Suman seis muertes en recintos militares de Bolivia; Defensor reclama a FFAA

Defensor del Pueblo pone en duda el respeto a los derechos humanos. En un comunicado conmina al comandante en jefe de la institución a que acepte una reunión. Reclama por los fallecimientos de un cadete, una enfermera, dos oficiales y de dos conscriptos.

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Javier Cara Cara Ayaviri es un militar que perdió el bazo a raíz de una golpiza en una unidad militar. Foto : EL DEBER



EL DEBER, La Paz

La reciente muerte de un cadete del Colmilav en Santa Cruz colmó la paciencia del defensor del Pueblo, que en un comunicado emitido ayer reclamó a las Fuerzas Armadas los decesos de otros dos oficiales, dos conscriptos y una enfermera dentro del Estado Mayor, puso en duda la vigencia del respeto de los derechos humanos dentro de la entidad, exigió el esclarecimiento de los casos y conminó al comandante a que acepte una reunión.

EL DEBER intentó comunicarse con el comandante en jefe de las FFAA, Edwin de la Fuente Jeria. Sin embargo, sus colaboradores señalaron que se encontraba fuera de La Paz, y que no se pronunciaría.

“La Defensoría del Pueblo ve con profunda preocupación la serie de sucesos irregulares que han acontecido en los últimos meses en recintos militares del país, y que parecen indicar cuando menos, una ausencia inquietante de mecanismos de vigilancia, prevención, cuidado y protección que están afectando principalmente la vida y la seguridad de quienes acuden a esa institución para servir a la patria y a la sociedad”, dice el comunicado defensorial.

Establece que las muertes “muestran una sucesión de hechos que si bien pueden deberse a la fatalidad coincidente, nos parece que muestran una realidad que no puede ignorarse y que debe motivar una investigación de fondo sobre los mecanismos de protección y prevención en la vulneración de derechos humanos al interior de algunas instituciones y recintos militares”.

Los casos

En el comunicado, se mencionan los casos de los oficiales Grover Poma y Ceoly Espinal, que murieron a consecuencia de golpizas propinadas por sus propios camaradas en la Escuela de Cóndores de Bolivia (Esconbol), de Tarija.

La investigación, en ninguno de los dos casos, ha avanzado. En el del subteniente Poma, por ejemplo, pese a que el Tribunal Constitucional ha señalado hace varios meses que el tema se debe ventilar en la justicia ordinaria, los tribunales militares no entregaron hasta ahora los obrados con el caso.

Se refiere también a “la muerte en circunstancias todavía más extrañas, de una mujer civil, en un espacio de tanta jerarquía y seguridad como el Estado Mayor General y la presunta participación en este hecho de una persona que tenía orden de aprehensión por un caso de asesinato (precisamente el de Grover Poma) y que todavía mantenía sus privilegios como oficial”.

El defensor incluyó en la lista de sus reclamos los fallecimientos de dos casos relacionados con conscriptos. Uno en la ciudad de Trinidad, donde uno de ellos fue hallado muerto en una poza de una fábrica de tejas, y el otro en Riberalta, luego de que cayó cuando trabajaba en el techo de una casa.

Las investigaciones establecieron que los soldados realizaban actividades no militares antes de morir. Las FFAA explicaron que cumplían esas actividades en casos en que no estaban en servicio.

Y el jueves, en el Colegio Militar de Aviación, de Santa Cruz, el cadete Wildo Daniel Delgado de Los Ríos (22) murió tras recibir dos disparos.  

Por este motivo, el defensor conmina al comandante De la Fuente Jeria a sostener “una reunión urgente con la Defensoría del Pueblo para analizar estos y otros aspectos que atingen a la responsabilidad mutua de velar, ante todo, por la garantía y el cumplimiento de los derechos humanos de todos los bolivianos en cualquier parte del territorio nacional”

Otros casos    

9 de julio

Un conscripto de la quinta Brigada aérea de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) de Trinidad fue encontrado sin vida en una de las fosas cerca de la fábrica de tejas donde también producían ladrillos. Según el informe policial, el soldado se habría ahogado en el lugar debido a que no sabía nadar. Las FFAA nunca pudieron explicar qué hacía en ese lugar.

26 de enero

Un soldado del Centro de Investigaciones y Operaciones de la Selva (CIOS), en Riberalta, perdió la vida al caer del techo de un local público llamado ‘Bolivia’. La Policía dijo que el conscripto fallecido realizaba un trabajo de albañilería en el techo del mencionado local y habría perdido el equilibrio. Las FFAA señalaron en su momento  que el joven no estaba en servicio ese día.

Poma y Espinal

Las ‘jaripeadas’ que terminan en tragedia tienen dos casos concretos en el reclamo presentado por el defensor del Pueblo a las FFAA a través de un comunicado. Las muertes de Grover Poma y Ceoly Espinal ocurrieron en la Escuela de Cóndores, que tiene prestigio internacional en el ámbito militar por su grado de exigencia, pero el respeto a los derechos humanos en duda. 

LA ENFERMERA Y UN CADETE

La muerte de una enfermera dentro del Estado Mayor, en La Paz, y la del cadete Wildo Delgado, en el Colmilav, son las gotas que colman el vaso.