oficialismo pero, por las razones antes expuestas y otras peores, sólo por interés y muy rara vez por genuino convencimiento, prefieren -por el momento- hacerse los militantes comprometidos… mientras duren “sus buenos servicios”; sino pregúntenle al “sin miedo” que mientras comía de la mano de su jefazo y éste quería clonarle, aquél era poco más que el supremo y, luego, cuando recibió la tarjeta roja respectiva, “se había dado cuenta” que su jefazo y su régimen, reúnen todos los adjetivos que ahora, sin vergüenza, discursea, según él, críticamente.Sostengo por tanto que la mayor parte de los recién aparecidos libre pensantes del oficialismo no tienen una postura genuina, sino más bien están revelando ingenuamente su repudiable impostura, pues cuando en el inmediato pasado acataron como ovejas las órdenes de su jefazo para disfrutar las mieles del poder cometiendo y/o justificando las mismas o peores arbitrariedades que ahora son objeto, no tuvieron el valor civil de decirlo y peor criticar públicamente. Hoy, sus falsas posturas críticas último modelo han sido recién “activadas” ¡vaya milagro¡ sólo a partir de su caída en desgracia ante el stablishment que tanto defendieron, justificaron y hasta conformaron en varios casos. ¿Será que, de pronto, recuperaron o encontraron la conciencia, el sentido común y la dignidad? Patrañas, los ex oficialistas se están disfrazando de libre pensantes como último recurso al haber quedado ignominiosamente desafectados del stablishment oficialista y haber perdido la mamadera, pues bien lo advirtió Chesterton: «A algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan”.