No lo dice ningún exiliado en Miami, sino quien hasta ahora ha sido uno de los principales propagandistas del régimen castrista. Hablamos del vate Silvio Rodríguez, quien acaba de reconocer que en Cuba “La gente está jodida, muy jodida, mucho más jodida de lo que pensaba”.
Sus palabras vienen en medio de una gira por la provincia de Holguín, en la cual cantó en diferentes barrios y pudo constatar la pobreza imperante.
En sus declaraciones, Rodríguez también reconoce que no vive en ese tipo de barrios y que tiene “una vida mucho más cómoda que la inmensa mayoría de los cubanos”.
Las afirmaciones del poeta y cantante podrían clasificarse, al igual que otras recientes del escritor Eduardo Galeano sobre su propia obra, dentro del género de los arrepentimientos tardíos.
Se trata en ambos casos de personajes que, amparados en su prestigio cultural, contribuyeron al sostenimiento de la dictadura cubana, aún en tiempos de sus más crueles actos de represión.
Bienvenido, por una parte, el sinceramiento. Pero creemos que éste debería venir unido a la imprescindible autocrítica por la postura personal asumida durante tantos años…