Hay negocios que entraron en la historia de Santa Cruz

Son emprendimientos que iniciaron hace más de 50 años. Han pervivido a las transformaciones de Santa Cruz y hoy continúan abiertos al público.

 



El restaurante La Barca se inauguró en noviembre de 1960 por Micaela Pérez, fue el primer restaurante de comida típica en Santa Cruz.

En un pueblo de cinco a diez cuadras a la redonda, como era Santa Cruz hace 50 años, surgieron emprendimientos comerciales que en su tiempo fueron el suceso de un poblado con promesas de convertirse en metrópoli y ahora son íconos culturales que encierran toda una historia dentro de sus instalaciones.
La Barca, un restaurante ubicado en la céntrica zona Siete Calles, fue inaugurado el año 1960 por Micaela Pérez y su esposo Felix Zeballos. Actualmente quienes lo administran son Florinda Zeballos (hija de ambos) y su esposo Jorge Caelo.

“Siempre se han servido los platos típicos de Santa Cruz como el fricasé, ranga, ají de pata y otros más”, dijo Caelo, quien sostenía el menú con una mano y con la otra enseñaba las fotografías que adornan las paredes del restaurante, que datan de hace más de 50 años.
La Barca, según explicó su actual propietario, obtuvo su nombre gracias a una curiosa anécdota. En sus inicios, al restaurante venían cadetes de la Fuerza Aérea, siempre traídos por un comandante apellidado Castillo, estos militares y su comandante venían con tanta frecuencia que los demás empezaron a llamar al restaurante ‘el bar de Castillo’, y con el tiempo esta frase se resumió en las iniciales de ambas palabras: ‘Barca’.

Son muchas las anécdotas que Caelo tiene para contar, entre ellas las visitas de importantes políticos que llegaron hasta el restaurante a degustar un  banquete opíparo. “Una vez vino el presidente del senado nacional de aquel año, un personaje oriundo de Vallegrande. Él ingresó a La Barca en estado de ebriedad y muy prepotente y quería seguir bebiendo; yo no le atendí y después vino un periodista y se lo llevó para que no haga más problemas”, narró.

Para Caelo, La Barca ha sido el lugar de encuentros políticos al ser uno de los primeros establecimientos dedicados a la gastronomía típica, las visitas de reconocidas personalidades de Santa Cruz eran constantes y siempre dejaban alguna historia que contar en un futuro.
Por ejemplo, no olvida cómo el extinto empresario y político Max Fernández Rojas, antes de incursionar en ambas actividades que lo hicieran famoso, proveía de cerveza al restaurante.
“Max era el joven que traía las cervezas al restaurante, él solo cargaba las bolsas y se fatigaba mucho a causa del cansancio; nosotros le invitábamos fricasé y canela para que se reponga y continúe trabajando. Max era muy trabajador”, recuerda.

Aunque los fundadores de La Barca fallecieron hace más de 30 años, dejaron un legado cultural e histórico que sus hijos supieron preservar.
El propietario afirma que uno de los motivos que hicieron que La Barca perdure en el tiempo y sea tan cotizado por antiguos y nuevos clientes, es la rapidez en la atención, la cantidad de comida que lleva cada plato y el hecho de que el restaurante cumple con su horario de atención al cliente.
Los consumidores pueden  saborear el variado menú de La Barca de lunes a viernes a partir  de las 7:30 a 14:30. “Todos nuestros clientes saben que pueden venir sin riesgo de encontrar cerrado el local”, expresó.
Dentro del establecimiento se puede apreciar los cuadros en blanco y negro que decoran el interior del restaurante. El espacio de la cocina aún conserva el estilo típico de una cocina camba.

La Barca seguirá en funcionamiento, así también se mantendrá el legado gastronómico que ha satisfecho y seguirá saciando los paladares más exigentes de gentes que prefieren la comida criolla en este restaurante, en cuyos ambientes se refleja una historia que es también la historia de Santa Cruz, refirió Caelo.
La Barca obtuvo su nombre de la frase ‘el bar de Castillo’. Se tomaron las primeras letras de ambas palabras

Fuente: La Estrella del Oriente