“Con el agua al coto”

Ismael Schabib Montero*

SCHABIB No quisiera parecer irreverente, pero los benianos sabemos que quiere decir esto, “el agua al coto”. Por allá por el año 1959, mi campanario San Joaquín de Aguas Dulce, capital de la provincia Mamoré, Beni, sufrió los embates de la inundación que arrasó casi con todo. Mi abuelo perdió su ganadito que eran unas 500 cabezas en su estancia “San Simón” y su casa- lechería en la orilla del pueblo. Como si fuera algo esotérico, cuando el padre de mi mamá amarraba a un árbol su canoa al llegar al pueblo viniendo de perder su estancia, la casa hizo un gemido y se derrumbó. Todo eso era el fruto de su trabajo de toda la vida. El pobre quedó en la calle “paradingo”; nunca más se recuperó económicamente. Nosotros los “pelauj” como esos niños que vemos en la TV ahora, disfrutábamos nadando con el “río en casa”.

El Beni es el Departamento de los grandes ríos bolivianos, lo abrazan el Itenez o Guaporé por el Este, que compromete las provincias Mamore e Itenez; el río Beni por el Oeste es vecino de las provincias Vaca Diez y Ballivián y por el centro el Mamoré que comunica las provincias Marbán, Moxos, Cercado, Yacuma, Mamoré y Vaca Diez. Cada uno tiene su sub cuenca. El río Beni que sirve de límite con el Departamento de La Paz, es correntoso, bajan sus aguas con gran velocidad de la cordillera arrastrando bastante limo; el Mamoré no es tanto aunque también arrastra gran cantidad de sedimento, tiene un gran efecto integrador, y el Iténez que se caracteriza por su gran belleza, al no tener una gran pendiente en las nacientes, conserva sus aguas cristalinas casi todo el año, pues nace en unos manantiales.



Cuando llueve mucho en la cordillera paceña, el río Beni amenaza con inundar el flanco Oeste del departamento, como está ocurriendo en la actualidad y esto se agrava cuando esas aguas a través de los afluentes escurren al Beni central, a la sub cuenca del río Mamoré. Estos últimos años este río, que recibe sus aguas de la cordillera de Cochabamba y del río Grande de Santa Cruz, ha sido el causante de las inundaciones. También el Iténez en el año 1959 se sumó al Mamoré y causaron gran daño en las provincias que colindan. En otras palabras, esa bendición que son los ríos en el Departamento, se convierten en una pesadilla para sus poblaciones en tiempo de lluvias.

La gran amenaza de ahora es que pareciera, que el río Mamoré por el centro y el Beni, por el Oeste, están sumando sus aguas para generar una gran inundación que ya hace sentir sus efectos presagiando lo peor. La gente beniana está angustiada.

Es tiempo de que se encare este problema con seriedad y responsabilidad de una vez por todas. Los ríos que son “caminos que se mueven” necesitan de mantenimiento, la solución pasa porque en tiempo seco se draguen los causes cada año para darles mayor profundidad y por lo tanto mayor capacidad de asimilación del agua para evitar los desbordes tempraneros, especialmente en el Beni central que es como una batea. Se construyan “puentes falsos” en los tramos de carreteras que represan el agua y la canalizan en dirección de poblaciones poniéndolas en serio peligro como la carretera San Ignacio-Trinidad que amenaza a esta última. Se haga control de cuencas en las cabeceras limpiando las palizadas. Se construyan deflectores, especie de muros que reboten el agua y la re encausen. Podrían servir de des aceleradoras de la corriente lagunas artificiales profundas que también sirvan de reservorios para asimilar las aguas tempraneras ubicadas cerca de la cabecera de los ríos. La construcción de defensivos en las poblaciones como se hizo con las circunvalaciones de Trinidad y Santa Sana del Yacuma. La población afectada tiene que adaptarse a la cultura del sobre girado al construir sus viviendas, como hacen los pobladores brasileños que viven en la ribera de los ríos.

Tal vez encarar este problema en los departamentos de Beni y Pando requiera más de ingenio y responsabilidad, que de grandes recursos económicos.

En una ocasión escuché decir a unos estudiosos franceses “No es suficiente con integrar a Santa Cruz para que Bolivia despegue, se tiene que integrar el Beni también”. Se debe tener una política clara de control de inundaciones para trazar sus futuras carreteras. ¡Diosito carajo, acordáte del Beni!

*Vicealmirante de la República de Bolivia